Media semana. Suspende tus preocupaciones, tus vanas esperanzas electoreras, tus irrealizables sueños salariales y todos los etcéteras que sueñas. Media semana. Hoy no trabajes, no te refugies en ningún deporte, no reiteres tus penas en ninguna sucursal bancaria. Media semana. Sonríeles a tus mejores recuerdos, canta tu canción favorita, apaga el celular para que se congelen las noticias. Media semana…(Día bueno para suspender tu cansona rutina y hacer algo inolvidable en esta isla maravillosa: vete al malecón, siéntate en cualquier banca y lanza tu mirada hacia el gran regalo que recibes: el mar Caribe, el más hermoso de todos los mares).
Soy periodista con licenciatura, maestría y doctorado en unos 17 periódicos de México y Santo Domingo, buen sonero e hijo adoptivo de Toña la Negra. He sido delivery de panadería y farmacia, panadero, vendedor de friquitaquis en el Quisqueya, peón de Obras Públicas, torturador especializado en recitar a Buesa, fabricante clandestino de crema envejeciente y vendedor de libros que nadie compró. Amo a las mujeres de Goya y Cezanne. Cuento granitos de arena sin acelerarme con los espejismos y guardo las vías de un ferrocarril imaginario que siempre está por partir. Soy un soñador incurable.