La construcción del frente marítimo en el municipio Pedernales con una inversión de casi RD$500.000.000 será una obra fundamental y desde ya debería ser asumida como un símbolo de reclamo periodístico solitario sostenido durante años al Gobierno porque, pese a su trascendencia, nunca ha sido tema de la agenda política, empresarial y de organizaciones socioculturales locales.

La comunidad está huérfana de sitios públicos para “botar el golpe”, necesarios para la vida en salud en una sociedad parida de limitaciones, muy estresante.

El frente marítimo supliría parte del vacío. Incluso, representaría un oasis frente la hermosa playa Pedernales, si no llega el caos abonado por el populismo político, la irresponsabilidad con el mantenimiento a las infraestructuras y la calidad de los servicios, que no sería novedad en República Dominicana.

Si el dinero presupuestado fluye y Turismo cumple su promesa, en poco más de un año veremos cómo se habrá arrancado al caos y al abandono oficial la franja del litoral caribeño, desde la “Boca del río” (desembocadura río Pedernales), en la frontera con Anse –a- Pitre, comuna del departamento sur de Haití, hasta el borde Bucanyé (área de recreo) hacia el este.

El proyecto (paseo, anfiteatro, quioscos, casetas, estacionamientos, garitas de seguridad, estación de gas, módulos de baños, depósitos de basura, paisajes) se llevará de paro el letrero Pedernales, que obstaculiza la mirada libre al espectáculo permanente del mar Caribe, hermoseará y pondrá en valor un área emblemática del pueblo al convertirla en atractivo decente para el colectivo, no para unos cuantos arriesgados poco atentos a su integridad.

El lugar será un centro de entretenimiento vibrante para toda la comunidad y visitantes. Impactará positivamente en la economía local, pese a los ruidos evitables en la arrancada por parte de propietarios que reclamaban diálogo con las compañías contratistas, y de otros, sin razón, hijos del oportunismo, siempre medrando donde asoma tempestad.

Con la construcción del frente marino se alivia el grave estado del municipio causado por la escasez de inversión pública. Es la principal iniciativa fuera de Cabo Rojo.

El informe mensual de ejecución presupuestaria de la Dirección General de Presupuesto registró una inversión de 3.7 millones de pesos en febrero, la más baja de todas las provincias, de acuerdo a una nota publicada en Hoy el 24 de marzo bajo la firma de Ubaldo Guzmán.

En agosto de 2024, la inversión fue de 0.1 millón de pesos, según el reporte oficial. Nada muy diferente durante todo el año.

En enero de 2025, el Gobierno invirtió cero pesos. Para todo el 2025 Pedernales tiene una asignación de 758.8 millones de pesos.

Con el frente marino recién iniciado ha subido a RD$718.77 millones, según datos oficiales publicados por el medio y firmado por el mismo periodista. La inversión exacta para el recién iniciado frente marino, anunciada por Turismo/Ceiztur, es de RD$487,428.340.75.

En este año, Santo Domingo tiene 8, 516 millones; Distrito Nacional, 2,615.59; Santiago, 1,126.45; María Trinidad Sánchez (capital es Nagua), 1,352.23; Duarte (capital San Francisco de Macorís), 1,156.15, conforme a una nota de Hoy del 20 de junio.

El frente marino es una conquista para las familias que los pedernalenses deberemos cuidar con celo extremo. Impedir a cualquier costo que lo vandalicen.

El riesgo de anarquía es alto en vista de la entronización de la indisciplina y la subcultura del desorden hechura de la permisividad politiquera, el desenfreno con los vicios, la disfuncionalidad en muchas familias, el olvido de los valores fundantes y el referente de un modelo de éxito basado en el dinero sin importar el origen.

Representa esa obra una amortización aun tenue a la gran deuda de inversión social del Gobierno.

La provincia Pedernales, con sus dos municipios (la capital, con el mismo nombre, y Oviedo), está en el proceso para convertirse en destino turístico con Cabo Rojo como eje principal. De turismo sostenible, diferente a Punta Cana-Bávaro, Puerto Plata, Juan Dolio, donde predomina el masivo “todo incluido”, han asegurado las autoridades.

El problema es que el gran desbalance no presagia cosa buena. En la práctica no pega con turismo sostenible.

En cuestión de cuatro años, Cabo Rojo, 23 kilómetros al sureste del municipio cabecera, ya comienza a pintarse como ciudad de lujo: hoteles de cuatro pisos a término, terminal de cruceros, activa; aeropuerto (para entregar a mediados del próximo año); acueducto, alcantarillado pluvial y sanitario con planta de tratamiento, a punto; extensión servicio eléctrico, lista; relleno sanitario, en proceso.

En cambio, los municipios Pedernales y Oviedo carecen desde su fundación de esas mismas infraestructuras de servicios vitales para lograr el bienestar general.

Se suma el deterioro irreversible de las casas originales que configuran el casco urbano y del edificio de oficinas públicas; la proliferación de arrabales en la periferia, el déficit de proyectos habitacionales; los vaivenes irresponsables de la Distribuidora de Electricidad del Sur (Edesur); la carencia de una vía alterna a la angosta y zigzagueante carretera hasta Barahona, eternamente en reconstrucción. La histórica cruzaría la sierra de Baoruco por Puerto Escondido.

Tal descuadre no da por ningún lado turismo sostenible.

Un pueblo consumido por el conformismo patológico y el fanatismo inoculados por políticos malos, casi seguro que desconozca lo siniestro de su futuro si no se produce ahora un equilibrio en la carga Cabo Rojo-municipios. Entendible.

Inaceptable, sin embargo, es el silencio largo y hondo de quienes –desde el oficialismo, la oposición y la sociedad civil- conocen el drama, pero apuestan a la indiferencia porque la connivencia y el dinero direccionan su conducta, nunca los intereses colectivos.

A lo más que llegan es a vomitar de vez en cuando artificios discursivos en medios de comunicación con la pretensión macabra de confundir a las “masas”. Un mediocre ejercicio de simulación que solo engatusa a incautos.

Tony Pérez

Periodista

Periodista y locutor, catedrático de comunicación. Fue director y locutor de Radio Mil Informando y de Noticiario Popular.

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