El 13 de mayo de 2025, a una edad sabia, José, ‘El Pepe’, Mujica se fue con la Parca, aquella a la que en tantas ocasiones esquivó en su camino. Los invitamos a escuchar un reportaje de Angélica Pérez con entrevistas propias, sonidos de archivo y la entrevista a Mujica realizada por Marilyn Buda de RFI en 2023.
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Agricultor, guerrillero, rehén de la dictadura, senador, Presidente de Uruguay, con su personalidad ajena a las convenciones, su humor desenfadado y un verbo espontáneo y sabio. José Mujica, 'El Pepe', se convirtió en el dirigente más célebre de nuestro tiempo. “Es un tipazo”, dijo de Mujica el Papa Francisco.
Un país raro
José Alberto Mujica Cordano nació el 20 de mayo de 1934 en Uruguay, ese pequeño país del Cono Sur poblado por una inmensa clase media. En los albores del siglo XX, la uruguaya era una sociedad igualitaria por su alto ingreso per cápita, bajo niveles de desigualdad y pobreza y unas leyes progresistas. No en vano, se le conocía como “la pequeña Suiza de América Latina”.
En una entrevista concedida en 2023 a Radio Francia Internacional (RFI), Mujica definía a Uruguay como “un país raro que se dio cuenta temprano que el Estado tenía que cumplir un papel fundacional”. Y enumeró los aciertos y ventajas sociales que se conquistaron en las primeras décadas del siglo pasado: consejos de salarios, voto a la mujer, divorcio por la voluntad de la mujer, separación Iglesia-Estado, enseñanza gratuita, combustible y energía eléctrica en manos de una empresa pública, principales bancos estatales.
“Ese país amortiguador se encontró con otra realidad abruptamente y sufrió enormemente”, subrayó el exmandatario uruguayo haciendo referencia, en primer lugar, a la crisis económica de la posguerra y las deudas con el FMI propias del nuevo orden mundial que el país arrastraba y, en segundo término, al Golpe de Estado del 27 de junio de 1973 y los 12 años de dictadura cívico-militar que siguieron a esta fecha.
El guerrillero ’Robin Hood’
Uruguay sirvió de “conejillo de indias” en el laboratorio del Plan Cóndor, operación ideada y financiada por Estados Unidos a mediados de los años 70, en alianza con los servicios secretos y de inteligencia militar de la región, para entronizar dictaduras militares en países suramericanos con el objetivo de reprimir brutalmente toda forma de oposición política.
En la mira uruguaya del Plan Cóndor estaba el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, MLN. 'Pepe' Mujica era uno de sus principales dirigentes. “Más que una guerrilla éramos, en nuestro origen, un movimiento político con armas”, solía aclarar.
El historiador Carlos Demasi afirma que durante la década de los 60, el MLN-Tupamaros se diferenció de las otras guerrillas del continente porque "actuaba en zonas urbanas con operaciones generalmente incruentas espectaculares, muy bien planeadas y de llamativa precisión que dejaban en ridículo al gobierno. Un estilo Robin Hood que atrajo la atención y le ganó la popularidad ciudadana”. Pero, precisa el autor, dicho estilo fue sustituido por acciones guerrilleras más convencionales, como secuestros, asesinatos, atentados. “Este giro estratégico facilitó el aislamiento del grupo y su desmantelamiento en 1972”, concluye Demasi.
Mujica reconocería el error de la saturación militar: “No se puede tener una organización clandestina de demasiado volumen. Debimos de haber cambiado de estrategia y no lo hicimos. Tal vez, quedamos prisioneros de un accionismo militar y perdimos nuestra perspectiva política”, dijo a RFI. “Pero con Tupamaros o sin Tupamaros habría habido golpe de Estado”, agregó.
‘El Pachecato’
Leonardo Rossiello, escritor e investigador exiliado en Suecia, fue miembro del MLN Tupamaros bajo mando de Pepe Mujica. Según Rossiello, el periodo de gobierno del presidente Jorge Pacheco Areco conocido como ‘El Pechecato’ (1967 a 1972) fue el preludio del golpe de Estado en Uruguay.
“En ‘El Pachecato’ surgieron los primeros mártires estudiantiles, los escuadrones de la muerte y se gobernó al país con medidas prontas de seguridad, es decir, con mano dictatorial al 100%. Así que la represión había empezado mucho antes del golpe de Estado, no solamente contra el MLN sino contra todo el movimiento sindical popular”, afirma.
"El 14 de abril del año 1972, el Movimiento de Liberación Nacional, MLN-Tupamaros mató a cuatro integrantes del Escuadrón de la Muerte. Ese mismo día salieron a reprimir. Cayó una buena parte de la dirección y mataron a muchos compañeros. A comunistas también”, precisa el escritor.
12 años de cautiverio
En 1973, bajo la dictadura cívico militar, el MLN-Tupamaros se encontraba vencido y sus sobrevivientes encarcelados. El 7 de septiembre, nueve de esos presos fueron sacados de la cárcel en secreto y convertidos en rehenes de la dictadura. Uno de ellos era José Mujica Cordano, ‘El Pepe’.
“Nos sacaron y nos distribuyeron en unidades militares por años, aislados, casi sin trato humano”, contaba Mujica.
Estuvieron condenados al aislamiento, sin derecho a la palabra, ni a la luz, amarrados con alambres y trasladados de calabozo en calabozo en condiciones degradantes. 12 años de cautiverio, 4.830 días para repensar y repensarse.
“Para mí fueron años terribles, pero fueron los años donde más aprendí en mi vida, al punto que no sería quien soy si no hubiera pasado la que pasé. Y eso es lo que le quiero transmitir a la gente. Se puede vivir. Y se puede hacer un poco de miel con las penas”.
“El Pepe es El Pepe”
“Nada vale más que la vida. Luchen por la felicidad y la felicidad es darle contenido a la vida y rumbo a la vida y no dejarte que te la roben”, decía ‘El Pepe’ Mujica, a los jóvenes.
Rafael Michelini, senador por el Frente Amplio y referente de la izquierda uruguaya, resalta que el valor que Mujica daba a la vida nació del diálogo permanente que tuvo con la muerte.
“Él tiene seis tiros en el cuerpo. Pasó encerrado en calabozos más de diez años en la absoluta soledad. Estuvo al borde de la locura. Entonces, en ese devenir, él se transforma en una figura mística por lo que dice, por la grandeza que tiene, por su generosidad”.
Michelini cuenta una anécdota que dice todo de Mujica: “Hoy, 13 de febrero, hablé con Lucía para ver cómo estaba 'El Pepe’. Me dijo está arriba del tractor, enfermo, con metástasis y él está arriba del tractor. 'El Pepe’ es ‘El Pepe’. Es de esa estirpe de los que proyectan el futuro, independiente de que el mundo se acabe en el día de mañana”.
Lucía y la libertad
El 10 de marzo de 1985 se abrieron las celdas en Uruguay y cuatro días después las cárceles políticas quedaron vacías. Los prisioneros políticos fueron liberados en virtud de una ley de amnistía. José, “El Pepe”, Mujica volvió de inmediato a la militancia y se reencontró con Lucía Topolansky, su amor en la clandestinidad. Ella había pasado 13 años en prisión. En todo ese tiempo de torturas y aislamiento, solo una carta cruzada logró burlar el recelo de los guardias.
En las décadas siguientes a la liberación, Mujica y Topolansky se convirtieron en dos de las figuras políticas más importantes de Uruguay. “Unimos dos utopías”, afirmó ella en una entrevista. La utopía del amor y la utopía de la militancia. "Con ‘Pepe’ nos encontrado en la vida. Nos encontramos en la militancia. Y cada vez estamos más viejos y tenemos más proyectos. Eso es lo más lindo que nos ha sucedido. Un proyecto de vida”. El interviene para apuntar: “Menos mal que apareciste, si no, no estaría vivo. Ella es mi premio. Compañera. Enfermera. Si no fuera por Lucía yo estaría pelado”.
Ambos fueron elegidos para el Parlamento de Uruguay y se desplazaban juntos al trabajo en la misma motocicleta. En 2009, a sus 75 años, José, "Pepe", Mujica fue elegido presidente de Uruguay. En su toma de mando, recibió la banda presidencial de manos de la senadora más votada, Lucía Topolansky. También recibió de ella un beso. En 2017, Lucía Topolansky llegó a ser vicepresidenta del país.
En los últimos tiempos, él con 90 años y ella con 80, Mujica acostumbraba resaltar el hecho de estar juntos, viejos y autovalentes. Y sobre el amor, decía que a su edad "es una dulce costumbre. Un intento por evadir la soledad".
El presidente más pobre del mundo
Mujica llegó en 2009 al poder liderando al Frente Amplio, partido político que acoge a todas las izquierdas de Uruguay y se autodefine como progresista, democrático, popular, antioligárquico y antiimperialista.
Carlos Baraibar, fundador del esta formación política, afirma que el Frente Amplio surgió en el año 1971 como alternativa a la guerrilla. Sobre ‘Pepe’ Mujica dice que lo mas importante es que “fue uno de los principales líderes del Movimiento MLN -Tupamaros que llegó a ser presidente de la República y que, a su vez, fue un pensador que entendió que la confrontación no es por las armas ni con la violencia. El luchó donde pudo contra la violencia. Y es un hombre que aspiró a la búsqueda del bienestar dentro de las reglas de juego de un sistema socialista democrático”.
Durante su mandato, Mujica no abandonó la sencillez y austeridad que lo definieron. Se desplazaba en su Volkswagen Escarabajo azul celeste modelo 87 y, en lugar de avión presidencial, eligió volar en un helicóptero con quirófano y servicio de socorro para salvar vidas de la gente.
“O lográs ser feliz con poco y liviano de equipaje porque la felicidad está dentro tuyo, o no logras nada”, sentenciaba Mujica. Para el político uruguayo Rafael Michelini, ‘El Pepe’ fue una persona que vivió en función de sus propios ideales. “Sufrió, pero no tiene rencores, no hay una palabra de venganza en su discurso. Ha construido un camino de paz. Fue un buen presidente. Es una figura muy querida y también controvertida porque las cosas que dice rompen moldes’, afirmaba Michelini hace unos meses.
El Pepe’ Mujica lo tenía claro: su filosofía de vida no era una apología de la pobreza, sino una apología de la sobriedad. “Yo no estoy planteando volver a las cavernas o tener que vivir bajo techos de paja. Se puede vivir con mucha más sobriedad y gastar los recursos que se tengan en cosas que si son importantes para el conjunto de la sociedad. Es el sentido republicano de la vida que se ha perdido en la política. Porque si fuera para tener cortes de reyes y señores feudales y vasallos que se paran en el puente para tocar corneta cuando el señor sale de cacería, para eso seguíamos con el mundo antiguo. Y ahora uno se asoma a alguna casa presidencial y más o menos lo mismo. ¡¿Para qué hicimos revoluciones en nombre de la igualdad y todo lo demás?!”, dijo Mujica en el documental #HUMAN.
Durante los años como Jefe de Estado de Uruguay y hasta el día de su muerte, Mujica siguió viviendo en su chacra junto a Lucía, sin custodios, sin trajes ni protocolos.
“¡Qué lo parió! ¡Qué tipo!”. Me admiran, pero no me siguen ni en pedo", dijo alguna vez. Luego soltó una carcajada.
El campesino
De los diferentes rostros que asumió en su vida trepidante, ‘El Pepe’ destacó siempre el del agricultor: “Yo empecé a militar a los 14 años, pero siempre fui campesino. Amo la tierra. Lo que ella significa para mí no es una fuente de trabajo, es el diálogo con la naturaleza”.
En los últimos diez años, el fotógrafo Julio Eizmendi captó con su prisma a Pepe Mujica en la intimidad de su chacra. “Una de las cosas que yo más rescato es su forma de vida. De humildad. Mucha simpleza”, dice.
Eizmendi retrató tal cual era ‘ El Pepe’. Sus mocasines llenos de barro, sus medias de hilo sin elástico, su jogging combinado con zapatos. Su andar por la chacra. La ropa tendida. Su adorada perrita Manuela. Sus animales. El tractor en el que solía pasar horas. Y, por supuesto, Lucía.
De ese universo rural y asceta, el fotógrafo rescata el famoso ‘banco chapitas’ hecho del reciclaje de tapitas de bebidas multicolor. Un obsequio a Mujica de los usuarios de un hospital psiquiátrico de Montevideo. “Ese banco está en medio de un jardín no tan cuidado, un jardín muy salvaje. Todas las personas que le visitaban se sentaban en ese sillón tan simple. Personalidades como Kusturica, Rockefeller, presidentes. Podría decir que todo el mundo se sentó ahí”, cuenta Eizmendi.
La integración de América latina
Junto a líderes del sur de la región como Néstor Kirchner, Rafael Correa, Lula da Silva, Evo Morales, Hugo Chávez, Pepe Mujica fue uno de los grandes impulsores de la Unión de Naciones Suramericanas, la Unasur.
A finales de 2024, cuando el cáncer le estaba ganando a la vida, ‘Pepe’ Mujica envió un mensaje a dos líderes que podrían continuar su lucha por la integración latinoamericana. El presidente de Brasil, Lula da Silva, su político más admirado, y Gustavo Petro, el primer mandatario de izquierda que ha tenido Colombia.
¡He aquí apartes de ese mensaje grabado:
“Querido Petro, la política de integración la tenemos que ver como una defensa de lo poco de soberanía que nos está quedando. No tenemos que pensar en grandes cosas, tenemos que pensar en muchas cosas pequeñas que la vayan construyendo como quien levanta un edificio. No tenemos que espantarnos por izquierda y por derecha. Hay que juntar lo que hay, porque si no tenemos la inteligencia de ir construyendo cosas que sobrevivan a los cambios políticos. vamos a hacer el papelón que hicimos con el Unasur. Porque no nos poníamos de acuerdo para elegir un presidente, nos quedamos sin Unasur.
Tenemos que tirar a la basura, estar todos de acuerdo. Los que están de acuerdo lo que hacen, lo hacen y a los que no están de acuerdo les damos un abrazo y cuando estén de acuerdo, seguimos juntos y no hay ningún problema. Bien flexible como las cañas, porque si dependemos del consenso nos vamos a juntar en el año del golero, porque siempre va a haber uno que tiene la pata renga. Tenemos que ser astutos, hay que crear una cultura de integración y para eso tenemos que presentar hechos reales y no discursos. Te voy a mandar papeles escritos, pero vos con los líos que tenés no tienes ni tiempo para leerlo. Elegí a alguien de confianza y dale poder. Me reuniré con Lula en diciembre. Brasil es demasiado grande y tiene que pagar la cena. A mí no me preocupa que lidere, el problema es que Brasil tiene frontera con casi todos los países. ¡Y si no aprovechamos ahora que tenemos un tipo que permeable nunca va a ser, porque cuanto más divididos nos tengan, más atomizados nos van a tener!”
Nadie mejor que José “El Pepe” Mujica para resumir con palabras sabias su propia existencia: “Los mejores dirigentes son aquellos que cuando se van dejan un conjunto de gente que los supera ampliamente”.
Michelini: “Y lo vamos a extrañar. No solo la sociedad uruguaya, sino gran parte de la sociedad mundial y el Frente Amplio en Uruguay, más que nadie”.
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