Hace pocos días, el señor José Lois Malkún publicó en el diario digital acento.com.do un artículo que lleva por título “Deuda, reforma fiscal o privatización”.
Desde el título, se identifican tres posibles opciones que permitan al gobierno buscar dinero adicional para atender necesidades sociales, así como alejar la tentación de generar mayor déficit público en el período electoral donde, según el señor Malkún, se acude para “…darle un mayor empuje a la economía” (párrafo 12 de su artículo).
Para buscar el referido dinero adicional, en sus argumentaciones excluye las opciones de deuda y la de reforma fiscal y desemboca en la trampa reduccionista de una ÚNICA SOLUCIÓN. Efectivamente, lo expresa de esta manera: “… la única vía para generar ingresos adicionales o reducir gastos en momentos de crisis, hasta que todo vuelva a la normalidad, es privatizando empresas públicas que generan grandes pérdidas para el Estado, como el caso de las EDES” (párrafo 13).
Curioso eso de la “anormalidad” y “… en momentos de crisis”., cuando hace apenas dos meses de manera categórica escribió: “…la economía dominicana no caerá en recesión…”
Pero vayamos al centro. Con su “Única solución”, el ex ministro de Finanzas abraza el pensamiento simple de blanco o negro, y ello a pesar de que en el mismo artículo están implícitas otras posibles opciones, tanto para generar ingresos como disminuir gastos en las EDES y, por esa vía, suprimir los déficits en ellas y generar superávits.
Pero no, el señor Malkún se salta esa tablita, no se molesta en reflexionarla, y se la salta a pesar de reconocer que existe en las EDES “…pésima gestión gerencial…” (párrafo 15 artículo). ¡Claro!, prefiere recomendar privatizar activos públicos, es decir, coger los mangos bajitos.
El articulista también identifica que, mediante fraude eléctrico, alrededor del 40% de la energía suplida no se paga y que el fraude “…está generalizado entre los mayores consumidores…” (párrafo 15 artículo).
¿Y no están incluidos en esos grandes consumidores los que reciben una montaña de exenciones fiscales que superan los RD$220,000 millones anuales? (Veloz, 2022). Es ahí, pues, otra opción para ahorrar, y reconducir el ahorro logrado, hacia las inversiones en la compra de medidores de electricidad, reglón que se ha identificado como importante para mejorar las finanzas en las EDES (Abinader, 2022).
¿Por qué el señor Malkún obvia proponer un plan gradual de descensos en aquellas partes del gasto tributario que ya se ha transformado en exenciones parasitarias? Esta parte parecería ser también mango bajito, pero no de los preferidos por él, y los empresarios privados que se beneficiarían con su propuesta preferida.
En un brillante ejercicio de simplificación mental, el articulista exhorta a elegir entre privatización de EDES o de Punta Catalina. Genial intentos para que sus lectores abrevien la reflexión; de ahí que concluya el artículo con la expresión “…el tabú de las privatizaciones sigue latente entre los dominicanos, aunque nadie propone soluciones racionales al dilema aquí presentado.” (párrafo 21). Veamos dos aspectos importantes sobre dicho tabú.
Primero: El dilema planteado en el artículo es pura ficción. En la realidad, hay multi-lemas, tal como se puede notar en unas pocas opciones señaladas en estas cortas reflexiones.
Segundo, el exgobernador comete gran injusticia al ignorar las propuestas que, durante años, han realizado otros actores, incluyendo las propuestas en el marco del proceso del Pacto Eléctrico hechas por el Observatorio Dominicano de Políticas Públicas de la UASD.
Del mismo modo, el articulista ignora la propuesta realizada por una instancia del propio Gobierno Central, como es el ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo. Este organismo, en abril del 2022, publicó en Monitor Eléctrico una propuesta concreta que demuestra la viabilidad económica y técnica para enfrentar parte de la problemática que nos ocupa; propuesta esta que se alinea con el anuncio del presidente de la República Dominicana de invertir en medidores eléctricos.
El estudio del MEPyD demuestra que se pueden disminuir las pérdidas en las EDES y mejorar la facturación de manera significativa en un plan de mediano plazo, ¿Por qué el articulista ignora esa propuesta?
Posiblemente la soslaya porque, para ser efectiva, la misma debe ir acompañado con la voluntad política de desclientelizar políticamente las gerencias de las EDES, responsabilidad que, desde que existen las EDES, todos los presidentes de turno, cómodamente, han evitado asumir. ¿Por qué será? Como decían en mi campo. ¡Vaya usted a saber!