Para iniciar este artículo anotamos que desde el siglo IX se utiliza el término administración. Ahora bien, los fundamentos teóricos-administrativos o gerenciales tienen una concepción tecnocrática y empresarial que menguan el verdadero sentido en el entorno educacional. De allí, que la expresión 'gestión' cobra mayor fuerza, por tanto, se refiere al conjunto de servicios que prestan las personas, dentro de las organizaciones. Esto significa que la gestión adquiere una especificidad, en tanto que tiene mayor importancia en la labor humana.
La gestión educativa es un concepto relativamente nuevo y tiene sus orígenes en otras disciplinas como la denominada Administración de empresas, y su evolución acontece en la década de los setenta en el Reino Unido y en los ochenta en América Latina. Desde entonces han surgido y se han desarrollado diversas categorías conceptuales que representan determinados paradigmas o formas de concebir la acción humana, los procesos sociales y el papel de los sujetos en el interior de estos.
Hacemos esta anotación porque gestionar una institución educativa se diferencia en gran manera, a gestionar una empresa, por lo general, el fin de la empresa es obtener beneficios económicos; sin embargo, la institución educativa está dirigida a la formación del ciudadano.
Para que las organizaciones realmente puedan optimizar los frutos de su gestión, es necesario pasar de una estructura de conocimiento simplista a una estructura de conocimiento compleja, donde todos los integrantes de la organización aporten su porción de conocimiento y esto sería la verdadera civilización de las ideas, partiendo de la educación.
En la República Dominicana, la gestión de las escuelas —aunque cargada de buenas intenciones—, el conjunto de sus acciones, no todas las veces, han estado dirigidas a los aprendizajes, lo que constituye su misión fundamental.
Es preciso tomar en cuenta algunas claves fundamentales para que la gestión educativa esté enfocada en los aprendizajes.
Planificación
Uno de los componentes claves para lograr la eficiencia con relación a los aprendizajes es la planificación, lo que implica definir metas, objetivos y estrategias para el desarrollo académico y administrativo. Este proceso incluye la elaboración de planes curriculares, la asignación de recursos y la proyección de necesidades futuras. Además, la planificación permite anticipar desafíos y establecer prioridades para mejorar la calidad educativa.
En la escuela hubo una época, desde los 80 hasta la década pasada, en la que se consideró la planificación como la panacea para resolver los problemas educativos, esta planificacion implicaba los planes de clase y unidades didácticas, que, en muchos casos, se hacía en un año y luego se guardaba y se le enseñaba al supervisor cuando llegaba, también se trabajó y aún se trabaja con el proyecto de centro educativo y el proyecto curricular del centro.
Para la elaboración de estos instrumentos y tener el impacto que se necesita en el desarrollo de la educación, es necesario que exista una participación real de los actores educativos, la participación real se produce en la escuela cuando el director y también la parte docente se han dado cuenta, que los demás sectores deben participar desde el inicio en la elaboración y ejecución de la planificación, ya que presentársela a los comunitarios para su validación no es participación real, porque se entiende solo como una participación formal y no es realmente una participación, caso muy común en las instituciones escolares dominicanas.
Las consecuencias de esta práctica habitual dan como resultado que las escuelas se quedan solas y los comunitarios no se empoderan ni van a las reuniones, por lo que luego llega el lamentar eterno de que los padres no asisten a las reuniones de la escuela.
Organización
No hay dudas de que administrar una institución educativa implica coordinar y organizar un equipo muy diverso. La gestión de docentes, personal administrativo y estudiantes requiere planificación y habilidades de liderazgo para garantizar un ambiente de trabajo armonioso.
La escuela recibe recursos de todas las formas, tanto materiales como financieros, lo que se ha constituido en un desafío ya que no era cultura de la escuela administrar recursos financieros y en muchas ocasiones no es que se malgaste, sino que no se sabe invertir de forma adecuada
Por otro lado, el manejo eficiente del presupuesto es crucial. Optimizar los recursos financieros permite invertir en tecnología, capacitación y mejoras del entorno. Un uso adecuado del dinero, así como otros recursos materiales disponibles, impacta directamente en la calidad educativa.
Como sabemos es un reto la organización eficiente de un centro educativo desde su personal hasta los recursos financieros y los materiales didácticos ya que ha sido una institución muy difusa y con prácticas de gestión que no han seguido una lógica de la administración y donde el centro de mando no descansa necesariamente en la dirección.
Para ilustrar este planteamiento voy a poner un ejemplo: una práctica muy socorrida en las escuelas y aceptada es que cuando se presenta una plaza importante de docencia en el centro se beneficie el profesor más viejo por “justicia”, pudiera ser que la edad y tiempo en servicio no sea un factor esencial para esa plaza, sino que se necesite de otra persona con las competencias adecuadas, aunque sea el más nuevo en el centro. Pero esas prácticas se asumen sutilmente como muy normales.
Evaluación
Otro elemento clave es la evaluación que juega un papel crucial, ya que permite medir el impacto de las estrategias implementadas y realizar ajustes cuando sea necesario, promoviendo una mejora continua en el ámbito educativo.
Aquí no me refiero a las evaluaciones que hace el Minerd, a nivel general, sino a crear una cultura de evaluación en el centro educativo desde los planes hasta las actividades cotidianas, que ayuden a tomar decisiones y mejorar sus prácticas tanto docentes domo administrativas.
Tecnología
La tecnología, por su peso en la vida de la escuelas y en la vida cotidiana la ubicamos como un elemento clave para los aprendizajes.
La digitalización ha cambiado la forma en que se gestiona la educación. La incorporación de plataformas virtuales, herramientas de seguimiento académico o sistemas de comunicación digital constituyen un desafío para muchas instituciones.
Hoy no podemos escribir sobre mejora si no se toman en cuenta los aspectos tecnológicos: más de 4 mil escuelas ya cuentas con fibra óptica , libros en línea, dispositivos computacionales para estudiantes y profesores, por lo que tomamos este componente como fundamental para el desarrollo de los aprendizajes y que además, facilita la comunicación de todos los actores del proceso educativo.
Capacitar al personal en el uso de la tecnología y adaptar los procesos administrativos a entornos digitales es una necesidad actual. La transformación digital puede mejorar la eficiencia operativa y fortalecer el vínculo entre docentes, estudiantes y familias.
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