Con profunda satisfacción recibo la decisión oficial del Consejo Nacional de Educación de aprobar la Ordenanza 02-2025, que dispone la incorporación formal de la Educación Moral, Cívica y Ética Ciudadana en todos los niveles del sistema educativo preuniversitario a partir de agosto del presente año. Esta medida representa un paso firme y trascendental hacia la construcción de una sociedad más justa, consciente y comprometida con los valores democráticos.
Durante años, existe una creciente preocupación social respecto a la pérdida de referentes éticos, el debilitamiento del sentido de comunidad, la escasa cultura cívica y la falta de respeto a las normas de convivencia. Estas carencias no son producto del azar, sino de una ausencia sistemática de formación en valores fundamentales dentro del proceso educativo. Por eso, el regreso de esta asignatura no es solo oportuno, sino necesario y urgente.
La educación no debe limitarse al desarrollo de competencias académicas y técnicas; también debe forjar ciudadanos íntegros, con conciencia moral, sentido de pertenencia, respeto por los derechos humanos y compromiso con el bien común. Incluir nuevamente la Educación Moral, Cívica y Ética Ciudadana en el currículo escolar es reconocer que formar buenos ciudadanos es tan importante como formar buenos profesionales.
Este enfoque integral de la educación refuerza la capacidad del sistema educativo para prevenir problemas sociales como la corrupción, la violencia, la intolerancia y la apatía cívica. A través del estudio sistemático de los deberes y derechos, de la reflexión ética y de la práctica del respeto mutuo, se cultivan generaciones más responsables y comprometidas con el desarrollo nacional.
Felicito al Ministerio de Educación y al Consejo Nacional de Educación por esta importante y visionaria decisión. Hago un llamado a toda la comunidad educativa (docentes, directivos, familias y estudiantes) para que se asuma con entusiasmo y responsabilidad este nuevo reto. Porque educar en valores no es solo tarea del aula: es una misión de todos.
Aplaudo la aprobación de la Ordenanza 02-2025, con la firme convicción de que representa un avance significativo hacia una educación más humana, más consciente y, por ende, más transformadora. Que esta nueva etapa nos permita sembrar en cada niño, niña y joven, las semillas de una ciudadanía activa, ética y solidaria.
Las buenas acciones a favor del desarrollo colectivo deben de ser resaltadas.
¡Enhorabuena!
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