Dos años de crímenes, de atroz genocidio, de destrucciones sin precedentes, de muertes masivas, no pudieron quebrar el espíritu de resistencia del heroico pueblo de Palestina.
Al final, norteamericanos e israelíes, tuvieron que sentarse con Hamás a negociar un acuerdo de paz que pusiera fin a la guerra, mejor dicho, al genocidio.
Un gran logro de Hamás, y hay que decirlo, también es un gran logro del propio presidente Donald Trump, que presionó y obligó a Benjamín Netanyahu a aceptar algunos puntos de ese acuerdo.
También es un gran logro de la opinión pública mundial, que se movilizó por todos los continentes con firmeza exigiendo el fin del genocidio. Esas movilizaciones que pese a las represiones nunca pudieron ser frenadas, presionaron a Estados Unidos, Europa e Israel a entender la gravedad del conflicto y a sentarse a negociar con la propia Hamás, que califican de terrorista, y por lo tanto, no sujeta de diálogos y negociaciones. El mundo presionó, y la presión venció a los que se creían invencibles, como Trump y Netanyahu.
Ahora el ejército israelí se retirará de Gaza. Es más, ya inició su retirada de la Franja, que será reconstruida. Hamás liberará a los rehenes vivos y muertos que quedan, e Israel liberará alrededor de 2 mil presos palestinos.
Al final, Israel no logró ningún objetivo estratégico de los anunciados cuando inició su ofensiva. Ninguno. No aniquiló a Hamás, no aniquiló el espíritu de resistencia del pueblo, no se quedó con el dominio de Gaza, que será reconstruida y administrada por palestinos. Lo que sí Israel logró fue desacreditarse, deslegitimarse y unificar el mundo entero en su contra. Ese fue, sin dudas, un gran logro de Netanyahu.
El tema palestino, que en cierta forma se había debilitado y casi anulado del debate en los centros donde se toman las decisiones claves, volvió a colocarse como principal conflicto a resolver, por encima incluso del conflicto Rusia-Ucrania. Ahora tomará de nuevo fuerza la idea de los dos Estados como la única solución a ese histórico conflicto.
Algo que probablemente veremos en los próximos meses es a Netanyahu enfrentándose a la justicia de su país.
Tendrá que responder por cargos de corrupción y por lo que sabía sobre los hechos del 7 de octubre del 2023, que los dejó ocurrir para entrar en guerra y eludir la justicia.
A todo puerco le llega su nochebuena. Parece que la de ese puerco está llegando.
Compartir esta nota