-Estando en soledad te das cuenta que solo cuentas contigo mismo. 

Para el sabio es fácil ir a cualquier 
parte. Porque el mundo entero es el 
hogar de un alma buena. 
Demócrito.

De cuando en vez, me viene por hacer un barullo de temas o situaciones, cual si fuese hacerme un despojo de todo aquello que siento me ahoga, es decir, por divagar en medio del diario vivir y, como supuestamente soy libre, así lo voy a hacer ahora. 

Considero que, idílicamente las cosas deberían funcionar cual, si fuesen una sinfonía, donde decenas de músicos acompañados de igual cantidad de instrumentos, tienen la obligación de tocar su nota justo en el momento que le corresponde, ya que, de no ser así, se pierde la armonía y lo que debería de producir una bella música, se convierte en un fracaso o más llano aún, en todo un tollo musical. Asimismo, debe ser el desempeño particular en este mundo, donde cada uno haga el trabajo que tiene que hacer y hacerlo en el momento que le corresponde. Pero, lamentablemente no es así. 

Es por esta razón, que me encanta el poder conversar con personas que, por similitudes, parecería que habríamos nacido bajo la luz de una misma estrella. Ni guapos ni cobardes, pero, mucho menos mudos, que podemos, sin fanatismo alguno, apoyar todo aquello que consideramos bueno para nosotros y para todos los demás. 

Precisamente, en medio de una de estas conversaciones hablamos sobre los tiempos cuando las monjas dirigían los hospitales públicos, que se comportaban cuales derviches, donde al parecer, su existencia estaba destinada solo al servicio y, sobre todo, la humildad en el desempeño de sus obligaciones para con los hospitales que administraban, que más bien, parecían lo que hoy son clínicas privadas. 

Lamentablemente, para el pueblo, una vez que las sacaron, no han bastado los cientos de miles de millones de pesos y dólares gastados para hacer que, aun sea someramente, esos hospitales volviesen a ser los mismos con igual eficiencia que antes. Y la razón las conocemos todos, aunque muchos se hacen los pendejos para decirlo y mucho menos, tomar medidas para acabar con este despilfarro de dinero y deficiencia médica, donde, a lo único o, la única solución que han encontrado es la famosa inversión pública-privada, para llevar a cabo negocios con muy poca o ninguna santidad. 

Esa razón, que muchos callan, ya sea por temor, clientelismo político o confabulación, es la permisividad observada para con los llamados sindicatos o conglomeración dominada por una casta de aprovechados negociantes de la política. Esa misma, que si hoy hiciésemos una encuesta -no manipulada, ni maquillada-, sobre qué personajes públicos o privados son los mayores simuladores dentro de nuestra sociedad, sin duda alguna, me parece, que los políticos ganarían por mucho, sean “onorables” o no. 

Por otra parte, otros que parecen distintos a los ya citados, pero que sí tienen una estrecha relación por los lazos que unen tanto a los unos como a estos, son los policías y militares, donde el clientelismo político, aparte de las clasificaciones establecidas en lo que era la ley -porque si no se cumple deja de serlo- han creado la categoría venenosa de los llamados “Peluches”, pretensiosos privilegiados que se han adueñado de esas instituciones haciéndolas serviles -como ellos-,  inoperantes e indisciplinadas y, me cuestiono; ¿Cómo permiten que una persona viva un sueño cual si fuese la realidad? ¿Será quizás la ambición personal o política? ¿Será el servilismo o el temor para decirle a quien sea que esa actitud, ese accionar, está equivocado? 

Sin haber tenido algún tipo de revelación divina, desearía poder revivir aquellos días en que los militares y policías se enorgullecían el andar por las calles con sus uniformes correctamente portados y en condiciones físicas inocultables, pero, no logro obtener ese deseo, ya que, la realidad me saca de la ilusión y esto lo digo sin ningún tipo de remordimiento ni catarsis alguna. ¡Sí señor!

Rafael R. Ramírez Ferreira

General retirado

Mayor General ® E. N. Nacido en Sto Dgo, D.N., Estado civil: Soltero Tres Hijos: Ramfis Rafael; Rissel y Ramsés Funciones desempeñadas: Director General de entrenamiento; Director del J-2, Inteligencia de las FF.AA; Rector del Instituto Especializado de estudios superiores; Presidencia de la Comisión Permanente de Reforma de las FF.AA. Presidente de la Junta de Retiro, FF.AA Vice-ministro de las FF.AA. Inspector General de las FF.A.A Presidente del Consejo Académico Superior de Educación Presidente de la Dirección Nacional de Drogas (DNCD) En la actualidad Asesor Sobre operaciones y estrategia.

Ver más