En su discurso ante la sesión conjunta del congreso estadounidense este pasado martes 4 de marzo del corriente, el actual mandatario Donald J Trump repitió lo que nos hemos acostumbrados a presenciar en sus intervenciones. Amenazas, mentiras, verdades a medias, auto felicitaciones, la utilización del miedo, maniqueísmo y sus ya no tan impresionantes tropos apocalípticos en uno de los discursos mas largos, una hora y 40 minutos.

"América está de vuelta," sin especificar de dónde, en momentos en los que en tan solo 44 días su administración ha recortado presupuesto a agencias vitales, iniciado una feroz guerra comercial con socios estratégicos, insultado a jefes de estado causando todo un maremoto a lo interno y en relación con sus socios y adversarios tradicionales entre otros contratiempos.

“En las pasadas 6 semanas he firmado alrededor de 100 ordenes ejecutivas y he tomado mas de 400 acciones ejecutivas” para lo que según el “restaurar el sentido común, seguridad, optimismo y riqueza a lo largo de nuestra tierra maravillosa”.  Tantas fueron las mentiras que es hasta cuesta arriba poder empezar a citarlas una por uno. Por principio de cuentas, tuvo el descaro de decir que su triunfo electoral fue un mandato histórico. Donald J. Trump gano con menos de un 30% de las votaciones. Dijo además que, en su primer mes como mandatario, logro mas que inclusive George Washington. Prosiguió con la muy conocida línea de que él es lo mejor que le hubiese podido pasar a la nación, para luego sellar claro está, que ha sido inmisericordemente victimizado he injuriado por la prensa y el sistema judicial.

Trump, fundamento sus ejecutorias citando lo que considero como desperdicios, mal manejo de fondos y fraudes en las agencias gubernamentales. Los peligros que representaban la entrada masiva de inmigrantes ilegales, la inequidad existente en el sistema del comercio global y la necesidad de concluir una guerra sangrienta en Europa (no cito en ningún momento el exterminio palestino por parte de Israel).

De bochornoso y asqueante podría catalogarse la actitud de los representantes del partido republicano, sus senadores y otros, al ponerse de pie ante el aspirante a Fuhrer y vitorear a coro “USA! ¡USA!. Estos mismos oficiales electos afrontan hoy los riesgos asociados a la entrada en vigor de los aranceles en sus estados agrarios, mientras que otros ya enfrentan el dilema del aumento de la inflación y la reducción de servicios de bienestar social, salud para los votantes a los que representan.

Puntualizo los logros que a su juicio representaban la “revolución del sentido común” que había implementado incluyendo la terminación de lo que tildo de “tiranía” de los programas de diversidad, equidad e inclusión. Pero en donde se ufanó al máximo fue cuando menciono sus logros en el plano económico con su estelar imposición de aranceles hacia China, México y Canadá.  Trump afirmo, que tales medidas redundarían en la preservación de puestos de trabajo y bajos precios. Aunque posteriormente freno y pospuso los aranceles, el nerviosismo entre los inversionistas y el empresariado ya ha desencadenado una serie de cesantías y aumento inusitado de los precios.

Sin empachos, culpo a su predecesor Joe Biden de la imperante inflación “como saben, heredamos de la última administración una catástrofe económica y una pesadilla de inflación” Su solución incluiría “cortes en los impuestos para todo el mundo” incluyendo además la extensión de aquellos implementados durante su primer periodo. Todo esto en aras de lograr un presupuesto balanceado no visto en los últimos veinte años.

El mandatario también alabo el trabajo de Elon Musk al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE por sus siglas en ingles) indicando sin base alguna que “encontramos cientos de billones de dólares en fraudes”. “Por casi 100 años, la burocracia federal ha crecido a tal punto que ha hecho añicos nuestra libertad, inflado nuestro déficit ha contenido el potencial de nuestra América en todas las formas posibles”. Acto seguido continúo despotricándose citando una lista sin fin de proyectos considerados como desperdicio de fondos incluyendo ayudas para la comunidad LGBTQ en Lesoto “un país en el África que nadie nunca a oído” …

Cuando por fin tocó la guerra de Rusia y Ucrania, al final de su arenga belicosa, lo hizo sin darle mayor atención al tema. “¿Ustedes quieren que se extienda por otros 5 años? Nunca enunció una propuesta viable de paz duradera en la región. Tampoco el rol de NATO ni las garantías para Ucrania. Tampoco mencionó ningún compromiso por parte de Putin para garantizar la paz…

Por demás repitió su promesa de retomar de nuevo el Canal de Panamá, declaró que México estaba siendo dominado por los carteles criminales, citó además su deseo de adueñarse de Groenlandia “de una forma u otra” en su arenga belicosa.

Todo, ante la presencia de una oposición demócrata de capa caída, huérfana de un proyecto viable y eficaz de oposición con el cual pueda granjearse el apoyo, la confianza y adhesión de un electorado que ya empieza a padecer en carne propia los estragos de los sinsentidos, anti políticas y exabruptos del actual mandatario, quien no parece estar interesado en erigir un proyecto de nación democrático, plural de cara a los retos que enfrenta Norteamérica en los próximos años.

José Luis Keppis Martínez

Sociólogo

El autor es Sociologo, reside en el Bronx, ciudad de Nueva York.

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