Mi generación, que empieza a replegarse, surge con un Dios, Patria y Libertad que no dice más nada. Sigue con Mis mejores amigos son los hombres de trabajo, en la más absoluta ignominia, y continúa con el Vuelve y vuelve que no resuelve nada, y un abril que no llega ni a un año, y un Patria o muerte, venceremos, que nos dejó vencidos, y un sueño verde que no llega a un año, y otro Vuelve y vuelve que nos enloquece, y un trío de palabra tras palabra que no supera sus palabras, y un aquí estoy pero con apagones y más nada, y un fusil que sigue tan lento como las nuevas y viejas alianzas, y un vacío que mejor me muero. Y hasta aquí llego.
Soy periodista con licenciatura, maestría y doctorado en unos 17 periódicos de México y Santo Domingo, buen sonero e hijo adoptivo de Toña la Negra. He sido delivery de panadería y farmacia, panadero, vendedor de friquitaquis en el Quisqueya, peón de Obras Públicas, torturador especializado en recitar a Buesa, fabricante clandestino de crema envejeciente y vendedor de libros que nadie compró. Amo a las mujeres de Goya y Cezanne. Cuento granitos de arena sin acelerarme con los espejismos y guardo las vías de un ferrocarril imaginario que siempre está por partir. Soy un soñador incurable.