Desde 2024, la ONG Memorial organiza un encuentro mensual para enviar cartas a personas detenidas por motivos políticos en Rusia y Bielorrusia. Acompañan a los voluntarios en el proceso, les dan consejos y les traducen al ruso. Una correspondencia que permite a la entidad mantener un registro de los prisioneros políticos y mostrarles el apoyo del exterior.
“Las palabras son muy importantes para los prisioneros. Son personas que no han cometido delitos graves, no han asesinado a nadie, pero que fueron encarcelados por razones estrictamente políticas. Muchas veces están en un cuadro depresivo, aunque no sé si es la palabra adecuada, pero una simple carta con palabras de apoyo, con historias de la vida cotidiana, pueden reconfortar y ser vitales para un prisionero”, dice Katia Zhdanova, coordinadora del proyecto.
El perfil de los prisioneros a quienes Memorial envía las cartas es diverso, desde minorías religiosas hasta disidentes rusos.
“Hay ciudadanos rusos que se han opuesto a la guerra en Ucrania, ya sea manifestándose en la calle o por internet. También hay opositores al régimen de Putin: periodistas, investigadores. También hay ucranianos ex soldados o civiles que fueron arrestados en territorios hoy ocupados por los rusos”, añade la coordinadora.
En su página web especifican recomendaciones sobre los temas que se deben evitar. Para que las cartas lleguen a los presos, es fundamental no incluir contenidos que puedan ser censurados. No se debe criticar el sistema judicial ni el Estado ruso, preguntar sobre el caso del preso o su vida antes de la detención, mencionar temas LGBTQ+, dar un apoyo demasiado explícito ni usar palabras extranjeras.
“Todas las cartas son leídas por alguien que se encarga de la censura, entonces hay ciertos temas que hay que evitar: las críticas al régimen de Putin, la guerra en Ucrania…”, enumera Katia Zhdanova.
La ONG Memorial invita a todo el mundo a participar en esta tarea para poner de manifiesto el apoyo a la oposición democrática en Rusia y mostrar a los centros penitenciarios que, para cada preso, hay personas que se preocupan por él.
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