La “modernidad” y el “progreso” en República Dominicana han llegado muy lejos: La apertura este sábado, en Baní, del bar “Sinaloa”, que exalta con grandes fotos en sus paredes a los más notables traficantes de drogas mexicanos, es otra expresión de hasta dónde ha llegado aquí, como en muy pocos países de Latinoamérica, el respeto a lo irrespetable: la exaltación de la drogadicción como ámbito comercial socialmente aceptable…(Debemos esperar, como lo demanda Baní y todo el país, que las autoridades intervengan este lugar e investiguen a sus dueños, antes de que este sábado tal exaltación de la drogadicción abra sus puertas al público).
Soy periodista con licenciatura, maestría y doctorado en unos 17 periódicos de México y Santo Domingo, buen sonero e hijo adoptivo de Toña la Negra. He sido delivery de panadería y farmacia, panadero, vendedor de friquitaquis en el Quisqueya, peón de Obras Públicas, torturador especializado en recitar a Buesa, fabricante clandestino de crema envejeciente y vendedor de libros que nadie compró. Amo a las mujeres de Goya y Cezanne. Cuento granitos de arena sin acelerarme con los espejismos y guardo las vías de un ferrocarril imaginario que siempre está por partir. Soy un soñador incurable.