Siempre votamos en “contra de”.

Desde 1978 estamos “sacando a”, “impidiendo que”, mientras el desencanto con la decisión tomada de votar por fulanito o fulanita viene antes de tiempo.

En el contexto de un PLD cada vez más tirado para el conservadurismo, un PRM tan inocente como las vírgenes de Boticelli, un PRD más contaminado que el río Isabela, y ante la emergencia de una FP que ojalá y pudiéramos creer en sus promesas, Alianza País conservó como in vitro algunas especies en extinción de la vieja izquierda.

El salto que ha dado Guillermo Moreno del AP al PRM podría proponerse para nuestro próximo equipo olímpico de salto. Gane o no, ya estará en nuestros libros Guinnes particulares.

El electorado de mi ciudad natal ha estado sufriendo durante años con alcaldes desastrosos y senadores y diputados y funcionarios de espaldas a sus calles y callejones. Al menos la última senadora nos alegraba, al menos en sus noches caía por donde María Asela,  demostrándonos hasta sus cualidades en un karaoke con Ricardo Arjona. Aunque hiciera poco en el Senado, al Faride entretenía en Color Visión.

Ahora que Faride recogerá su cartera, viene desde Santiago de los Caballeros el doctor Guillermo Moreno con sus maletines, para redimirnos.

No conozco su propuesta electoral para Santo Domingo.

Ojalá y pudiera ser un buen representante de nuestros barrios, ensanches y condominios.

A Guillermo Moreno nunca lo he visto en persona, ni siquiera en la Blandino.

Y lo más terrible: salvo a Chiqui y a Fidelio, nunca he visto a político alguno de Alianza País pasando por una Fiesta del Libro. ¡Ni a Guillermo Moreno!

Sé que estarán esperando que les comente sobre los otros candidatos al mismo puesto, y mi respuesta será la misma: seguramente no tendrán mi voto porque habrá de pasar lo mismo: ningún compromiso con el habitante, con la persona, como siempre ha pasado y seguramente seguirá pasando.

En síntesis: nunca un senador de la República ha hecho algo por mí.  (Hubo uno famosísimo presidente del Senado, ahora convertido en un santo, que ni siquiera recibió a su queridísima amiga y antigua compañera de partido, la artistas Belkis Ramírez, cuando esta trataba de pagar su tratamiento vendiendo sus obras de artes, porque hasta eso llega la jodida miseria del país cultural dominicano. ¿Verdad,  Abil Peralta?).

Corrupción, seguridad, siempre los mismos temas, y luego los mismos gestos ante el huacalito, las tres causales, la ignorancia ante lo que pasa aquí, en el fondo, de una ciudad cada vez más miserable y agotada e invivible como mi adorado Santo Domingo.

Votar es una opción. Esta vez voy a pasar de ella. Que sea lo que sea.

¡Patria y muerte! ¡Nos vencieron!