En este artículo continúo trabajando en la formación por competencias y esta vez les presento otra estrategia interesante, utilizada por los educadores de manera consciente o en forma espontánea, la cual es muy importante para desarrollar conocimientos, destrezas, habilidades y actitudes en el estudiante.
Resulta interesante porque es una estrategia de aprendizaje donde los estudiantes adquieren un rol activo, porque la temática o problemática del proyecto gira en torno al interés del estudiante, lo que permite incrementar su motivación para explorar nuevos conocimientos.
Por ejemplo, si son estudiantes de educación de la licenciatura en Ciencias de la Naturaleza o Biología o Química y la expansión del sargazo resulta una situación de interés para el estudiante y el país, ese puede ser un tema para elaborar un proyecto que, además, puede integrar conocimientos matemáticos, sociohistóricos y de Lengua Española.
Lo novedoso es que, en la descripción metodológica, los estudiantes siguen un proceso donde el resultado final no es el objetivo, sino el desarrollo del trabajo que deciden elaborar, enfocando que el aprendizaje de los contenidos tiene la misma importancia que las habilidades adquiridas durante el proceso.
Esta estrategia presenta una serie de características que la hacen propia y la definen ante otras estrategias y metodologías (hay que aclarar que todas estas formas de enseñanza aprendizaje están alineadas con las metodologías activas).
En esta metodología el estudiante se involucra en una situación problemática real y que abarca distintas áreas. Se enfoca en una pregunta o tarea abiertas.
El uso de esta metodología implica estos beneficios:
- Es una oportunidad para que los estudiantes realicen investigaciones que les permitan aprender nuevos conceptos, aplicar la información y representar su conocimiento de diversas formas, favorece una aplicación autentica de los contenidos o habilidades.
- Facilita la colaboración entre los estudiantes, maestros y otras personas involucradas con el fin de que el conocimiento sea compartido y distribuido entre los miembros.
- Uso de herramientas cognitivas y ambientales de aprendizaje (laboratorios computacionales, aplicaciones gráficos y telecomunicaciones).
- Se construyen competencias propias del siglo XXI.
- Enfatiza la independencia de los estudiantes y su indagación.
- Tiene más duración y es más polifacéticos que las lecciones las tareas tradicionales. Puede ser de gran duración (semanas o meses).
- Incluye la creación de un producto o presentación.
- Puede seguir un guion, pero, a menudo, utiliza la realidad, tareas e intervenciones totalmente auténticas.
- El profesorado no facilita ningún tipo de contenido al principio del proceso para que los estudiantes puedan realizar el proyecto.
- Permite a los estudiantes tanto hacer como ver las conexiones existentes entre diferentes disciplinas.
Voy a presentar los pasos principales para desarrollar un proyecto, no son los únicos, pero estos son los esenciales.
- Selección del tema y planteamiento de la pregunta guía. Se elige un tema ligado a la realidad de los alumnos, que los motive a aprender y les permita desarrollar los objetivos cognitivos y competenciales del curso que buscas trabajar. Después, plantéeles una pregunta-guía abierta que te ayude a detectar sus conocimientos previos sobre el tema y les invite a pensar qué deben investigar o que estrategias deben poner en marcha para resolver la cuestión. Por ejemplo: ¿cómo concienciarías a los habitantes de la ciudad de Santo Domingo acerca de los hábitos saludables?, ¿qué campaña realizarías para dar a conocer a los turistas la historia de tu región?, ¿es posible la vida en Marte?
- Formación de los equipos. Organice grupos de tres o cuatro alumnos, para que haya diversidad de perfiles y cada uno desempeñe un rol.
- Definición del producto o reto final. Establezca el producto que deben desarrollar los alumnos en función de las competencias que quieras desarrollar. Puede tener distintos formatos: un folleto, una campaña, una presentación, una investigación científica, una maqueta… Te recomendamos que les proporciones una rúbrica donde figuren los objetivos cognitivos y competenciales que deben alcanzar, además de los criterios para evaluarlos.
- Planificación. Pídales que presenten un plan de trabajo donde especifiquen las tareas previstas, los encargados de cada una y el calendario para realizarlas.
- Investigación. Debes dar autonomía a tus alumnos para que busquen, contrasten y analicen la información que necesitan para realizar el trabajo. Tu papel es orientarles y actuar como guía.
- Análisis y síntesis. Ha llegado el momento de que tus alumnos pongan en común la información recopilada, compartan sus ideas, debatan, elaboren hipótesis, estructuren la información y busquen entre todos la mejor respuesta a la pregunta inicial.
- Elaboración del producto. En esta fase los estudiantes tendrán que aplicar lo aprendido a la realización de un producto que dé respuesta a la cuestión planteada al principio. Anímalos a dar rienda suelta a su creatividad.
- Presentación del producto. Los alumnos deben exponer a sus compañeros lo que han aprendido y mostrar cómo han dado respuesta al problema inicial. Es importante que expongan con un guion estructurado de la presentación, se expliquen de manera clara y apoyen la información con una gran variedad de recursos.
- Respuesta colectiva a la pregunta inicial. Una vez concluidas las presentaciones de todos los grupos, reflexiona con tus alumnos sobre la experiencia e invítalos a buscar entre todos una respuesta colectiva a la pregunta inicial.
- Evaluación y autoevaluación. Por último, evalúa el trabajo de tus alumnos mediante la rúbrica que les has proporcionado con anterioridad, y pídeles que se autoevalúen. Les ayudará a desarrollar su espíritu de autocrítica y reflexionar sobre sus fallos o errores.
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