Los capitaleños (todavía así se nos llama) vivimos en la ciudad más grande y moderna del Caribe y Centroamérica, con casi cinco millones de habitantes, poco menos de la mitad de la población del país. Con edificios de hasta treinta o más pisos, Santo Domingo es, efectivamente, como la rebautizó Leonel Fernández, un “Nueva York chiquito". Pero Santo Domingo, ex de Guzmán, tiene más de un millón de motoristas serpenteando entre los automóviles, sin que actúe ninguna autoridad, por lo que manejar por sus calles y avenidas es un muy riesgoso acto de temeridad…(Sépase, sin embargo, que el resto de República Dominicana es un país medio civilizado).
Soy periodista con licenciatura, maestría y doctorado en unos 17 periódicos de México y Santo Domingo, buen sonero e hijo adoptivo de Toña la Negra. He sido delivery de panadería y farmacia, panadero, vendedor de friquitaquis en el Quisqueya, peón de Obras Públicas, torturador especializado en recitar a Buesa, fabricante clandestino de crema envejeciente y vendedor de libros que nadie compró. Amo a las mujeres de Goya y Cezanne. Cuento granitos de arena sin acelerarme con los espejismos y guardo las vías de un ferrocarril imaginario que siempre está por partir. Soy un soñador incurable.