Reflexiones frente al Alcázar: Don Cristóbal, ¡qué mala pata, el haber descubierto que la Tierra no es cuadrada! El haber encontrado el Tercer Mundo en su lugar de siempre, para que nacieran los imperios de azúcar y banana y los veneros del petróleo. ¿Cómo se le vino a ocurrir ampliar el horizonte de agua para que aletearan submarinos y acorazados y cohetes capaces de herir a la propia galaxia? ¡Qué gran yerro, haber puesto estas tierras en el mapa para que parieran historias y novelas, esperanzas nuevas y monedas falsas! ¿Por qué no pasó de largo o se hizo el de la vista gorda ante esta cosa que hoy se llama República Dominicana?
Soy periodista con licenciatura, maestría y doctorado en unos 17 periódicos de México y Santo Domingo, buen sonero e hijo adoptivo de Toña la Negra. He sido delivery de panadería y farmacia, panadero, vendedor de friquitaquis en el Quisqueya, peón de Obras Públicas, torturador especializado en recitar a Buesa, fabricante clandestino de crema envejeciente y vendedor de libros que nadie compró. Amo a las mujeres de Goya y Cezanne. Cuento granitos de arena sin acelerarme con los espejismos y guardo las vías de un ferrocarril imaginario que siempre está por partir. Soy un soñador incurable.