En este cuarto y último artículo sobre “Nutrición y Salud Mental”, me voy a referir a los alimentos que afectan la neuroplasticidad cerebral, especialmente, de las personas con 60 años o más, según los resultados de los estudios realizados por expertos de las Universidades de Harvard y Cambridge, período 2003-2023.
En tal sentido, en los estudios de referencia participaron a 346,206 envejecientes con 60 años o más, cuyos resultados refieren que el 29% de los participantes, presentó degaste de sus facultades cognitivas, asociadas con los alimentos que éstos consumían” (Reportes Harvard y Cambridge, 2003-2023).
Por su parte, el 34% de los envejecientes que consumían salchichas, tocino, gaseosas, pizzas, helados, bizcocho y pudin con frecuencia, fueron diagnosticados con enfermedades cognitivas degenerativas, asociadas con su alimentación.
También, se encontró que, el 32% de los envejecientes que consumían papas fritas, bebidas azucaradas, comidas rápidas, azúcar refinada, sal en exceso, carnes rojas industrializadas, bebidas energizantes, comidas enlatadas, entre otros alimentos ultraprocesados, fueron diagnosticados con estrés, ansiedad, trastornos de ansiedad y depresión moderada.
Además, los estudios de referencia comprobaron, que la acumulación elevada de colesterol LDL o malo en los organismos de los envejecientes, irritaron sus vasos sanguíneos, lo que les causó daños severos al tejido cerebral, así como obstrucciones cerebrovasculares de importancia y graves.
Al profundizar sus hallazgos, los expertos de Harvard y Cambridge encontraron, que las carnes rojas, la manteca, la leche entera y en crema, elevó el colesterol LDL o malo en el 38% de los envejecientes que participaron en los estudios.
Asimismo, los expertos encontraron, que el 25% de los envejecientes con LDL o malo acumulado en sus arterias, fueron consumidores asiduos de galletitas y mantequilla e ingerían gaseosas, jugos artificiales y otros productos ultraprocesados con alto contenido de grasas trans y azúcar añadida, quienes fueron diagnosticados con sobrepeso, obesidad y diabetes tipo dos.
Como un hallazgo relevante, los expertos en Nutrición y Salud Mental de Harvard y Cambridge, comprobaron que el 28% de los envejecientes que consumieron productos con alto contenido de grasas trans, sufrió de fatiga, cansancio e insomnio grave, así como de afecciones en su hipotálamo y en el hipocampo.
De nuestro lado, los especialistas en higiene y salud mental sabemos que el hipotálamo es la estructura cerebral que actúa como centro de control de las diversas funciones corporales del organismo humano, incluyendo la regulación de la temperatura, el apetito, la sed, los ciclos de sueños y la liberación de las hormonas que influyen en el crecimiento, la reproducción y la respuesta al estrés.
Como tal, el hipotálamo se encarga de liberar todas las hormonas necesarias para que el organismo humano regule las emociones y se produzca la homeostasis. Por su parte, la homeostasis es el estado de equilibrio entre todos los sistemas del cuerpo humano y, a su vez, responsable de regular y mantener la temperatura corporal, el nivel de glucosa y el pH en la sangre.
Otro hallazgo relevante documentando por los expertos de Harvard y Cambridge comprobó que, el 23% de los envejecientes que participaron en los estudios a los que nos hemos referido que consumían alcohol y tabaco, presentó dificultades para fijar los aprendizajes nuevos, consolidar la memoria y vivieron episodios de amnesia.
Como se sabe, la amnesia es la pérdida o debilidad notable de la memoria, lo que afecta la capacidad personal para recodar hechos y las informaciones que los seres humanos necesitamos para tomar decisiones acertadas. Por su parte, la amnesia transitoria afecta la memoria a corto plazo; mientras que, la amnesia permanente, afecta la memoria tanto a mediano como a largo plazo.
Por otro lado, el hipocampo es una estructura cerebral ubicada en el lóbulo temporal del cerebro y es parte del sistema límbico. En tal sentido, el sistema límbico es esencial para fijar la memoria y coordinar las áreas cerebrales que tienen que ver con la navegación espacial.
Como tal, el sistema límbico es un conjunto de estructuras cerebrales interconectadas entre sí que desempeñan un papel crucial en la regulación de las emociones, el comportamiento y la motivación y, a su vez, juega un papel crucial en la consolidación de los procesos mentales a largo plazo.
Como usted ha podido observar en este cuarto y último artículo sobre “Nutrición y Salud Mental”, el consumo de alimentos nocivos a la salud no solo afecta las conexiones neuronales y el cerebro de las personas con 60 años o más, sino que produce trastornos psicoemocionales, conductuales, neuropsicológicos y psiquiátricos de importancia.
Finalmente, consumir alimentos sanos y que contengan los seis tipos de vitaminas B, los macros y los microminerales esenciales, es clave para que las personas de 60 años o más, disfrutemos de una buena higiene y salud mental, sin importar nuestra edad.
“Una vejez digna, genera respeto y valoración” (DTGM).
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