Uno de los temas o avances tecnológicos de mayor interés en la actualidad es la inteligencia artificial. Por estar de moda, hasta los que no la conocen hablan de ella, elogiándola.

Indiscutiblemente, es un instrumento de muy alto valor, pero es importante considerar el impacto que puede producir en nuestra psicología. Para que la IA sea beneficiosa, tenemos que conocerla bien y disponernos a utilizarla haciendo el mejor uso posible de nuestra propia inteligencia.

Debido a nuestra alta competitividad, manifestamos una fuerte neofilia o pasión por todo lo nuevo, porque en la medida en que conozco y domino algo nuevo, tengo la oportunidad de destacarme. Toda civilización debe estar constantemente avanzando, pero en ocasiones, lo nuevo debe asumirse con prudencia para lograr un mejor beneficio. La desesperación por adquirir prestigio y el temor a que otro se pueda adelantar pueden llevar a festinar procesos racionales convenientes. Esto puede pasar fácilmente en la ciencia: un investigador, por ganar prestigio, podría omitir investigaciones o protocolos de seguridad, con la excusa de que su aporte era muy importante para la humanidad.

Los algoritmos digitales no siempre nos ofrecen lo que necesitamos, sino lo que más llama nuestra atención, incluso si nos perjudica

La IA comienza a desarrollarse ayer, y ya hoy, una multitud de personas se autoproclama como expertos y refieren tener una larga experiencia empleándola.

Desconocemos el alcance y los riesgos de la IA, pero evaluando las tendencias cognitivas y conductuales del ser humano, podemos considerar posibles repercusiones en nosotros que pueden ser preocupantes, no necesariamente por la IA en sí, sino por nuestras tendencias psicológicas.

Sabemos que la inactividad nos enferma y atrofia; sin embargo, hacemos todo lo posible por utilizar el mínimo esfuerzo en nuestro día a día. La tecnología ha logrado que casi no tengamos que levantarnos de nuestros asientos, lo que está afectando a nuestros cuerpos. A nivel mental no es diferente; la IA puede ayudarnos al potencializar nuestras facultades mentales, o si la tomamos como excusa para pensar lo menos posible, podría destruirnos. Puede afectarnos a nivel de memoria, atención, concentración, juicio crítico, discernimiento, intuición, creatividad, autonomía y regulación emocional, sentido existencial, disciplina, voluntad, relaciones interpersonales, autoestima o humanismo. Sin embargo, el tener una silla de ruedas no necesariamente debe atrofiar las piernas, a no ser que se deje de caminar. El resultado obtenido con cualquier instrumento dependerá siempre del uso que le demos. Es indiscutible el valor de un auto, pero sin saber manejarlo bien, desconociendo las leyes de tránsito o conduciendo en estado de embriaguez, más valdría andar a pie.

Se nos está vendiendo la IA como un recurso infalible, lo cual es altamente peligroso. La Historia nos muestra que cada vez que el Hombre ha creído que algo es 100% seguro, ha cometido los peores errores, excesos e intolerancias. El saber que podemos equivocarnos nos permite ser prudentes, comprensivos, tolerantes, flexibles, abiertos al diálogo y respetuosos.

La lógica puede ser ilógica si se utilizan premisas incorrectas. Se dice que cuando el califa Omar conquistó Egipto en el 642 d.C., refiriéndose a la famosa biblioteca de Alejandría, dijo: “Si los libros concuerdan con el Corán, son innecesarios, porque ya tenemos el Corán. Si discrepan del Corán, son peligrosos y deben ser destruidos.” Aunque no concordaran con el Corán, era un conocimiento valioso y no debía ser destruido; su desaparición fue una pérdida muy lamentable para la humanidad.

Existen algoritmos que dirigen los medios o plataformas digitales; estos funcionan de acuerdo con su programación, generando ganancias si logran que las personas se mantengan conectadas. Por lo tanto, lo principal sería detectar lo que llama nuestra atención, para que se nos dificulte desconectarnos; así se mantienen enviándonos ese tipo de información, lo que también podría incentivar nuestros defectos e imperfecciones. Si alguien está dominado por el odio, lo que le llegaría por las redes son mensajes de violencia y agresividad. Esto aplicado a millones de personas, especialmente a una multitud acrítica, que suele comportarse como una manada, puede dar resultados lamentables.

En los medios digitales, lo que vende no necesita tener calidad o excelencia, porque cualquier material mediocre que encuentre muchos interesados puede producir dinero, aunque socialmente podría conducir a una degeneración humana. Por ejemplo, la pornografía representa alrededor de la cuarta parte del tráfico total de internet, produciendo miles de millones de dólares y generando más adicción que algunos tipos de drogas.

La inteligencia artificial puede potenciar nuestras capacidades mentales o atrofiarlas, según el uso que le demos

Todo humano tiene polaridades o tendencias. Según las que cultive, puede hacerse mejor o peor persona. Si no entendemos cómo funcionan los algoritmos, conectarnos a los medios digitales puede ser negativo, ya que tienden a darnos lo que queremos y no siempre queremos lo que nos conviene.

La IA podría ser perfecta, si no fuera por nuestras imperfecciones.

Recomendaciones: Cuestiónalo todo, aprende a valorar lo valioso, controla las informaciones basura y programa tus días. Y cuando la mayoría tome una decisión, analiza si verdaderamente es también la tuya. Pese a la gran cantidad de conocimientos actuales, seguimos siendo más manipulables de lo que nos gusta reconocer.

Luis Ortiz Hadad

Médico

El Dr. Luis Ortiz Hadad, nació en Santo Domingo, República Dominicana, el 17 de septiembre del 1958. Graduado de Doctor en Medicina en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en el 1983. Realizó estudios de Filosofía y Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca, España (1984-1986). Se especializó como Cirujano General en el Hospital Central de las FFAA-Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en (1988-1992). Haciendo la subespecialidad en Cirugía Colorrectal en Marsella, Francia (2000-2001). Es Psicólogo Clínico egresado con los máximos honores de la Universidad de la Tercera Edad (2022). Ha sido profesor de Anatomía y Cirugía por más de 20 años en la Universidad Iberoamericana (UNIBE). Es miembro del Comité Editor de la Revista Archivos Médicos Dominicanos (AMED). Presidente de la Sociedad Dominicana de Coloproctología (2011-2013), Presidente de la Academia Dominicana de la Medicina (2016-2018) y Presidente de la Sociedad Dominicana de Médicos Escritores (2023-2025). Es miembro del Colegio Médico Dominicano, del Colegio Dominicano de Cirujanos, de la Sociedad Dominicana de Coloproctología, Asociación Latinoamericana de Coloproctología, Academia Dominicana de Medicina, del Colegio Dominicano de Psicólogos (CODOPSI) y de la Sociedad Dominicana de Médicos Escritores. Presta sus servicios como Cirujano Coloproctólogo y Coordinador del Internado de Cirugía de la Universidad Iberoamericana (UNIBE) en el Centro de Diagnóstico Medicina Avanzada y Telemedicina (CEDIMAT), donde también desarrolla desde el 2022 un programa de Meditación Terapéutica Racional Emotiva. Es escritor de artículos semanales en el periódico acento desde el 2020 y es autor de los libros: Cincuenta Reflexiones. Breve guía para el Homo sapiens y Piensa bien, Vive mejor: Una terapia racional emotiva social. Es reconocido por sus actividades a favor de un mayor desarrollo humano como estrategia prioritaria para el mundo de hoy y enseñanzas de autoayuda basadas en las neurociencias.

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