A propósito de la TC-0788-24
"Ayer español nací, a la tarde fui francés, en la noche etíope fui; hoy dicen que soy inglés, no sé qué será de mí". Quintilla de Fray Juan Vásquez (siglo XVII), sobre las vicisitudes en la construcción de la identidad de lo que hoy es el pueblo dominicano, dominado por españoles, franceses, haitianos e ingleses.
Un hecho relevante de la política dominicana es el auge de la informalidad, que se expresa en el crecimiento inusitado de movimientos independientes y corrientes al interior de los mismos partidos que dominan el Estado.
En este momento hay en mentes y carpetas más de 300 partidos y movimientos, corrientes, peñas y encuentros, y no dudo que al momento en que se publican estas reflexiones otros estén en mentes de algunos, todos los cuales buscan incidir en la vida política nacional y en los procesos electorales.
Aquí hay un tema con el que hay que coexistir en paz. Porque no hay otra cosa que hacer ante algo que es consustancial a nuestro ser nacional
En julio del 2023, la Junta Central Electoral rechazó la solicitud de reconocimiento a 106 partidos. Sí, ¡a 106 partidos! Un escándalo sin dudas, o material de novela, en cualquier otro país.
Parecería realismo mágico, macondiano, pero es un hecho real y no debe agotar nuestro límite de sorpresa.
El hecho es relevante y seguirá manifestándose en la vida del país, porque tiene como fuente causal el mismo ser nacional, que en mi opinión tiene una propensión natural a la dispersión.
Debemos tener en cuenta que Santo Domingo es el único caso en la época de la colonización española que, cuando Colón llegó en conquista en 1492, había cinco cacicazgos, cada uno con su respectivo cacique. Los habitantes de una isla pequeña estaban divididos en cinco.
Y por la posición geográfica de la isla, a esa división y conquista siguió un proceso de sincretismo cultural por la impronta de la influencia española (de 1492 en adelante); africana (1502); francesa (1795-1809); inglesa y holandesa (siglos XVI-XVII); haitiana (1822); y gringa (1916-1924, 1965-1966 y efectos hasta hoy).
Agregando a sirios, libaneses y canarios (siglos XIX-XX).
A esta esencia causal de la dispersión se agregan motivos significativos que concluyen en un proceso de auge de la informalidad política creciente de este momento histórico del país.
Uno de estos motivos es la desaparición de los tres caudillos (Bosch, Balaguer y Peña Gómez) que dominaron la vida política desde 1962, que en vida mantuvieron unidas las filas de sus respectivos partidos y tras su muerte los dejaron sin el liderazgo de ideas, sin proyecto de país-nación, que les diera rumbo y propósitos; y por demás, divididos en tendencias animadas por intereses grupales.
Un hecho relevante de la política dominicana es el auge de la informalidad, que se expresa en el crecimiento inusitado de movimientos independientes
Otro motivo es la imposición del mercado, que en el país tomó fuerza en la segunda mitad de la década de 1990; la consiguiente derrota de la centralidad del trabajo como principal articulador de la sociedad; el sálvese quien pueda, la sobrevivencia de la mayoría popular a como dé lugar y el desarrollo de un mercado de conciencia en el plano político en el que se compran y se venden apoyos políticos.
Desde las privatizaciones de empresas públicas, la imposición del mercado como regulador de la economía y esta, centrada en servicios, se ha desarrollado la informalidad; más de la mitad de las empresas del país son informales, de subsistencia, que aparecen y desaparecen con frecuencia, y concentran el 54. 7 % del empleo.
Analizada la realidad dominicana a través de la categoría marxista de Formación Social, es de observar que el auge de la economía informal se expresa en las instituciones del Estado, el partidismo político y en la conciencia en general.
En el congreso están representadas las bancas de apuestas, uno de los sectores crecientes en la economía; los grupos de tal o cual precandidato son un factor esencial en la composición de los órganos dirigentes de los partidos y en la distribución de los cargos y empleos en el Estado cuando estos ganan el poder.
Más. Según el Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE), en el país hay un poco más de 18 mil congregaciones, de las cuales casi la mitad son "independientes", surgidas al vapor en los últimos años.
Los dejaron sin el liderazgo de ideas, sin proyecto de país-nación, que les diera rumbo y propósitos
Es que la informalidad en la economía tiene una repercusión en las instituciones jurídico-políticas y en la conciencia.
El individualismo también se ha hecho dominante. Porque el modelo económico neoliberal ha impuesto el "sálvese quien pueda".
Consustancial con todo esto, el dominio del dinero y el consumismo, transversales a la vida general.
Y, entre otros motivos, también es de destacar la confirmación de la política como fuente importante de acumulación originaria de capital, de protección al mismo ya conseguido, garantía de impunidades y conquista de reconocimiento social.
Cualquier cantidad de gente que siempre fue insolvente económica y de otra índole, se hizo de lo más rica y personalidad sobresaliente a su paso por el Estado.
Al auge creciente de movimientos políticos “alternativos” a los partidos reconocidos, echará aire la disposición del Tribunal Constitucional TC-O788-24, que da cobertura legal a candidaturas independientes.
Disposición, debo decirlo, por la que ha luchado siempre el Partido Comunista del Trabajo, PCT, en que milito; porque se inscribe en el reclamo de democratización de la vida social y política del país que hemos protestado por más de 30 años.
Pero es de advertir que todo se desdobla en dos, de acuerdo a la dialéctica; así como en la fe cristiana la cruz en que muere Jesús es la misma que sirve de vía para su resurrección y vuelta a la vida; la citada disposición del Tribunal Constitucional que permite candidaturas independientes de los partidos puede ser realmente democratizante, pero también comporta su revés, es decir, el canal para una mayor degradación que la de hasta ahora en la actividad política.
Me consta que quienes iniciaron el proceso para que el alto tribunal constitucional adoptara tal decisión son gente de ideales, conducta cívica comprobada en el tiempo, y que siempre han querido hacer cosas buenas para el país y la nación.
Lo mismo es válido para la mucha gente que alienta movimientos, y no se siente representada en ningún partido de los existentes, y es bueno que se les proporcione una mediación institucional para canalizar sus intenciones, porque no es democrático obligarles a militar en un partido para llevar una postulación a alguna posición electiva.
Al auge creciente de movimientos políticos “alternativos” a los partidos reconocidos, echará aire la disposición del Tribunal Constitucional TC-O788-24
Pero los hay con lo del peligro de la degeneración del sistema político, al abrir compuertas al utilitarismo alejado del proyecto de sociedad.
En cualquier caso, militamos en el ideal de la democratización, y este se sobrepone a los peligros de la informalidad política que aparezcan en el camino.
Aquí hay un tema con el que hay que coexistir en paz. Porque no hay otra cosa que hacer ante algo que es consustancial a nuestro ser nacional, y consecuencia eventual inmediata de la realidad material actual del país.
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