I: El escándalo Watergate
Primero, para poner en contexto el tema, nos permitimos asumir el caso de Watergate como elementos vinculante al presente enfoque. Y cabe a seguidas, describir su naturaleza. Es un hecho de carácter político ocurrido en los Estados Unidos a principios de la década de 1970, a raíz del robo de documentos e instalación de dispositivos de escucha en el complejo de oficinas Watergate de Washington D. C., sede del Comité Nacional del Partido Demócrata de Estados Unidos, y el posterior intento de la administración Richard Nixon de encubrir a los responsables, pero, cuando la conspiración se destapó, el Congreso de los Estados Unidos inició una investigación, pero la resistencia del gobierno de Nixon a colaborar en esta condujo a una crisis institucional. El término Watergate empezó a abarcar entonces una gran variedad de actividades ilegales en las que estuvieron involucradas personalidades del gobierno estadounidense presidido por Nixon.
Estas actividades incluían el acoso a opositores políticos y a personas o funcionarios considerados sospechosos. Nixon y sus colaboradores cercanos ordenaron hacer asedios a grupos de activistas y figuras políticas, utilizando para ello organizaciones policiales o servicios de inteligencia, como la Oficina Federal de Investigaciones (FBI)…
Retornando al término, Establishment, sociológicamente y desde la óptica de ciencia política, este término, describe al grupo social dominante, la elite que controla un sistema político, una organización o una institución. O lo mismo, grupo de personas que ejercen el poder de un país, en una organización o en ámbito determinado. El escándalo destapó múltiples abusos de poder por parte del gobierno de Nixon, que se saldó con la dimisión de este como presidente de los Estados Unidos en agosto de 1974. Precisando, dicho escándalo afectó a un total de 69 personas, de las cuales 48 fueron declaradas culpables y encarceladas y muchas de ellas habían sido altos cargos del gobierno de Nixon. (Https-es.wikipediaesc.%3-idolo-watergate#cite_note-conviccion.3). Escandalo este que desencadenó la dimisión del ex presidente Richard Nixon el 9 de agosto del 1974. El suceso empezó con la detención de cinco hombres por el allanamiento en el complejo Watergate del Partido Demócrata el 17 de junio de 1972. El FBI encontró una conexión entre los ladrones y el dinero negro utilizado por el Comité para la reelección del presidente (CRP), la organización oficial de la campaña electoral de Nixon y el Partido Republicano. En julio de 1973, gracias a los testimonios de antiguos funcionarios y del personal de Nixon, las investigaciones realizadas por el Comité Watergate del Senado de los Estados Unidos revelaron que Nixon tenía en sus oficinas un sistema de cintas de grabación y que muchas conversaciones habían sido grabadas…
Tras una serie de batallas legales, la Corte Suprema de los Estados Unidos dictaminó por unanimidad que el presidente debía entregar las cintas a los investigadores gubernamentales, a lo cual accedió finalmente. Las grabaciones implicaban directamente a Nixon en el caso, al revelarse que había tratado de encubrir el robo con «tejemanejes cuestionables». Debido a que, con toda probabilidad, el presidente hubiera sido objeto de un proceso de destitución por parte del Congreso de los Estados Unidos, Nixon renunció a la presidencia el 9 de agosto de 1974. El 8 de septiembre de 1974, su sucesor, el también republicano Gerald Ford, concedió su perdón al expresidente. (Fuente citada)
II: Senasagate
En el caso que nos ocupa, y debido a que, desde entonces, el nombre «Watergate» y el sufijo «gate» se han convertido en sinónimo de escándalos políticos en Estados Unidos y en otros países del mundo, tanto de habla inglesa como no inglesa. (Ibi](Ibídem), decidimos bautizar el caso dominicano, como Senasagate. En el caso de la especie en este país, no se trata de una trama de la misma naturaleza, ni creo que llegue tan lejos como establecen, tanto el articulo 80 combinado con el artículo 83 de la Constitución que recogen las facultades del senado de someter a juicios políticos atendiendo a cualquier acusación de funcionarios públicos elegidos por voto popular (…), por la comisión de faltas graves en el ejercicio de sus funciones. Y aunque tiene su protocolo, pero si existe en nuestra carta magna esta figura.
Ahora bien, por la dimensión social y humana que ha implicado la estafa de esta entidad estatal, la que un entramado mafioso sangró el programa nacional de los pobres con la frívola suma de más de 160 mil millones de pesos al programa de salud de la población más vulnerable, y que un momento el presidente de la Republica estaba ripostando y resbalando sobre la realidad y la gravedad del hecho, peor, asumiendo alocuciones de endilgar a la oposición política el interés de desacreditar Senasa, el presidente y prácticamente el PRM, como entidad que asume la etiqueta política del poder, estuvieron al borde de quedar envueltos como especies cohecho-delito contra la administración pública que constituye un acto bilateral que ataca a la rectitud y buen proceder propio del funcionario o servidor público en cumplimiento de sus funciones. Y digo, a diferencia de Richard Nixon, en el caso de Watergate, cuya participación fue directa en la trama, el presidente Luis Abinader asumió-seria- al ver la magnitud del robo del erario público encabezado por un amigo primario y aliado político a través del movimiento OLA, el exdirector de Senasa, Santiago Hazim Albainy en quien el presidente Abinader le había depositado la confianza de dirigir a Senasa, pero que, alguna situación de “fuerza mayor para dicho incumbente”-juzgo yo-, dicho programa fue asaltado por el mayor escándalo de corrupción gubernamental de la historia republicana. Y digo, sin ninguna vacilación, el Dr. Hazim, como principal implicado y sobre el que pesa una sentencia de medida de coerción de 18 meses en la cárcel de najayo hombre, ha servido, como pararrayo penal y como verdugo social por haberse prestado para tal estafa, pero a la vez, políticamente, con el mismo lodo, un acicate para acuñar la bandera de que este caso, a parte de la sombra política, pone de relieve-según ha acuñado el PRM-, que de no haber sido por el alto compromiso del gobierno de tolerancia cero a la corrupción-tratándose de un amigo de cuna del presidente-, hubiera quedado impugne como otros casos de los gobiernos anteriores… Y bien, a pesar de la magnitud del caso,a nuestro juicio, no ha resquebrajado el esquema de dominación del presidente Abinader, sin embargo, será una mancha indeleble para el PRM.
III: El accionar a tiempo del presidente
A mi juicio, el presidente Luis Abinader pudo advertir la magnitud de la realidad del caso, y quedaría en shock, al ver su programa Premium consumido en la vorágine de la “corrupción” o cuando no, que el amigo Hazin, lo usó para congraciarse con él y/o el partido, en gran parte del sostenimiento de la campaña política del 2024, cuya premisa se sustenta en que los analistas están usando esta posibilidad como soporte de sus análisis de que, la campaña del 2020, la patrocinó la marcha verde y la del 2024, Senasa. Pero bien, sea verdad o incierto estas premisas, el presidente de todo modo sacó esa pelota de la puerta del palacio, y de forma magistral, desde la misma presidencia asume el control de armar el expediente y someter ante la Procuraduría General de la Republica los principales implicados del desfalco público a Senasa convertido en un entramado nacional.-Si no lo hubiera hecho, su figura saldría achicharrada y muy comprometida.-
A nuestro juicio, sólo con el estribillo que acompañó la acción del palacio, de la célebre frase del presidente Abinader, “yo tengo amigo, pero no tengo cómplice”, ha cubierto su espalda y más, lo que al principio parecía contubernio, se convirtió en el mayor plus político y de correcta decisión de asumir el movimiento de la acción pública. Y fue tan efectiva la misma, que exhortó al consejo del nuevo Senasa a constituirse en actor civil. Es decir, el presidente pudo hacer un gran acto de expiación y oxigenación del palacio, en el entendido que todos los cañones de la sociedad se ha orientado en la persona del Dr. Hazin y compartes, de quien el pueblo pide su cabeza, lo cual indica que el escándalo de referencia se le ha endilgado al Establishment o mejor dicho, al círculo de empresarios inescrupulosos y sumido en la llamada vorágines de oligarquía.-la cual hace las veces de pentágono dominicano- Cuestiones estas, que hizo marcar una diferencia de enfoque y de posibles responsabilidades entre el caso de Richard Nixon, que le costó el puesto, pero que, al presidente Abinader, en cambio, aunque será un lastre imperecedero e imborrable, ha puesto su gobierno y el futuro político de su partido, en un estado de retroceso o por lo menos bandera política para que la oposición asuma esta afrenta publica y social como consigna para el 2028. Y con sobrada fuerza para que el electorado exprese su desencanto político.
IV: El estima político del Senasagate
A modo de conclusión y posible reiteración, cabe decir que, aunque el presidente ha salido lacerado de esta estafa de lesa sociedad, la mayor cuota negativa se la lleva el PRM como partido político, en razón que todavía revolotea en el imaginario social, la genética del antiguo PRD, que el país carecía de suerte en sus gobiernos. Incluso, que a mi juicio, quedó embrollado en una profunda estima paradigmática que le acompañará por el resto de su vida y el tiempo del gobierno que encabeza el presidente Abinader. Y que aunque estaba un tanto vivo en el imaginario del cuerpo electoral de que desde el PRD de 1961, esta organización hereda el estigma que es causantes de grandes trastornos sociales en su gobernanza, el presidente Abinader, a pesar de este escándalo al tipo Watergate, propiamente, él como gobernante aun no acusa profundas tasas de rechazos, pero, sí que si sigue cundiendo esta percepción, y lo asegura el mismo Dr. Guido Gómez Mazara, recoge ceniza del fuego político que atrás quedan de lastres por este y anteriores escándalos de corrupción, que, el caso Senasa borra todas las cosas positivas que, según su criterio, ha realizado este gobierno. Y para el PRM, con pocas opciones de candidatos presidenciables carismáticos, mas este balde de lastre de Senasa, tendría que emplearse a fondo para recuperar su imagen política y, evitar que el gobierno no lastime ni con un roce de una pluma, la herida mortal que retozará en el cuerpo electoral de cara al 2028.
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