Segundo periodo: 2016-2020

Luego de dos años en el poder, de acuerdo con algunos sondeos de opinión publicados a fines de 2014, el mandatario Danilo Medina era considerado como el líder político latinoamericano mejor valorado por la población y la opinión pública.

Cuando Danilo llegó al poder, se encontró con la prohibición constitucional de la reelección presidencial por dos periodos de gobiernos consecutivos. Sin embargo, aparentemente, la reelección no era problema pues de manera pública y reiterada el mandatario había expresado su rechazo a la reelección.

Pero todo esto cambió en el año 2015. A partir de ese momento, el ejecutivo presentó un plan para modificar la constitución y aprobar la reelección por dos períodos consecutivos y el nunca más. A pesar de la oposición interna de un sector de su partido y, de los partidos de la oposición, se llevó a cabo la reforma constitucional y, se estableció legalmente la reelección presidencial de Danilo Medina por dos períodos consecutivos.

Una vez abierta la puerta a la reelección en la primaria del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), el mandatario Medina ganó por una amplia mayoría y, se convirtió de nuevo en el candidato presidencial de un bloque de 14 partidos.

El 15 de mayo del 2016, el PLD gana las elecciones nacionales con el 62% de los votos, muy por encima del principal partido de oposición el Partido Revolucionario Moderno (PRM), que obtuvo un 35% de los votos válidos. El 16 de agosto Danilo Medina se juramenta de nuevo ante la Asamblea Nacional para tomar posesión de su segundo mandato, como presidente de la Republica dominicana.

En su propuesta de gobierno (2016-2020), se compromete a construir el “país que queremos los dominicanos”, reiterando su apoyo a la industria turística, energía eléctrica, la producción agrícola y, la solución de los graves problemas sociales que, históricamente, afectan a la sociedad dominicana. Prometía: “vivir en una sociedad cada vez más próspera y con menos desigualdades”, “mayor y mejor calidad de vida, menos desigualdades sociales.” “Una economía, cada vez más, al servicio de las personas y que genere más puestos de trabajo digno”. “una sociedad de clases medias, sin miseria.” “con mayor seguridad ciudadana, con garantía de las libertades públicas y respeto a los derechos humanos” (ver programa de gobierno 2016-2020).

Se trata de 16 años consecutivos, el cuarto periodo de gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), ganando con una cómoda mayoría en ambas cámaras legislativas. De los 32 senadores obtuvo 27 y, en la Cámara de Diputados obtuvieron 107, a los que se suman los 20 de sus aliados.

Durante este período de gobierno, la República Dominicana continúa con un proceso de transformación del modelo productivo, de crecimiento económico que, según el Banco Central ronda el 7% del PIB por tercer año consecutivo. No obstante, se mantiene el déficit fiscal y presupuestario del Estado dominicano, la inflación y las grandes deficiencias de los servicios públicos, en salud, transportes, educación, calles asfaltadas, servicios de energías eléctricas y la crisis de la seguridad ciudadana.

Según el informe de la Comisión Internacional para el Desarrollo Estratégico de la República Dominicana, conocido como el informe Attali de 2010-2020, el país, a pesar de sus indicadores económicos, se caracteriza por un “bajo desarrollo humano”, “un deficiente sistema de salud” y la  “ausencia de aumentos reales de salarios en los últimos 20 años” (ver Informe Attali).

Frente a la persistencia y agravamiento de los problemas sociales, se añaden las constantes denuncias públicas de corrupción e impunidad en sus dos períodos de gobierno. El 21 de diciembre del 2016, el departamento de Justicia de los Estados Unidos publicó un informe sobre el caso “Odebrecht”, destacando que, entre los años 2001 y 2014, esta compañía brasileña otorgó pagos ilícitos por valor de más de US$92 millones de dólares a funcionarios públicos en República Dominicana, mediantes los cuales habían obtenidos contratos ilícitos que produjeron grandes beneficios económicos a la empresa en la ejecución de obras públicas sobrevaluadas del Estado dominicano.

En el caso de odebrecht, el 2 de febrero de 2017, en un trabajo periodístico publicado por la cadena de televisión internacional: Telesur, elaborado por el periodista Geovanny Vicente Romero, se denunció la existencia de una activa red de corrupción en el sector público en el país, para desfalcar y obtener grandes beneficios del Estado. El estudio hace un análisis del caso de odebrecht, en cinco países, identificando a la República Dominicana como el país con mayor cantidad de sobornos y menor acción judicial.

Con estas acusaciones internacionales y los escándalos de corrupción denunciado por los medios de comunicación a nivel nacional, se puso de manifiesto los insospechados niveles de corrupción e impunidad que predominaron en los dos periodos de gobiernos de Danilo Medina.

Las denuncias de corrupción, a nivel internacional y nacional y la política de impunidad del gobierno dominicano, crearon las condiciones políticas y la indignación moral de los ciudadanos dominicanos, para la formación, desarrollo y movilización de las organizaciones de la sociedad civil y, el movimiento de protestas cívicas conocido como Marcha Verde.

En esta coyuntura, de grandes protestas sociales, de denuncias de corrupción e impunidad en el gobierno, de intento de reformar la constitución, se produjo una profunda centralización de las decisiones públicas en el mandatorio. Al final de su segundo mandato, el presidente Danilo Medina, movilizó grandes recursos para su reelección, excluyo a sus adversarios internos, al no prosperar la reelección impuso un candidato electoral al interno de su partido.

El 6 de octubre del 2019, se llevaron a cabo las elecciones primarias del PLD, para elegir su candidato presidencial para el 2020. Los resultados finales de la primaria, dieron a Gonzalo Castillo, el favorito y elegido de Danilo Medina como ganador con 911,324 votos, frente a 884,630 de su principal opositor Leonel Fernández. Estos resultados dieron lugar a una amplia campaña de denuncias de un colosal fraude electoral en la primaria del PLD. El equipo político de Fernández no reconoció los resultados, dando lugar a la renuncia del exmandatario y, la división del Partido.

Los enormes escándalos de corrupción, impunidad, la división del Partido de la Liberación Nacional y, las grandes jornadas de movilización del movimiento cívico-ciudadano Marcha Verde, crearon las condiciones y el descontento político, social y moral que hizo posible, el segundo gran legado de Danilo Medina que fue la derrota electoral del PLD, en las elecciones del 2020 y, el fin del reinado del PLDISMO.

Durante su último período de gobierno, el mandatario se convirtió en ciego, sordo y mudo en el tema de la corrupción. ¿Qué corrupción preguntaba el mandatario? Pero, después de 5 años de la derrota del PLD, en el mes de septiembre del 2025, el Segundo Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, declara culpable al ciudadano Alexis Medina, hermano del exmandatario, por pagos de sobornos, lavado de activo y asociación de malhechores y, se dan a conocer los acuerdos de pagos al Estado dominicano por 3,000 millones de pesos de Maxi Montilla, cuñado del exmandatario.

Con la declaratoria de culpabilidad y los acuerdos de pagos, las denuncias de corrupción bajo el liderazgo de Danilo Medina, son hechos procesados y sentenciados por un tribunal, los actos de corrupción quedan demostrados. En un país, como el nuestro, tan centralizado y presidencialista, es también muy difícil de creer, la ridícula narrativa de que abusaron de la confianza del mandatorio.

A pesar de todas las críticas e indignación moral que se han expresados sobre la corrupción y, la impunidad bajo el liderazgo de Danilo Medina, estas denuncias se quedaron cortas con los datos revelados, pues no se llegó a entender o imaginar la magnitud del afán de lucro, riquezas y poder de los familiares más cercanos al exmandatario. Sin embargo, entendemos que, por complicidad, ignorancia o negligencia, quedará registrado en la historia política moderna dominicana que, el tercer gran legado del liderazgo de Danilo Medina, es haber fortalecido la cultura y la práctica de la corrupción en el Estado Dominicano.

Wilson Castillo

Sociólogo, profesor.

Sociólogo, con maestría en sociología por la universidad del país vasco y metodología y epistemología de la ciencia en la UASD. Profesor de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y actualmente Director de investigación de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de dicha universidad. Especialista en teoría social y culturas juveniles.

Ver más