Una introducción
El movimiento estudiantil Fragua fue la fuerza determinante para materializar la autonomía y el fuero universitario que hicieron posible los cambios que pudo luego institucionalizar el Movimiento Renovador en una etapa posterior. Entre sus conquistas más significativas también se encuentran la destrujillización, la inclusión por ley del 5% en el presupuesto nacional para la Universidad, el comedor universitario, entre otras. Desde sus inicios, Fragua tuvo un papel notorio en las luchas democráticas del pueblo dominicano pues surgió en un contexto matizado por el combate cuerpo a cuerpo contra los remanentes de la dictadura de Trujillo. En ese sentido, es válido afirmar que Fragua nació como una expresión de la realidad política que se vivía en el país en el plano estudiantil.
Según se registra en varios libros, el movimiento estudiantil fue fundado por un grupo de jóvenes comprometidos con la justicia social consolidándose en la historia dominicana como una organización influyente dentro de la UASD y más allá. Ciertamente, para sus fundadores, la universidad sirvió como una escuela de formación moral y política tal como lo explicó Raúl Pérez Peña (Bacho) en una de sus entrevistas en el periódico El Caribe cuando señaló que “en la universidad me forjé como ciudadano”. Desde esa perspectiva, se entiende que para los cientos de hombres y mujeres que conformaron esa organización político-estudiantil, los derechos estudiantiles se convirtieran en un reflejo de las aspiraciones democráticas que tenía la sociedad dominicana a principios de los años sesenta.
Para comprender plenamente su impacto y evolución, es fundamental retrotraernos en el tiempo hasta las luchas de 1918, las cuales tuvieron entre sus consecuencias “la reforma” que le consignó la “autonomía” a la Universidad de Córdoba en Argentina, tal como lo expuso en un libro el maestro y amigo Julio Cesar Vargas Rivas publicado en el marco de la conmemoración del centenario de este hito en la historia estudiantil latinoamericana y del mundo. Desde entonces se entendió a la autonomía como una conquista esencial para proteger la libertad académica y garantizar un ambiente de aprendizaje y debate crítico, lo que inspiró a las principales academias y universidades de la región.
Desde el punto de vista histórico vamos a repasar los momentos fundadores de la Asociación Nacional de Estudiantes Universitarios ANEU y especialmente la etapa crítica de la dictadura de Trujillo, cuyo régimen aplastó el nacimiento de esa incipiente asociación cuyos ideales libertarios fueron retomados por los estudiantes de la Universidad que se agruparon, a mediados de la década de los 40’s, en el movimiento político que se denominó “Juventud Democrática”, entre cuyas figuras sobresalen los nombres de Manolo Tavárez Justo, Minerva Mirabal, Juan José Cruz Segura, Leo Nanita Cuello, los hermanos Sánchez Córdova, entre otros. Esto permitirá visualizar la presencia de Manolo y Minerva en la UASD por ser de las figuras que más le aportaron a la cosmovisión de los estudiantes en las luchas revolucionarias, antiimperialistas y anti-oligárquicas en la República Dominicana.

Siguiendo los pasos del periodista cubano Wilmer Rodríguez en cuyos libros nos deja entrever el proceso en el que se fueron incubando las ideas que desembocaron en la Revolución Cubana, véase: Tiempos de definiciones; voces de las luchas universitarias en Cuba y especialmente La FEU en Fidel; Un acercamiento a la relación entre el líder de la Revolución y los estudiantes universitarios cubanos, en nuestro enfoque profundizaremos en los vínculos que se forjaron entre el líder del Movimiento Revolucionario 14 de Junio y su compañera Minverva Mirabal con la Universidad, estableciendo esas conexiones y continuidades con las banderas levantadas por FRAGUA y su pléyade de dirigentes universitarios.
Para relatar estos sucesos contamos con una valiosa bibliografía que destaca por los estudios de Juan Francisco Martínez Almánzar, véase Crisis en la UASD (1961 – 1966). De igual forma, se cuenta con las obras especializadas sobre la historia de la UASD elaboradas por Franklin Franco, el maestro Alejandro Pichardo y Sebastián del Pilar Sánchez quienes respectivamente escribieron “Historia de la UASD y de los estudios superiores”, “Historia de la UASD 1960-2010” y “UASD; Alborada libertaria y debates (1961 – 1974)”. Otro libro importante que recoge las memorias y relatos de Narciso Isa Conde, pasado secretario general de la FED, es "Secretos, vivencias … de lucha, vida y amor”, publicado en 2017 donde relata algunos episodios de su vida, su historia y sus luchas revolucionarias… No menos importante es el aporte de otro protagonista de la época, Juan Bosco Guerrero, autor del libro titulado “Reflejos de un Espejo Roto, Memorias y Evidencias”, en el que narra sus vivencias y luchas políticas por 60 años. También nos sumergiremos en el libro “Notas autobiográficas: recuerdos de la legión olvidada” del fragüero Cayetano Rodríguez del Prado publicado en el 2008.

Todas estas fuentes y bibliografías secundarias se complementarán con las entrevistas que desarrollaremos a varios dirigentes universitarios, entre los que destacan Narciso Isa Conde, Alexis Licairac, Antonio Isa Conde, Cayetano Rodríguez del Prado, José Israel Cuello, Fidelio Despradel, entre otros, pero particularmente con los documentos de la época, véase las publicaciones del periódico Fragua, este último órgano oficial del movimiento estudiantil producido desde el denominado “Barrio chino” ubicado en el 5to piso del edificio Baquero, entre las calles El conde esquina Hostos de la ciudad colonial. No obstante, tomaremos como fuente fundamental de información los escritos, videos y audios de Raúl Pérez Peña (Bacho), quien fuera un destacado miembro del movimiento estudiantil y defensor a ultranza de su historia y legado hasta sus últimos días a los fines de conservar una perspectiva revolucionaria en la narrativa que desarrollaremos.
Entre los materiales que se conservan del fragüero y militante revolucionario se encuentra el audio de una amplia entrevista concedida a Nayibe Tavárez Abel, sobrina-nieta de la gloria estudiantil Amín Abel Hasbún. También sus escritos periodísticos de más de seis décadas recogen su paso por Fragua. Mención especial merece el artículo titulado “Amín era ejemplar” en donde describe el ambiente que se vivía en la USD a finales de la dictadura haciendo una radiografía de FRAGUA y dando cuenta del contraste con la FED de 1970. También disponemos de una serie de grabaciones de Bacho que realizamos en el 2019 con la periodista y corresponsal de Telesur, Deisy Toussaint, desde la calle El conde esquina Hostos, hasta la entrada de la Universidad y el play de la UASD, así como varios videos inéditos del período 1962-1963.
A sabiendas de que las luchas estudiantiles revolucionarias han sido y serán siempre objeto de interpretaciones diversas, en esta historia partimos de la visión que se posiciona del lado de la revolución a los fines de hacer más comprensivas las características, dimensiones y particularidades de nuestro objeto de estudio. En efecto, para hablar de Fragua toca adentrarse en un contexto marcado por la efervescencia política de la época, el compromiso con la justicia social y la resistencia contra los remanentes del Trujillismo y sus herederos. En ese orden, nuestro enfoque sobre este movimiento lo inserta en una tradición que se extiende geográficamente desde la Reforma Universitaria de Córdoba en Argentina hasta la impronta que dejó Fidel en la FEU de Cuba.
Consciente de que los procesos históricos de movilización estudiantil también forman parte del campo de memoria, cuyos intereses son atravesados por disputas ideológicas, en esta investigación aspiramos a desarrollar todo el potencial transformador que tuvo Fragua como actor colectivo desafiando las estructuras de poder y la cultura política de su tiempo. En ese sentido, trataremos de reconstruir su sentido revolucionario, atendiendo a las condiciones de posibilidad que hicieron de la UASD un espacio de politización radical y al impacto más amplio que alcanzó dentro de la configuración de la lucha política en el país durante el período 1961 – 1963. Recuperando la memoria de esta etapa tan decisiva para la universidad apostamos a la reconstrucción de un referente que pueda servir de norte para los movimientos estudiantiles, actuales y futuros, especialmente aquellos que están comprometidos con el bienestar de los estudiantes y la transformación social del pueblo dominicano.
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