El documental “Cleopatra’s Final Secret” pone en evidencia cómo la suma de la pasión y la dedicación puede llevarnos lejos. Esta realización audiovisual fue concebida y distribuida por National Geographic alrededor de la inauguración del Gran Museo de Egipto, el mayor en el mundo dedicado en exclusiva a una civilización y con un valor de construcción de más de mil millones de dólares. El documental empezó a exhibirse a finales de septiembre; el museo fue oficialmente inaugurado el 1 de noviembre.
En contra de lo que parecería ser el destino de una mujer nacida y criada en el Caribe, Kathleen Martínez ha llegado tan lejos en su búsqueda de la tumba de Cleopatra que, tal como se evidencia en el documental, sus años dedicados a esta tarea la han llevado a descubrir e identificar piezas del antiguo Egipto que ahora forman parte de la colección de este museo.
Y es que, si bien el cultivo de las pasiones demanda recursos, también los genera. El primero en dedicarse a la pasión de la egiptología fue el príncipe Jaemuaset, cuarto hijo de un faraón y quien contaba con el tiempo, los fondos y el amor por su tierra natal necesarios para la tarea. En su labor como sacerdote se dedicó con ahínco al estudio y preservación de los edificios, tumbas y templos egipcios. Lo sigue una larga tradición donde el primer europeo destacado fue un coetáneo de Napoleón, Dominique Vivant Denon, primer director del Palacio del Louvre como museo.
Con el auspicio de una oficina dirigida por un antiguo compañero de estudios de ella, un público muy motivado pudo disfrutar este en el marco regio de la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional.
Le siguieron británicos como John Gardner Wilkinson y Margaret Murray, o españoles como Eduardo Toda y Güell. Todos ellos contribuyeron a acercar en el tiempo y en el espacio a una civilización que se encontraba lejana de los centros de poder político y económico alrededor de los que ellos habitaban. Cabe destacar que el grupo de latinoamericanos dedicados a esta tarea es de tamaño reducido y de relativo reciente ingreso. Trabajando in situ, además de Kathleen, está la colombiana Elizabeth Noreña. La cercanía con Egipto se ha ido acentuando con el aumento de la posibilidad de realizar expediciones y viajes internacionales para un número creciente de ciudadanos, ya no dedicados especialmente a su estudio, sino como simples interesados, al punto de que desde hace años el turismo es una importante fuente de ingresos para la economía egipcia. Es evidente que el trabajo de la abogada dominicana ha contribuido a esa cuota.
Lo prueba el hecho de que se haya contratado todo un equipo de filmación alrededor de sus hazañas que a su vez serán motivadores de nuevos visitantes. Desde el otro lado del Atlántico, su país natal supo corresponder a esa dedicación. Con el auspicio de una oficina dirigida por un antiguo compañero de estudios de ella, un público muy motivado pudo disfrutar este en el marco regio de la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional. Otros compatriotas podrán verlo en sus dispositivos electrónicos. No lo lamentarán. Conocerán a una mujer entregada, perseverante e inteligente, ¡Y tan transparente que hasta publica en su página en redes sociales las opiniones de otros arqueólogos comparando su trabajo con el de ella!
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