Nadie habla del hecho de que antes de implementarse la ley del seguro nacional de salud y la ley de seguridad nacional nuestro pueblo disfrutaba de un servicio de salud universal en donde cualquiera acudía a un hospital estatal y recibía las atenciones de lugar sin pagar un centavo.  Eso era un sistema de salud universal.  Pero existía una dualidad, porque había un sistema de seguridad social (el Seguro Social-IDSS) y un sistema paralelo de salud pública.  El primero se mantenía en base a las cotizaciones de los empresarios y el estatal se financiaba con impuestos especializados o del presupuesto nacional para la salud.

Es cierto que al aumentar la población y no así la relación infraestructura hospitalaria-población, los hospitales se fueron deteriorando y su sistema de hotelería colapsó:  salas comunes atestadas de pacientes, sucias, camas deterioradas, colchones antihigiénicos, comida mala, etcétera, fue convirtiendo a los hospitales estatales en centros de atención para la población pobre de solemnidad y la clase media no acudía a buscar atención en ellos, esta situación fue presionando, poco a poco, para que se produjera un cambio en la estructura de salud del país pero nunca se pensó en fortalecer y mejorar el sistema que teníamos.

Se optó por crear un sistema de ARS y AFP que es un fraude en vez de fundir ambos sistemas en uno solo que sería financiado de ambas formas, con un sistema universal incluyente que le proporcionase una completa cobertura a cualquiera que necesitase tratamiento para cualquier tipo de afección.

En el gobierno de Hipólito Mejía se trajeron unos técnicos catalanes para diseñar un sistema de salud en el cual habría una ARS Estatal que tendría afiliada a toda la población dominicana y se permitiría que existieran ARS privadas que vendieran planes complementarios o alternativos, pero la ARS estatal le daría cobertura a todos los ciudadanos sin el perverso engaño de los diferentes planes, todos cubiertos bajo un solo plan.  A quien escribe le tocó trabajar con dicha delegación extranjera por designación de la Sociedad Dominicana de Ortopedia y Traumatología -SDOT en donde me encargué de elaborar las tarifas de procedimientos de mi especialidad que se implementarían en dicho sistema.

Luego y por mala decisión del pueblo dominicano, llegó el gobierno de Leonel Fernández y se torció el asunto, despacharon a los catalanes y llamaron a los chilenos, pero además, surgieron a borbotones decenas de ARS, la mayoría de funcionarios de ese gobierno, diputados y Bancos.  Todo se modificó en donde tanto los pacientes como los médicos íbamos a ser los perdedores y los bancos, las ARS y las AFP los ganadores, acumulando una fortuna de miles de millones de pesos.

Hoy, contamos con una infraestructura hospitalaria apta para poder responder ante cualquier patología de manera digna y eficiente tecnológicamente, aunque se necesitan más.

La atención universal es un derecho constitucional que tenemos los dominicanos consignado en nuestra carta magna por lo tanto estamos siendo víctimas de un acto ilícito e inconstitucional en manos de los bancos, las ARS y las AFP.

Cómo hacerlo?

1– Eliminar todas las ARS y ARF a excepción de SENASA quien deberá asumir toda la membresía de las aseguradoras eliminadas y terminar de afiliar al resto de la población que aun no disfruta de este derecho.

2– Establecer un plan único con igual cobertura para todos y especializar impuestos para subsidiar a los que no puedan cotizar.

3– Se podría permitir que existan ARS privadas que ofrezcan alternativos para aquellas personas que elijan atenderse en las clínicas privadas.

4– Que los médicos y el personal de salud recibirán una remuneración en base al trabajo realizado y la calidad del mismo.

5– Ampliar la cobertura de Promese en medicamentos genéricos de calidad incuestionable y controlar los precios de los medicamentos de marca.

6– Estructurar nuevas normas y reglamentos que se ajusten al nuevo sistema que simplifique su aplicación y haga imposible la corrupción con el dinero acumulado por el sistema.

7– Que los fondos de pensión sean manejados por una entidad tipo Banco de los Trabajadores que sea estatal y que genere la confianza en base a un manejo responsanble y transparente, con profundo respeto a sus afiliados y que pueda facilitar empréstitos a emprendedores que desarrollen pequeños y medianos proyectos que contribuyan al desarrollo del país, generen más empleos y permita aumentar el capital del propio banco en beneficio de sus afiliados. Que cada afiliado pueda manejar sus ahorros y su plan de retiro según le convenga.

Sabemos que los intereses harán que el “hombre del maletín” camine mucho por los pasillos del Congreso Nacional para que no se modifique el sistema, por lo que es una lucha que tenemos por delante los dominicanos si queremos que se respeten nuestros derechos constitucionales de disfrutar de una seguridad social adecuada y de un sistema nacional de salud universal.