Según se sabe, la epigenética estudia los cambios en la expresión de los genes que no implican una alteración en la secuencia del ADN, incluyendo las modificaciones químicas producidas por las histonas.

Asimismo, la exigentica estudia los cambios en la expresión de los genes están influenciados por factores ambientales como la dieta, el ejercicio, el estrés y la exposición a ciertas sustancias químicas heredables y reversibles.

Por su parte, los estudios realizados por científicos de la Universidad de California refieren que el tipo de alimentación afecta la metilación de la conexión del ADN. En tal sentido, la metilación consiste en la adicción de grupos metilo a ciertas regiones del ADN, lo que influye en la transmisión de los genes entre una generación y otra.

Además, los estudios a los que hicimos mención en el párrafo anterior refieren, que “los genes de nuestros ancestros, influyen en la genética transmitida de los abuelos hasta una quinta generación” (Reportes de los expertos en genética de la Universidad de California, 2024).

Por otro lado, otros estudios realizados por expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), refieren que las alteraciones de los genes de los ancestros influyen en varios aspectos medulares de la salud física y mental, principalmente en la aparición de la fibrosis quística, la anemia falciforme, el síndrome de Down, el estrés y otras enfermedades más que afectan los órganos blandos del organismo humano.

Profundizando en sus hallazgos, los expertos de la OMS descubrieron que, la genética juega un papel importante en el desarrollo de la inteligencia humana, la memoria y la capacidad cognitiva de los seres humanos, incluyendo el desarrollo de la neuroplasticidad cerebral y el fortalecimiento de la memoria.

También los expertos de la OMS constataron, que la capacidad reproductiva y la salud sexual, es decir, la fertilidad, están condicionadas por la cromatina y las histonas de los genes de los ancestros, lo que sus excesos o deficiencias, afecta la salud física y mental de los seres humanos.

Como se sabe, las histonas son proteínas que juegan un papel crucial en la organización y el empaquetamiento del ADN y del núcleo de las células eucariotas; mientras que, las células eucariotas son células complejas con un núcleo definido que contiene el ADN y diversos orgánulos rodeados de membrana como las mitocondrias y el retículo endoplasmático.

Por su parte, las mitocondrias son orgánulos celulares en forma de “fábricas de energía” que generan la mayor parte de la energía química para las células mediante la respiración celular. Como tales, las mitocondrias tienen doble membrana y poseen su propio ADN, lo que `permite la efectividad de la terapia epigenética.

De nuestro lado, los especialistas en higiene y salud mental sabemos, que la terapia epigenética tiene el propósito de modificar el epigenoma que influye en el conjunto de procesos moleculares que regulan la expresión génica, sin alterar la secuencia del ADN, pero sí alterar la evolución de una enfermedad y su fenotipo.

Como tal, el fenotipo son aquellas características observables de un organismo, tanto físicas como de comportamiento, las cuales resultan de la interacción entre su genotipo (su información genética) y el medio ambiente en el que nacen, se desarrollan y viven todas las especies, incluyendo los seres humanos.

Según se sabe, el genotipo define, entre otros, la estatura, el color de los ojos, el tipo de sangre y la predisposición a enfermedades de los seres humanos, así como ciertas conductas humanas que son influenciadas por la alimentación y el ambiente. Por su parte, el tipo de alimentación que consume o ingiere una persona, influye en el desarrollo de cierto genotipo.

Asimismo, nutricionistas y neuropsicólogos de las universidades de Cambridge y Oxford constataron, que el consumo de ajo, cebolla, jengibre, pimientos picantes, cúrcuma, alcaparras, té verde, aceite de oliva, miel y el vino tinto, fortalece las rutas metabólicas gobernadas por los genes, lo que fortalece la genética y los sistemas inmunológico y metabólico del organismo humano.

Además, dichos expertos constaron que, el consumo de limón, fresas, manzanas, brócoli, aguacate, naranja y lechosa protege el ADN. Por ejemplo, éstos descubrieron que el consumo de limón reduce los daños provocados al ADN por ciertas enfermedades, las cuales están siendo investigadas por expertos en nutrición y neuropsicología de las universidades de Oxford y Cambridge.

También, los expertos de Oxford y Cambridge constataron, que la dieta epigenética altera los fenómenos epigenéticos que influyen en la metilación del ADN, lo que cambia la expresión de algunos genes críticos, responsables de estimular y regular los procesos fisiológicos y patológicos que tienen que ver con una buena higiene y salud mental.

Como usted ha podido observar en el cuerpo de este artículo, la genética no solo influye en los procesos fisiológicos y metabólicos de los seres humanos, sino que la genética influye en las formas de pensar y actuar de los seres humanos en sentido general.

Finalmente, concluyo este artículo con una frase de Albert Einstein: “Cuanto más aprendo, más me doy cuenta de cuanto no sé”.

“Nuestros genes pueden reescribir nuestro futuro” (DTGM, 2025).

Telésforo González Mercado

Psicología Social

Telesforo Gonzalez Mercado es Especialista en Psicología Social, Dr. en Planificación Estratégica, académico e investigador. Profesor y tutor para estudiantes de Maestrías y Doctorados en Ciencia para estudiantes de los USA y Canada. Es Conferencista y articulista sobre temas relacionados con el medio ambiente y el cambio climático, resiliencia, construcción de ciudadanía, planificación estratégica, inteligencia emocional y liderazgo. Es Experto en Cooperación Internacional para el Desarrollo. Fue Rector de la Universidad Agroforestal Fernando Arturo de Meriño (UAFAM).

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