En el Vaticano, se ultiman los detalles del funeral del papa Francisco. Allí, RFI conversó con Cintia Suárez, una escritora argentina especializada en la santa Mama Antula, que voló hasta Roma para dar un último adiós a Jorge Bergoglio.
Pocas horas después de ser informada de la muerte del papa Francisco, a quien conoció personalmente, la argentina Cintia Suárez se subió a un avión y cruzó el Atlántico para despedir al pontífice en Roma.
“El viaje que nadie quiere hacer”
“Es el viaje que nadie quiere hacer. El motivo por el cual uno nunca quisiera estar en Roma”, explica a RFI.
Esta escritora, biógrafa de Mama Antula, la primera santa de Argentina, que fue canonizada por Francisco hace apenas un año, llegó a tiempo a Roma para rendir un homenaje íntimo a Jorge Bergoglio en el mismo lugar en el que falleció: la residencia de Santa Marta.
“Fue el primer impacto de verlo a Jorge Mario Bergoglio en ese féretro, no en ese cajón”, cuenta.
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“Esperanzas para seguir adelante”
No fue la última vez que le vio. Desde entonces, ha ido hasta dos veces a San Pedro: “Me reconforta el hecho de ver esta plaza colmada toda la noche, ver este aplauso en el traslado del cuerpo. Son gestos que el papa no sólo se merece, sino que también dan esperanzas para seguir adelante”, estima.
Ahora Cintia se prepara para los funerales de mañana, antes de volver a Argentina el día 28. Desde allí seguirá un cónclave que desea consagre el reformismo impulsado por el papa argentino.
“El mundo necesita que se continúe con la línea de Jorge Mario Bergoglio, del papa Francisco. Esta línea de la humildad, de la cercanía y de la austeridad, donde se valora a la persona por su condición humana y no por lo que tiene”, concluye.
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