1.- El conjunto de personas que habitan en el territorio nacional dominicano está compuesto por niñas, niños, adolescentes, jóvenes y adultos.

2.- De la citada población, los jóvenes y los que han alcanzado su mayor grado de crecimiento, los ya maduros, están formados en uno u otro sentido, con conocimientos sólidos sobre las cosas por su preparación o el tiempo vivido.

3.- En el medio social dominicano solo queda la niñez por configurar su pensamiento e instruirla correctamente para la vida en sociedad.

4.- Partiendo de que la niñez es el material humano a ser útil a nuestro país y a la especie humana en general, hacia ella procede dirigir todos los buenos deseos y esfuerzos.

5.- Adoctrinar a nuestros niños y niñas para que en el futuro sean mujeres y hombres de bien es llevar a su cerebro ideas humanistas y conceptos sobre cómo comportarse para ser socialmente valiosos.

6.- La labor de correcta educación general en nuestra niñez hay que iniciarla ya, en lo inmediato, sin pérdida de tiempo.

7.- En razón de que la sociedad dominicana está agrietada en lo ético y moral, hay que contrarrestar los vicios sociales actuales con una enseñanza en valores y principios extraídos del diario vivir con decencia.

8.- Como profunda es la degradación en la cual nos estamos moviendo dominicanas y dominicanos, de gran dimensión procede sea la tarea de educar en los marcos del actual descalabro moral.

9.- Hay que proporcionar a la niñez dominicana claro conocimiento de la honestidad, el honor, la lealtad, la honradez y la verdad; el querer a los demás, la solidaridad, el desprecio al odio, la mentira y todas las taras sociales.

10.- En  la mente todavía limpia de nuestros muchachitos y  muchachitas hay que sembrar lo que eleva al ser humano, el trabajo con sentido social para disfrutar en común lo que en conjunto se produce.

11.- Ganando terreno, a marcha forzada, a toda prisa, rápidamente, como un rayo, los educadores con vocación para bien formar munícipes de calidad deben tomar la iniciativa para más temprano que tarde contar con nuestros futuros  adultos educados para ser servibles y socialmente convenientes.

12.- Debemos confiar en que se logrará salvar a la niñez de ahora para dejarle a la posteridad un ser humano de muchos quilates, de méritos, loable y relevante por su contribución al bienestar comunitario.

13.- Lo que nos queda como colectivo humano civilizado es confiar en la niñez, dejando a espaldas, atrás, todas esas cosas feas que solo sirven para que se nos caiga la cara de vergüenza.

14.-  La ocasión no es para estar elucubrando; el tiempo pasado ya pasó y lo que manda el momento es superar, dejar atrás las manchas que han acompañado a las generaciones anteriores que se han dejado influenciar por vicios propios de sistemas sociales en decadencia condenados por la historia.

15.- Por muy difícil que se presente la situación material y espiritual de nuestro pueblo, vamos a salir adelante confiando en las fuerzas motrices que anuncian un exitoso futuro, teniendo como garantía a la niñez de hoy rescatada.

16.- No nos engañemos; no nos dejemos meter gato por liebre, nada de marranearnos, ni caer de tontos. Salvar a la niñez de hoy educándola como es debido. No hay de otra.

Ramón A. (Negro) Veras

Abogado

Abogado, ciudadano público, luchador por la libertad.

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