Ya lo veremos (de hecho ya lo estamos viendo): prohibir el giro a la izquierda en las grandes avenidas es un soberano disparate. A lo que hay que sumar la vieja prohibición de dar vuelva en “U”. Entonces, ¿qué haremos? La pregunta no tiene ninguna respuesta (que no sean los millares de infracciones a los automovilistas desprevenidos). La pregunta se impone: ¿qué haremos? Llenar el tanque todos los días, para avanzar kilómetros y kilómetros hasta donde no haya un policía (y entonces sí, haga lo que le dé la gana). En fin, en todo caso el congestionamiento de las avenidas será peor que este invento).
Soy periodista con licenciatura, maestría y doctorado en unos 17 periódicos de México y Santo Domingo, buen sonero e hijo adoptivo de Toña la Negra. He sido delivery de panadería y farmacia, panadero, vendedor de friquitaquis en el Quisqueya, peón de Obras Públicas, torturador especializado en recitar a Buesa, fabricante clandestino de crema envejeciente y vendedor de libros que nadie compró. Amo a las mujeres de Goya y Cezanne. Cuento granitos de arena sin acelerarme con los espejismos y guardo las vías de un ferrocarril imaginario que siempre está por partir. Soy un soñador incurable.