Hace pocos días recibimos la noticia de un gran incendio en la ciudad de Lahaina en la isla hawaiana de Maui y todos, o al menos yo, le dimos crédito a la versión oficial sobre sus causas (factores que se conjugaron como el calentamiento global, el viento y el paso cercano de los vientos de un tifón). Sin embargo, cuando vimos las imágenes de los videos que se han mostrado en estos días que transcurren y que nos muestran situaciones insólitas e inexplicables nos hacen sospechar de que no fue un accidente natural sino una acción provocada.
Lo primero que me llamó la atención son las imágenes de cientos de vehículos totalmente quemados y todos sin excepción, tenían sus puertas cerradas y sin cristales pues los mismos parecían haberse derretido, pero además manteniendo, todos, sus respectivos carriles y teniendo espacio a ambos lados de la pista para que trataran de evadir al conglomerado. Exhorto a todo el que me lea que acuda a la red y vean las características de los incendios.
Si se observa el mapa del incendio se nota que este parece ser un acontecimiento “quirúrgico”, es decir, muy bien cuadriculado y en los videos se observa un patrón de viento para todas las direcciones, en fin de cuentas, un fenómeno “natural” poco natural.
Todo esto me hace pensar en el uso de armas de energía dirigida o DEW las cuales poseen solamente los EEUU, Rusia e Israel.
¿Qué son estas armas? Son armas de altísima tecnología que concentran gran energía a manera de rayos ionizantes de moléculas hasta el objetivo, que pueden ser cañones láser, de microondas o de partículas atómicas o subatómicas que afectan o destruyen su objetivo. Estas armas ya están montadas en buques de las armadas de los países mencionados y en sistemas antiaéreos de los mismos.
En California, hace unos años se produjo un fenómeno parecido y no se habían extinguido las llamas cuando aparecieron agentes de bienes y raíces ofreciéndoles a los afectados comprar sus propiedades a precio de vacas muertas y en donde se desarrolló un complejo habitacional de alto coste.
Es sabido en Hawai que esa zona que afectó el incendio siempre fue ambicionada para convertirla en zona turística por su fácil acceso al océano y sus limpias playas.
Quien observa la intensidad que tuvo el desarrollo de lo ocurrido en Hawai no se explica la baja tasa de fallecidos y la forma tan extraña, tan organizada, en que quedó todo aquello después de sofocado el incendio y me surge una pregunta: ¿Acaso fue consensuado aquello con la población afectada a cambio de una remuneración importante? Dejó la pregunta ahí para que cada cual saque sus conclusiones.