El presidente Luis Abinader, prometió en su campaña y la reiteró en su primer discurso, el pasado 16 de agosto, la conversión del actual sistema de salud, en un sistema de salud universal. Esa promesa, constituyó uno de los puntos fundamentales de su discurso, que agradó mucho al pueblo dominicano.
Antes que nada, veamos qué es un sistema de salud universal: es cuando todos los ciudadanos de un país tienen garantizada la atención médica en toda su amplitud. Ejemplo: Antes de la implementación del seguro familiar de salud, nuestro país gozaba de un sistema de salud universal, pues usted podía acudir a cualquier hospital o centro de salud del Estado y era atendido sin pagar un centavo. Inclusive, se le suministraban materiales necesarios para cualquier procedimiento, por igual, totalmente gratis. Este sistema es propio de los países socialistas en que el Estado financia la salud y de otros países en donde la salud es considerada como un factor incuestionable para su vida, protección y reproducción, sin importar el sistema o modelo económico de turno. Pero nuestro país no era un estado socialista, por tanto, resultaba incosteable, ya que el presupuesto destinado para la salud era insuficiente.
Por ejemplo, el actual sistema educativo de nuestro país es universal, pues usted puede inscribir a su hijo en cualquier escuela o liceo público y hasta la universidad estatal es en extremo económica con un amplio programa de becas. Se podrá decir: “Ah pero es que son escuelas con pocos recursos, calurosas y por lo general, con déficit docente”. Así eran nuestros hospitales, usted podía ser operado por el mejor cirujano, pero la hotelería era pésima. Usted se podía dar el lujo de ser atendido por los mejores especialistas del país, pero los hospitales daban pena por su estado de descuido y hasta insalubre, en muchos casos. Todo debido, a la irresponsabilidad gubernamental y al escaso presupuesto.
Entonces, ¿Cuál sería la fórmula para convertir el deplorable sistema del Seguro Familiar de Salud que tenemos, en un sistema de salud universal? Muy fácil y nada complicado: convertir a SENASA en la ARS universal, es decir, a la que todos los dominicanos estemos afiliados y las ARS privadas que sean optativas para aquel que desee mayor cobertura. Siendo SENASA la principal proveedora de todos los dominicanos, sí tendríamos un sistema universal, pero además, el Estado deberá garantizar que SENASA no tenga límite de cobertura para ningún paciente, no importa el padecimiento que tenga y los recursos que necesite.
Que esto terminaría con el negocio de las ARS y firmaría su desaparición, afectando los grandes intereses de los consorcios que las manejan, pues claro, si no es así, no habrá salud universal.
Preguntamos a nuestro Presidente: ¿Usted hizo una promesa o hizo un compromiso?
Hasta ahora, solo hay indicios de ser promesa ya que han pasado casi dos semanas de su toma de posesión y no se ha nombrado una comisión de expertos, comisión, en la que debe participar, como miembro, el Colegio Médico Dominicano, que estudie los detalles de la forma en que se producirá la transformación..
Se deberán pasar todos los afiliados de las demás ARS a SENASA. Los vampiros que se benefician del actual sistema, actuarán ante los tribunales amparados por la ley vigente. Pero, al ser una ley ignominiosa, que permite el enriquecimiento de quienes controlan las ARS privadas, dando, tan solo, una cobertura parcial a sus afiliados, se justificaría, en lo que la nueva ley sea aprobada, actuar por decretos. También, es hora ya de actuar sobre quienes manejan los fondos de pensión, utilizando el dinero acumulado de los trabajadores para generar plusvalía y otros negocios a su favor, sin que los trabajadores se hayan beneficiado de su propio ahorro. Se deberá modificar la ley de la seguridad social.
Para que los ciudadanos de este país, sintamos confianza de que nuestro Presidente, no solo hizo una promesa, sino que ha hecho un compromiso, debemos ver claras muestras de decisión y valentía.