Observe bien a los que manejan por nuestras grandes avenidas (aquellas que soñó Duarte desde mucho antes de que se inventaran los automóviles y estos países). Estoy seguro de que ese padre de patria, junto con otros que vivían aquí, han decidido emigrar a otros países más racionales, pues no creo que soporten manejar por toda la 27 de Febrero, desde la capital hasta la Romana, para devolverse y poder doblar a la derecha (¡precisamente en la Duarte!), porque está prohibido doblar a la izquierda en cualquier cruce de calle y avenida… (¡Pobre Juan Pablo, que cuando creó esta república no pudo imaginar ni por asomo que se la estaría entregando a una burocracia irracional!).
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