El mundo occidental está descubriendo la importancia de la meditación que, como sabemos, siempre ha sido muy valorada en la cultura oriental. Es interesante señalar qué es.

Su importancia no solo radica en que contribuye a nuestro bienestar físico y mental, sino en que estamos necesitando mejorar la manera en que estamos empleando nuestra mente. Nuestra capacidad mental está terriblemente subutilizada.

Para empezar, meditar es un proceso mental que realizamos de forma natural. Toda persona medita en algún momento, pero muchos no tienen consciencia de que lo hacen, no han desarrollado una disciplina para hacerlo o desconocen sus posibilidades.

La meditación está siendo cada vez más recomendada por médicos y psicólogos, entre otras cosas, se señala que: disminuye estrés y ansiedad, aumenta nuestra concentración, regula nuestras emociones, promueve el bienestar real y el percibido, mejora nuestra capacidad para enfrentar problemas y ejerce control directo en nuestros mecanismos neurofisiológicos. Así como una alteración emocional puede contribuir a trastornos de salud, también desde nuestros pensamientos se pueden provocar cambios emocionales, que contribuyan al mejor funcionamiento de nuestro organismo, incrementando nuestras facultades para la curación de casi cualquier patología. Meditando podrías controlar cualquier función de tu cuerpo.

Actualmente, el método más conocido de meditación es el mindfulness, al punto de que quien conoce ese término, considera que ya conoce la meditación. Según el mindfulness, meditar supone prestar atención de manera consciente a la experiencia del momento presente sin juzgar, lo que permite relajarse, calmarse y observar de manera pasiva o neutral nuestra realidad. Es un procedimiento muy valioso, siempre que comprendamos que es solamente el comienzo o la entrada a tu mundo interior.

En algunas técnicas de meditación se intenta no prestar atención a los pensamientos y tratar de poner la mente en blanco, lo cual podría ser muy estresante para algunas personas. Pero en realidad lo necesario es relajarnos y concentrar nuestra atención en nuestro interior, así nuestra mente produce variaciones selectivas en nuestra función cerebral. Realmente podemos activar más procesos mentales de los que creemos posible.

Una metáfora útil para comprender la meditación es el buceo. Al meditar, podemos sumergirnos en las profundidades de nuestra consciencia; el mundo de la mente es mucho más extenso de lo que normalmente creemos. Como todo lo que aprendemos, en la medida en que meditamos mejoramos muestra técnica. En niveles subconscientes puedes descubrir elementos que se encuentran afectándote desde la niñez, provocando verdaderas tormentas emocionales en tu vida, que pueden determinar malestar, falta de concentración y de motivaciones. El sólo hecho de detectar esos pensamientos escondidos por nuestra mente preconsciente, inicia procesos curativos que no solamente nos harán sentir mejor, sino que nos permitirán tener relaciones más satisfactorias con los demás.

De igual forma, al enfocar nuestra realidad desde perspectivas superiores de nuestra consciencia, podemos descubrir que lo que tal vez buscamos desde hace años, ya está a nuestro lado y no nos hemos dado cuenta.

Los estudios actuales nos indican que cuando dormimos, nuestro cerebro no duerme, sino que se mantiene activo y su actividad es de vital importancia. Entre las actividades que realiza, podemos señalar: reparaciones de tejidos neuronales, correcciones de funciones afectadas, restablecimiento del equilibrio de los neurotransmisores, regulaciones hormonales, favorece la estabilidad emocional, limpia desechos metabólicos y consolida las informaciones que recibimos durante el día para que se produzca el aprendizaje. Podemos ver que el tiempo que dedicamos a dormir no es un desperdicio.

Una persona puede sobrevivir más de un mes sin comer, siempre que tenga acceso al agua. En cambio, tras solo cuatro días sin dormir comienzan a aparecer alteraciones mentales graves, y se estima que es imposible sobrevivir más de dos semanas sin sueño, además del riesgo de sufrir daños cerebrales permanentes. Afortunadamente la mayoría de la gente que dice que no ha dormido nada durante la noche, en realidad no se ha dado cuenta de que ha tenido un sueño interrumpido por tiempos largos de vigilia.

Nuestra exposición anterior a favor del sueño, la utilizo para señalar que, así como el tiempo del sueño lo consideramos “inactivo o no productivo”, el tiempo que se dedica a la meditación a muchos podría parecerles un desperdicio, especialmente a personas con muchas ocupaciones, pese a ser a los que más les hace falta meditar. Aquellas profesiones u ocupaciones con mayores responsabilidades son en las que más convendría meditar, siendo invaluable tener en situaciones críticas a alguien con estabilidad emocional, con buena capacidad de concentración y conexión con sus niveles superiores de consciencia. Imaginemos un ataque de pánico en un piloto de un avión comercial.

He conocido múltiples técnicas de meditación, lo que, junto a mi formación de médico, psicólogo clínico, mi actividad diaria de meditación personal y la experiencia obtenida al haber interactuado con múltiples grupos espirituales, me ha permitido acumular experiencia en esa vida interior, que me mantengo compartiendo, sin interés de descalificar a ninguna otra forma de meditar que haya mostrado ser favorable.

Luis Ortiz Hadad

Médico

El Dr. Luis Ortiz Hadad, nació en Santo Domingo, República Dominicana, el 17 de septiembre del 1958. Graduado de Doctor en Medicina en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en el 1983. Realizó estudios de Filosofía y Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca, España (1984-1986). Se especializó como Cirujano General en el Hospital Central de las FFAA-Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en (1988-1992). Haciendo la subespecialidad en Cirugía Colorrectal en Marsella, Francia (2000-2001). Es Psicólogo Clínico egresado con los máximos honores de la Universidad de la Tercera Edad (2022). Ha sido profesor de Anatomía y Cirugía por más de 20 años en la Universidad Iberoamericana (UNIBE). Es miembro del Comité Editor de la Revista Archivos Médicos Dominicanos (AMED). Presidente de la Sociedad Dominicana de Coloproctología (2011-2013), Presidente de la Academia Dominicana de la Medicina (2016-2018) y Presidente de la Sociedad Dominicana de Médicos Escritores (2023-2025). Es miembro del Colegio Médico Dominicano, del Colegio Dominicano de Cirujanos, de la Sociedad Dominicana de Coloproctología, Asociación Latinoamericana de Coloproctología, Academia Dominicana de Medicina, del Colegio Dominicano de Psicólogos (CODOPSI) y de la Sociedad Dominicana de Médicos Escritores. Presta sus servicios como Cirujano Coloproctólogo y Coordinador del Internado de Cirugía de la Universidad Iberoamericana (UNIBE) en el Centro de Diagnóstico Medicina Avanzada y Telemedicina (CEDIMAT), donde también desarrolla desde el 2022 un programa de Meditación Terapéutica Racional Emotiva. Es escritor de artículos semanales en el periódico acento desde el 2020 y es autor de los libros: Cincuenta Reflexiones. Breve guía para el Homo sapiens y Piensa bien, Vive mejor: Una terapia racional emotiva social. Es reconocido por sus actividades a favor de un mayor desarrollo humano como estrategia prioritaria para el mundo de hoy y enseñanzas de autoayuda basadas en las neurociencias.

Ver más