Si uno se deja llevar por las informaciones que aparecen en los periódicos y en los noticiarios televisivos, no vendría a México. No hay un solo día que los titulares no se refieran a matanzas atribuidas al narcotráfico, destilando sangre las páginas. Sin embargo, aunque esa sea la violencia que se vive en muchos de los 32 estados de México, la realidad es que este país es tan grande- 41.5 veces el tamaño de la RD, ocupando el puesto 14 en el mundo- que se puede vivir perfectamente sin temor, dependiendo del lugar donde se encuentre, como ocurre en cualquier parte del mundo.

Mi esposo y yo llevamos cinco meses residiendo en la Ciudad de México, mejor conocida por sus siglas CDMX, anteriormente denominada Distrito Federal, o DF. Nos maravillamos diariamente por lo hermosa que es: tan arborizada, con tantos parques y espacios verdes (ahora que es temporada de lluvia); tan limpia y organizada, a pesar de ser una de las ciudades más congestionadas y densas del mundo pues la habitan más de 9,2 millones de personas, según el censo del 2020, sin contar otros dos millones que entran diariamente a trabajar, lo que presenta un gran reto para la gestión de la ciudad, especialmente la circulación vial. Cabe señalar que la Zona Metropolitana o Gran Urbe del Estado de México cuenta con una población de más de 22 millones de habitantes, colocándola en segundo lugar después de Tokio. Pero en este artículo me referiré estrictamente a la CDMX.

Según los datos del 2024 el parque vehicular ascendía a unos 6.4 millones de vehículos de motor en circulación. Es decir, un vehículo por cada 1.4 capitalinos. Y, a diferencia de Santo Domingo, es mínima la proporción de motocicletas. Es variada la oferta de transporte masivo, como corresponde a la demanda: metro con múltiples líneas por toda la ciudad; autobuses con rutas y carriles exclusivos; trolebús que son los autobuses eléctricos que circulan en rutas específicas; cablebús, los teleféricos en la periferia; tren ligero en áreas específicas; y microbuses que circulan por todas partes. Pero, además, la red vial se ha desarrollado constantemente para atender la circulación de tantos vehículos, contando con múltiples vías de acceso como el Circuito Interior, el Anillo Periférico (de dos pisos o niveles), y el Circuito Bicentenario, al margen de las vías radiales. No obstante, cualquier persona dedica diariamente en promedio de dos a tres horas a transportarse, aunque el tráfico fluye constantemente gracias en gran medida a que es organizado debido al cumplimiento de las leyes y al civismo de quienes conducen.

Otro logro del Gobierno de la CDMX es el excelente manejo de los residuos sólidos. La ciudad está limpia. Gracias al programa ¨Basura Cero¨ no se ve basura en ninguna parte, aún en vecindarios de personas de escasos recursos.  La recogida de basura depende de 36 mil recolectores que son empleados públicos, de empresas privadas especializadas, así como de trabajadores informales. No se ven zafacones de basura en las calles ni en las aceras, pues se colocan dentro de los edificios y residencias. Los camiones recolectores circulan en altas horas de la noche o en la madrugada para no afectar el tránsito vehicular. Sin embargo, no bastaría el eficiente sistema implementado para manejar las aproximadamente 13,000 toneladas diarias de residuos sólidos urbanos, si no estuviese acompañado por una población educada que no tira basura al piso y conoce cómo disponerla.

No sorprende que los dos últimos presidentes de la nación, Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum Pardo, hayan ocupado previamente la posición de ¨Jefe/a del Gobierno de la CDMX¨. Sus respectivos éxitos gestionando el buen funcionamiento de esta megaciudad los catapultaron a la máxima posición del gobierno de los Estados Unidos de México.

En materia de oferta cultural pocas capitales del mundo ofrecen tantas y variadas opciones, convirtiéndola en un destino cultural de primer nivel. Una rápida búsqueda en el Internet indica que al momento que escribo esto se anuncian 186 eventos culturales, promocionándose como ¨La ciudad que lo tiene todo¨: conciertos, exposiciones; funciones de teatro, danza, cine, muchos de los cuales son gratuitos, o con bonos especiales para la población nacional. Oficialmente existen registrados en la Secretaría de Cultura o en el link ¨México Desconocido¨ 187 museos para todos los gustos. Notables son: el Museo Nacional de Antropología, Museo del Palacio de Bellas Artes, Museo Soumaya, Museo de Arte Popular, Museo Tamayo, Antiguo Colegio de San Ildefonso, Museo Frida Kalho, Museo de Arte Moderno, y Papalote Museo del Niño, entre muchos más.

Otro valioso atractivo es el gran acervo histórico, antropológico y sociocultural. La ciudad alberga tanto a los pueblos indígenas originarios como a quienes provienen de otros estados del país, motivo por el cual aquí se hablan al menos 55 lenguas indígenas, manteniendo vivas su organización social, tradiciones y costumbres. En la zona arqueológica y el museo del Templo Mayor, ubicados en el centro histórico, conviven el México prehispánico, colonial y actual. En esta zona, también conocida como ¨el Zócalo¨ se encuentra la Catedral Metropolitana, a unos pasos del Palacio Nacional, hoy en día con acceso limitado, por lo que no se puede apreciar en las escalinatas- como hace unos años-el formidable mural ¨Epopeya del pueblo mexicano¨ del maestro Diego Rivera.

Hernán Cortés, en su conquista, construyó el centro de la ciudad sobre el Templo Mayor de los mexicas, el principal centro ceremonial y político de la Gran Tenochtitlan. Es el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, hijo de un diplomático vegano y una mexicana, quien halló, clasificó y estudió las ruinas del Templo Mayor, que cubren 1.2 hectáreas, en un proyecto que data cuatro décadas.

El arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma

El 26 de julio del año en curso se festejaron los 700 años de la fundación de Tenochtitlan en 1325, como un reconocimiento del surgimiento de México y sus ricas civilizaciones, mucho antes de que llegaran los españoles.

Este es el primero de una serie de tres entregas dedicadas a dar a conocer la grandeza de los Estados Unidos de México.

Ada Wiscovitch

Economista

Ada Wiscovitch Carlo nació en Puerto Rico. Ha vivido en Santo Domingo, República Dominicana desde 1969. La Sra. Wiscovitch Carlo estudió Economía en la Universidad de Puerto Rico (magna cum laude). A lo largo de su carrera, ha trabajado para bancos comerciales privados locales e internacionales. También ha sido Directora Ejecutiva de la Fundación Dominicana de Desarrollo, una ONG de microcrédito. Además de ser miembro de la Junta Directiva de ECLOF, fue miembro de la Junta Directiva de BanReservas, un banco comercial propiedad del gobierno dominicano, y fue la Presidenta de su Comité de Auditoría. Actualmente también es miembro de la Junta Directiva de SERVIR’D, una ONG jesuita, y de la Fundación por la Música, una fundación que promueve la educación musical para estudiantes superdotados. Es la Presidenta del Patronato del Parque Nacional Manantiales del Cachón de la Rubia, una de las áreas protegidas más grandes de Santo Domingo.

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