Otra vez empezó el ciclo.
En las redes se circula una captura de imagen perteneciente a un video en donde una poeta dominicana, que vive en diáspora, recita un poema titulado “Himno Nacional Lésbico Dominicano”. Las publicaciones de varios medios en redes sociales encienden el motor, se va a armar este escenario.
Estos titulares, con su recursos de radio bemba y falta de ética, reportan como supuestamente un colectivo creó este himno en violación a la ley de símbolos patrios. Como ya es costumbre en estos últimos diez años, debajo de las imágenes de los titulares en Instagram y Facebook se hace la performance* del patriotismo. Todos y todas preparan sus dedos para conectar con su dictador interior.
¡La vergüenza de ofender a la patria! “No hay que darle 10, son 20 años de cárcel”. “¡Cadena perpetua!”, escriben algunos. “Golpes” proponen otros contra no solamente quien escribió el poema sino también el espacio, quien grabó, su abuela, su papá, la vecina…
La turba patriótica “doliente” aparece en el escenario siempre que se mencionan a los chivos expiatorios; haitianos, Negros, gente dentro de las disidencias sexuales y de género y claro, a veces hasta las feministas y de izquierda llevan. Estos “ultra-mega-super-patriotas” con cuentas de pocos seguidores, con la bandera y mención de Dios en su biografía, performan disgusto mientras derraman su odio entre sus comentarios. La creatividad de los castigos y propuestas de tortura todavía a mis 36 años me sorprenden.
Quisiera entregarme a hacer comparaciones- decir cómo esta ley habla sobre el uso apropiado de la bandera y aun así veo una y otra vez en actividades de grupos “patrióticos” personas arrastrando la bandera. Cómo otros se la colocan en las cabezas, o se la atan al cuello como si fuera capa de Superman.- O decir de cómo el mismo gobierno, que nunca me sorprende cuando no sigue sus propias leyes, tenía en el Palacio de la Policía Nacional banderas de distintos colores, con un azul cerúleo en vez de ultramar y un rojo carmesí en vez de bermellón.- Si, en la ley de Símbolos Patrios se estipulan los colores de la bandera a ese punto,¿lo sabían?
Pero esto no es el “problema” de este asunto. El problema de estos ciclos tristes, y ya hasta aburridos, es que demuestran la fragilidad de la dominicanidad. Al mismo tiempo demostrando lo fácil que una mención de cualquiera de estos chivos expiatorios en titulares pueden “revoltear” y distraer, tomando días de gente en la radio, redes, periódicos y televisión agregando cizaña al tema. Como si no hubieran otras telas que cortar…
La fragilidad de un pueblo abatido con un costo de vida exorbitante, sin garantías de salud ni de seguridad social. La frágil realidad de que la vida no vale nada si no se tienen conexiones con políticos, empresarios o algún doliente con cien veces el sueldo mínimo. La normalización de condiciones paupérrimas y el abandono que existe. La fragilidad de tener que “bailar y gozar” como si esa es nuestra patria, mientras nos secan y contaminan los ríos, se nos talan los árboles y las multinacionales europeas o norteamericanas nos quitan pedacito a pedacito las costas y montañas. La vida del dominicano es tan frágil porque no hay ningún control sobre el derecho y garantía del bienestar. Por ende, allí se asoma el tirano interior.
Esto no es sorpresa. Son siglos de preparación social desde los tiempos de la colonia y la primera República. Son décadas de trauma político y social, una terrible memoria histórica, e indiferencia a herencias fascistas. Muchas académicas en la isla y en diáspora han ahondado sobre esta historia, algunas incluso las pusieron de chivo expiatorio en uno de estos ciclos.
Hoy en día vemos la continuación del mismo escenario, ¡pero hay planta e internet!
Vivimos bajo la continuación de un legado donde los derechos se mendigan y no son garantía, donde se mata y después se averigua. Un gobierno para unos pocos, y unas masas alienadas de su poder colectivo. La fórmula perfecta para perpetuar este ciclo de escenarios circenses. Porque por algo aquí ando escribiendo y me pregunto, ¿Cuántos solo leyeron el título para comentar mientras se circulaba la noticia en mensajitos de WhatsApp? ¿Cuántos saben lo que decía el poema y lo que pica reconocerse? Así como en 1949 hubo un poema gris escrito en otras costas por Pedro Mir reflexionando sobre las injusticias en nuestra tierra, la realidad se repite con pantallas en mano.
En TikTok salen veteranos estadounidenses diciendo lo lindo de vivir en este paraíso “Errede, no problem”. En el Robert Reid Cabral a veces hay que salir a comprar gaza y suero. No se puede doblar a la izquierda en la Lope de Vega, y la solución a todo es siempre más carriles, nunca transporte público. Rellenaron los humedales del Ozama, y la Barrick Gold sigue la construcción de la presa de cola. ¿Cuántas escuelas son que siguen sin terminar de construir? ¿Cuál es el desayuno de los estudiantes? Pero inauguraron otro parque, aunque no esté terminado. La mortalidad materna y femicidios en alta, las deportaciones por igual.
Ya en el colmado no te fían ni una cerveza para botar el golpe, y faltan 12 días para que te depositen. Pero el problema es el “Himno Nacional Lésbico Dominicano” esta semana. La próxima semana testigos de la prensa libre subirán otra imagen con un titular para decirnos cuál será el escenario para performar la ofensa.
Patrióticos valientes, ¡escriban! Que la dominicanidad se performa en Instagram ya que no tenemos garantías.
*La autora utiliza la palabra “performance”, “performar”, “performa” derivadas del inglés. Esta palabra se utiliza dentro de los estudios del performance para indicar la acción de actuar/representar un rol.

Biografía mínima. Gina Goico es una artista multidisciplinaria, académica y necia. Goico explora su identidad y los espacios donde existe en la República Dominicana y Estados Unidos a través de su trabajo artístico. A lo largo de su carrera ha creado una obra diversa que abarca desde bordados hasta instalaciones, dibujos a tinta y performances. Su investigación académica se centra en cómo la estética, las performances de artistas y activistas dominicanos que se identifican como negros operan como estrategias que refutan las identidades hegemónicas difundidas por el Estado en la República Dominicana y su diáspora neoyorquina. Goico fue becaria Van Lier y artista residente con Smack Mellon. También participó en la beca AIM del Bronx Museum of the Arts y en la residencia artística The Laundromat Project Kelly Street, entre otros. Goico tiene un grado técnico en Bellas Artes e Ilustración de Altos de Chavón y una licenciatura en Bellas Artes de Parsons. También cuenta con una maestría en Arts Politics de New York University y una maestría en Performing and Media Arts de Cornell University. Actualmente concluye su doctorado en Performing and Media Arts en Cornell University.
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