Supongamos que mañana bien temprano llegan a Friusa, Uvero Alto, los ultra nacionaleros que reclaman, puño en alto y voz en cuello, la expulsión de los haitianos que viven allí y en todo el país. Supongamos que, en medio de la confrontación de las partes (por allá los que han escapado de la extrema miseria y de las bandas armadas, y por acá los ultra nacionaleros que vocean falsas consignas duartianas), un soldado o policía mate a un manifestante de uno u otro lado…Nadie previó el río de sangre que esto desataría… (Ni siquiera Abinader, cuando autorizó la enervante presencia de esos ultra dominicanistas nerviosos y sudados).
Soy periodista con licenciatura, maestría y doctorado en unos 17 periódicos de México y Santo Domingo, buen sonero e hijo adoptivo de Toña la Negra. He sido delivery de panadería y farmacia, panadero, vendedor de friquitaquis en el Quisqueya, peón de Obras Públicas, torturador especializado en recitar a Buesa, fabricante clandestino de crema envejeciente y vendedor de libros que nadie compró. Amo a las mujeres de Goya y Cezanne. Cuento granitos de arena sin acelerarme con los espejismos y guardo las vías de un ferrocarril imaginario que siempre está por partir. Soy un soñador incurable.