El shock fue inmenso para el rabino Eli Levi y su esposa Deborah, quienes viven en el norte de Israel, donde están al frente de una comunidad Jabad-Lubávich. Algunos de sus familiares estaban reunidos en Bondi Beach este domingo para celebrar Janucá cuando fueron blanco de dos atacantes.
Entre las víctimas, hubo varios miembros de la comunidad Jabad, como el rabino Eli Schlanger, uno de los organizadores y esposo de la prima de Deborah, quien es australiana. Su cuñado sobrevivió al ataque. También formaba parte de los organizadores. "Además, a mi sobrina le dispararon en la pierna, tuvo que operarse. Otro primo tenía balas en el hombro y en la pierna también", cuenta Deborah.
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Janucá es el evento más grande del año para la comunidad judía de Sídney. Se reunieron 500 a 600 personas. Las celebraciones en Bondi Beach se anunciaron como cada año mediante afiches o por redes sociales. "Se hace todos los años. Los atacantes podían llegar a saber que fácilmente iba a haber mucha gente. Pero nunca hay policías ahí dando vueltas. No hay, porque no se necesita. No es un lugar donde pasen cosas así, peligrosas. Sídney es un lugar tranquilo", asegura.
Dice que para el evento se contrató seguridad privada. "Siempre cuando hay eventos así, de la comunidad, traen más seguridad". Deborah Levy evoca un aumento del antisemitismo en Australia, según aseguran sus familiares desde Sídney. Aunque no imaginaban un ataque en su suelo. "Cuando les preguntábamos si tenían miedo, decían que no".
Alumnos en Israel
También cuenta que muchos más niños iban a participar en el evento inicialmente. "Los chicos en el último año acostumbran viajar a Israel desde todas las escuelas judías en Australia. Ahora justo hay unos grupos acá. Y antes de salir, todos los papás tenían miedo de mandarlos Israel y los mandaron igual", explica.
De este modo, considera que con el viaje se salvaron 100 alumnos que hubieran podido estar en Bondi. "Aparte estaba aquí la hija de un rabino que mataron. Yo le di un abrazo y la llevé al aeropuerto", recuerda Deborah.
Su esposo, Eli, es argentino. Por su parte, lamenta que la violencia vivida en su país de origen se haya trasladado a otras partes del mundo. "En Argentina vivimos dos atentados terroristas en la década del 90, en el 92 en la Embajada de Israel y en el año 94 en la AMIA. Nuestra comunidad en Buenos Aires está de alguna forma adaptada a la posibilidad de un atentado, a cosas que en el mundo no eran comunes. Hoy en día, lamentablemente, esas cosas se estandarizaron en todo el mundo para cualquier tipo de evento judío, cualquier sinagoga o colegio", dice.
Asegura que la tragedia no debe desencadenar la emigración hacia Israel. "El rabino principal del rabinato de Sídney es el suegro del rabino Schlanger. Dijo que la única respuesta que nosotros tenemos es más fuerza, más luz. No bajar la cabeza, no rendirnos frente a esto".
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