Los estadounidenses casi no producen café, pero son los mayores consumidores del mundo. Con los impuestos decididos por el presidente Donald Trump, todo un mercado teme verse desestabilizado.
Por Marie-Pierre Olphand
Donald Trump y su administración no están haciendo ningún favor a los bebedores de café estadounidenses, o al menos no les preocupa sus nervios. Tras anunciar el miércoles impuestos del 46% a las importaciones de Vietnam y del 32% a las de Indonesia -el mayor y el tercer productor mundial de Robusta, respectivamente-, Washington dio marcha atrás en su régimen fiscal y redujo estos niveles al 10%. El equivalente de lo que ya se había previsto para Brasil, primer exportador mundial de Arábica.
Así que, al final, son casi buenas noticias, aunque estos retrocesos pongan a prueba al mercado, porque en el café, como en otros sectores, no se puede ignorar a Estados Unidos.
En 2024, Vietnam e Indonesia suministraron 3 millones de sacos de 60 kg al mercado estadounidense. Brasil exportó más de 8 millones de sacos, según Cecafe, el Consejo Brasileño de Exportadores de Café, por citar sólo tres proveedores. Pero también podríamos mencionar a Colombia, para la que el mercado estadounidense es importante.
Brasil aboga por la exención fiscal
Hasta mediados de semana, Brasil pensaba que podría ganar cuota de mercado, ya que se beneficiaba de una fiscalidad más baja. No ha sido así en los dos últimos días.
El año pasado, Brasil exportó el 16% de su producción a Estados Unidos, y esperaba vender más Robusta este año, ya que su cosecha de Arábica fue menos buena de lo esperado. Ahora que Vietnam e Indonesia pagan menos impuestos, la estrategia de Brasil parece menos obvia.
La prioridad de los exportadores brasileños sigue siendo incluir el café en la lista de productos libres de impuestos. Según la Cooperativa Brasileña de Exportadores de Café (Cecafe), cada dólar gastado en la importación de café genera 43 dólares para la economía estadounidense.
¿Podría caer el consumo estadounidense?
¿Tendrán estos nuevos aranceles un impacto en los consumidores? La lógica dictaría que los impuestos estadounidenses harán subir el precio del café en Estados Unidos. Pero, ¿será este aumento lo suficientemente significativo como para repercutir en el consumo estadounidense, o estarán dispuestos a pagar un poco más por su café?
La vuelta a los aranceles generalizados del 10% para los exportadores de café está trastocando las previsiones que los expertos ya se esforzaban por hacer en los últimos días.
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