Los dominicanos, cuando íbamos a comprar cualquier artículo en el comercio ya sea en nuestro país como fuera, estábamos acostumbrados a regatear los precios. Recordemos cuando acudíamos a las tiendas de la Duarte o de la Mella y hasta del Conde y siempre nos salíamos con la nuestra, o sea que nos rebajaban el 5 o el 10% y nos íbamos contentos sin saber que los comerciantes, al colocarle los precios a sus artículos calculaban esa “rebaja“. Por supuesto, pecábamos de ingenuos. Esa costumbre se ha ido diluyendo con el modernismo.
Pues de ingenuos pecan los dirigentes del Colegio Médico Dominicano (CMD) que están entrampados en una discusión con las ARS y el Gobierno, para que aumenten en un 20 o 22% las tarifas de las consultas y los procedimientos establecidos en el tarifario de las diferentes ARS.
Hoy, con la medida orientada por el CMD de no aceptar el pago de los honorarios que corren por el tarifario de las aseguradoras están temblando, ya que los pacientes a quien le reclaman es a ellas. Los médicos en general, incluyendo a los dirigentes, deben saber que los únicos activos del Sistema Nacional de Salud somos los médicos y los pacientes NO las aseguradoras que sirven de intermediarios obteniendo inmensas ganancias que le corresponden a los médicos y centros asistenciales.
Cuando se empezaron los trabajos para diseñar el SNS, en el pasado gobierno de Hipólito Mejía, se concibió SENASA como la ARS universal pues le iba a dar cobertura a todos los ciudadanos dominicanos sin distinción y para respetar el derecho a la libre empresa, las aseguradoras privadas quedarían como una opción complementaria que el ciudadano interesado que la pudiese pagar podía adquirir otra cobertura.
Luego el gobierno de Leonel Fernández torció todo lo que se había planificado sobre el SNS al descubrir el gran negocio que era darle este bizcocho al empresariado privado y participar del mismo. Es el gran culpable del actual sistema por demás injusto y mafioso. Mientras, los médicos, han sido convertidos en regateadores, porque con el constante alza del costo de la vida estamos condenados a continuar cada cierto tiempo a luchar por lo mismo que ni siquiera sirve para indexar el costo de la canasta familiar.
La lucha del Colegio Médico Dominicano (CMD) debe ser cambiar este Sistema Nacional de Salud (SNS) por un modelo que se corresponda con uno que ofrezca Salud Universal, tal y como lo prometió el Presidente Luis Abinader en su campaña electoral, en donde SeNaSa sea la única ARS universal que le de cobertura a todos los dominicanos y en donde las ARS privadas pudiesen quedar de manera complementaria opcional. Con este sistema universal el Estado no tendría que derivar fondos públicos hacia el sector privado, por lo que ahorraría mucho dinero para dedicarlo al enriquecimiento tecnológico del sistema y dotar a la ciudadanía de una salud de primer nivel.
Un sistema como ese permitiría que el Estado elimine los concursos para obtener plazas en nuestros centros de salud pues los trabajadores de la salud, incluidos los médicos, se obtendrían por el sistema de contratación y los médicos tendrían la remuneración correspondiente con su trabajo realizado. De esa manera no existirían médicos que solo van a cobrar o cobran sin acudir a su trabajo y les aseguro que se pelearían por trabajar ya que a mayor carga de trabajo mayor remuneración obtenida. De esa manera y como elemento añadido se sanearía el sistema de los llamados “come cheques” pero, sobre todo, el Estado se quitaría de encima millones de pesos por cuestión de salarios.
La crisis actual se ha producido por el gran apoyo de la comunidad médica que poco a poco avanza en la comprensión de su lamentable situación. Es una enseñanza del apoyo que puede concitar el CMD si decide enfrentar al SNS para cambiar su actual modelo por uno que ofrezca salud universal a toda nuestra población en donde los pacientes reciban una asistencia de calidad y económica, mientras los médicos sean remunerados de acuerdo a su trabajo.
Colegas del Colegio Médico Dominicano, luchemos por eliminar este Sistema Nacional de Salud por otro que ofrezca salud universal y dejemos de regatearle al empresariado privado, dueños de las ARS, que causan desavenencias y malestar a nuestros pacientes y se apoderan de los grandes beneficios que genera el actual sistema diseñado para beneficiarlos.