Ubicado en la costa norte de nuestro país, se encuentra Sosúa, un municipio que lo tiene todo para brillar con luz propia en el mapa turístico mundial. Sus playas, como la impresionante playa Sosúa y la cautivadora playa Alicia, deslumbran con su belleza natural, mientras que su vibrante cultura, su historia única y una oferta gastronómica que despierta a todos los sentidos, convierten a este destino en una agradable experiencia. Sin embargo, a pesar de su potencial, el destino enfrenta hoy un desafío urgente que requiere atención y acción inmediata: la creciente percepción de Sosúa como un destino de turismo sexual.

Sosúa no es un lugar cualquiera. Sosúa posee un legado singular que merece ser contado. Su origen se remonta a finales de la década de 1930, cuando cientos de judíos europeos, huyendo del horror nazi, encontraron refugio en esta zona gracias a una histórica decisión del gobierno dominicano que les ofreció tierras y recursos, incentivándolos a establecerse en este pueblo. Aquí crearon comunidades, emprendimientos agrícolas y bases económicas que aún hoy marcan la identidad del lugar. Caminar por sus calles es recorrer un capítulo único en la historia del Caribe y del mundo. Este legado, sin embargo, permanece poco explotado como recurso turístico y educativo.

La diversidad cultural que ha atravesado Sosúa también se refleja en su cocina, por lo que la gastronomía es el alma de este pueblo. Desde restaurantes locales con pescados frescos frente al mar, hasta propuestas internacionales impulsadas por residentes europeos y latinoamericanos, Sosúa se ha convertido en un verdadero paraíso para los amantes del buen comer. Su oferta gastronómica podría ser, con la estrategia adecuada, uno de los ejes para reposicionar el destino y atraer a un turismo de calidad, amante de las experiencias auténticas.

Lamentablemente, en los últimos años, el nombre de Sosúa ha sido relacionado con el turismo sexual, y en los últimos meses esta compleja realidad se ha convertido en una amenaza latente no sólo para el municipio, sino para todo el país, distorsionando la imagen del destino y amenazando con su desarrollo sostenible. Este tipo de turismo, muchas veces informal y fuera de control, no solo vulnera derechos humanos, sino que también pone en riesgo la seguridad, la reputación y las inversiones del lugar.

La responsabilidad de enfrentar esta situación no puede recaer solo en la comunidad local ni en los empresarios. Se requiere voluntad política demostrada en una acción coordinada del gobierno central y municipal, con políticas claras de regulación, vigilancia y alternativas de desarrollo para quienes hoy encuentran en este fenómeno una fuente precaria de ingresos. Sé que este municipio, conocido por demás por nuestro presidente señor Luis Abinader, quién fuera presidente de la Asociación de Hoteles y Restaurantes de Sosúa y Cabarete (ASHORESOCA) en el período 2004-2006,  y en cuyo lapso de tiempo realizó grandes aportes al destino, entenderá que urge una acción inmediata y contundente en la zona, para recuperar este inigualable destino turístico.

Sabemos que, el actual Ministro de Turismo, David Collado ha liderado un proyecto integral de remozamiento y recuperación de Sosúa, incluyendo la reorganización de los negocios en la playa y la mejora de accesos y seguridad. Este proyecto, que ha comenzado hace más de un año, tiene como objetivo convertir Sosúa en un espacio renovado y atractivo para las familias de la zona norte. Pretende reubicar y regularizar los negocios instalados en la playa, mejorar los accesos a la misma, incluyendo el reordenamiento del tránsito y la mejora de los estacionamientos. Se pretende implementar un sistema de cámaras para garantizar la seguridad de los visitantes, y se anunció que se estaba trabajando en la regularización de los centros de diversión ubicados en la playa. Se prevee que se realizará una inversión superior a los 600 millones de pesos. Sin embargo, la ejecución de dichas obras ha caminado a pasos lentos, y en el pueblo están a la espera de que, como en otros destinos, se coloque el reloj que asegura el tiempo necesario para la ejecución final de la obra.

Definitivamente, Sosúa merece más. El reto es cambiar el relato. Sosúa merece ser reconocida por su historia, su gente trabajadora, su creatividad y su belleza natural. Merece ser promovida como un destino de turismo cultural, gastronómico, de sol y playa, no como un lugar asociado a la explotación sexual y la informalidad. Para esto, es vital implementar un plan integral de rescate y ordenamiento turístico, con participación del Ministerio de Turismo, las fuerzas del orden, instituciones educativas, organizaciones comunitarias y, sobre todo, con una visión a largo plazo.

Hacer de Sosúa un destino “ÚNICO”, y seguro, no es un sueño imposible. Con voluntad política, inversión social y un enfoque centrado en el desarrollo humano, esta joya de la Costa Norte puede transformarse en un referente de turismo responsable, ético y sostenible para toda la región del Caribe.

Magaly Toribio

Mercadóloga y Hotelera

Magaly Toribio, Hotelera y mercadóloga por convicción, politóloga para intentar entender el mundo, amante de las palabras y la buena lectura. Ex- viceministra de turismo, reconocida en múltiples ocasiones por los principales gremios del sector turístico nacional e internacional. Experta en marketing turístico y gestión sostenible de destinos turísticos. Investigadora, académica y consultora privada de empresas, universidades y destinos turísticos. Presidente de la empresa TARGET Consultores de Mercadeo y creadora de la primera empresa del país suplidora de soluciones de movilidad para turistas con discapacidad, Scooters DR.

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