(Apuntes para un manual de sociología barata)

 "Lo preocupante no es la perversidad de los malvados, sino la indiferencia de los buenos". (Martin Luther King Jr.)

Sugerimos algunos tópicos respecto al guion de la segunda parte de “La persecución haitiana”, Balaguer maquinando día y noche, de cómo tramar una espectacular campaña sucia para que un negro de origen haitiano llamado Peña Gómez no fuese presidente. Desde un imaginario perverso, sus secuaces filmando a Peña en un rito vudú y consultando brujas. Corte brusco, suena un vals. No propongo música de atabales, porque esos ritmos son sospechosos por provenir de África. Por fade in, en el aire aparece un lettering enorme que flota por la isla, es leído desde cualquier lugar del país: “En la década de los años 1990, el máximo líder del PRD fue víctima de una campaña racista, y paradójicamente en 2025 es traicionado por el silencio omiso de los colegas de su partido, y un presidente indolente y xenófobo”.

Sonidos de dinosauros. Aparecen imágenes creadas por IA de un parque Jurassic. Lentamente el parque se transforma en la fachada del instituto Duartiano, en su interior se ven imágenes de ancianos añorando el pasado, revolcándose  en un montón de periódicos amarillentos y lleno de polillas.  Balbucean la consigna de una patria que no llega más allá de proclamas anti-haitianas. Hablan de batallas heroicas con Haití y de masacres de estadísticas dudosas. Se escucha una voz molestosa, chillona y burlesca: “justifiquemos nuestro rol, fomentemos actividades alrededor de la vida del patricio y su obra, y si queremos discutir respecto al pasado y el presente con Haití,   seamos rigurosos, propongamos soluciones  y no más mitos y leyenda que fomentan el odio y el rechazo. 

De golpe y de sorpresa, entra un niño negro en pantalla, es un canillita haitiano que muestra un titular de Diario Libre en primer plano, “Orden, no abuso”, una doña vocea, “mira tú, Pití, déjame ver qué dice ese artículo”, un joven enciende su celular y le muestra el link del articulo a la doña https://www.diariolibre.com/opinion/delante-del-sol/2025/05/19/deportacion–orden-no-abuso/3118981, ella se asombra y comenta, “bueno esos excesos se ven hasta en EUA”. El joven se ríe, “es verdad doña, la piña e’tá agría”, mire este otro titular”, “Las dominicanas, entre las extranjeras de Latinoamérica que más dan a luz en Estados Unidoshttps://www.diariolibre.com/usa/actualidad/2025/05/20/las-dominicanas-son-de-las-que-mas-dan-a-luz-en-ee-uu/3118959. La doña comenta, “no es que yo sea anti dominicana, pero los americanos no la manda para su país en proceso de parto, asumen un protocolo,” “yo no sé doña, lo mío e’ lo’ urbano y alofoke.” “No sé qué es eso,” responde la doña, “gracias por mostrarme las noticias en su celular.”

La trama del guion, pasa del horror absurdo al género western, unos vaqueros en Dajabón persiguen a unos negros vestidos de indios. No es una batalla, es un crimen, por no decir un abuso, para que no acusen al guionista de anti dominicano o prohaitiano. Los perseguidos están desarmados, son miserables, no tienen como responder, que no sea pidiendo clemencia. El Alcalde del pueblo saca su revolver tan antiguo como su materia gris. Frente a esos infelices, enarbola un patriotismo que no convence ni a sus seguidores, dispara par de tiros al aire, se toma un trago de clerén, vocea, “yo soy migración, coño, más guapo que yo ni Trujillo. Yo soy la ley, estamos en el viejo Oeste. La escena termina presentando imágenes de un antes y un después de Dajabón, pobreza vs. prosperidad. Voz en off que insiste, “Dajabón sin el negocio haitiano, legal e ilegal, fuese un pueblo medieval y folclórico de la frontera”.

Sábado 10 de la mañana. De manera general se observa el ambiente de una cafetería, que una vez tuvo incluida en una librería. Se escucha un jolgorio, es una peña de intelectuales dominicanos. Discuten en voz alta, como si el tono de la voz le diese autoridad o razón a la palabra. Están sentados alrededor de una mesa larga,  alguien le pregunta a un  señor que participa de la peña, que es cronista, que publica los sábados cada 15 días en un diario de circulación nacional, ¿cuál es su parecer sobre las ventajas y desventajas de las migraciones? El crónica expone de manera magistral,  es interrumpido por un intelectual osado y provocador, de esos que avivan la disidencia en las peñas, ¿Y por qué usted nunca ha escrito una crónica respecto a la migración haitiana? Se arma un reperpero, el cronista, hombre educado, saludó y se va.

Es una conferencia en el archivo general de la nación. Dos de los historiadores más conocidos de la República Dominicana, exponen respecto a la ocupación haitiana y sus consecuencias, terminadas sus ponencias, un dramaturgo y cineasta que es parte del público, argumenta y pregunta. “Las consecuencias presentes y pasadas de esa ocupación son sospechosas, es la única intervención en la historia de la humanidad que no ha dejado ningún vestigio cultural en el país ocupado, no hablamos creole, no tenemos instituciones haitianas como tienen otro países, no tenemos ni un bar donde se pueda bailar música haitiana, en términos reales, ¿cuáles han sido las consecuencias?” ¿No sería más digno y real, reflexionar respecto a las consecuencias drásticas que ha dejado la colonización española en la República Dominicana, donde todavía las personas negras son los sirvientes y los que tienen menos oportunidades laborales y educativas? En el salón de conferencia del archivo se siente un silencio tenso y tenebroso. Denso, como esas largas discusiones de parejas donde el hastío produce la mudez. El auditorio queda oscuro, se va la luz, se escucha la voz del moderador, “seguridad, seguridad, saquen a ese necio del archivo”.

El final de la película debería verse un abismo que divide la isla, más largo que la muralla china, de un lado se ve un pueblo hispano de pelo lacio y nariz perfiladas, del otro lado de la isla, un pueblo de tribus africanas, embrujados, perdidos, embrutecidos por la misera y el desorden. Y no debería faltar el slogan: ”somos un pueblo que canta”

La persecución haitiana (primera parte)

cC

El difícil.

Carlos Castro

Sociólogo, teatrista y cineasta.

El autor estudió sociología. Es profesor universitario. Escribe y dirige teatro. Es cineasta sin título universitario. Fue expulsado del paraíso de la mediocridad criolla.

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