En estos días he pensado mucho en la palabra remover. No solo como sinónimo de agitar, sino como ese movimiento interno que nos obliga a reacomodar ciertas capas que han quedado inmóviles desde hace tiempo. Algo así describe lo que muchas personas estamos sintiendo en este momento, especialmente a nivel emocional.

Saliendo de la temporada de Escorpio —que nos pidió profundidad y nos pidió encarar y atravesar ciertas crisis— y entrando a la temporada de Sagitario, que nos empuja a movernos hacia adelante con la fe de que tenemos el coraje de enfrentar los procesos difíciles, estamos aún con Mercurio retrógrado hasta el 29 y en Escorpio hasta el 11, empujando historias viejas hacia la superficie. Puede haber mucho cansancio, mucho empuje y dirección sin poder arrancar del todo, y mucho deseo de que las cosas por fin cedan.

A lo largo de los días vamos a ir sintiendo que ya podemos avanzar, pero la clave estará en no forzar el ritmo, en aceptar la lentitud que requiere nuestro cuerpo físico y emocional en este momento. Va a ser importante recordar no quedarnos solo en la mente intentando resolverlo todo desde ahí. Este momento nos pide mucho enraizamiento y mucha conexión.

Este Mercurio retrógrado reentrando en Escorpio nos ha estado removiendo todo lo que tiene que ver con relaciones, con intimidad, con cómo damos de nosotros, cómo recibimos, si nos entregamos al intercambio y si nos permitimos ser transformados ahí.

En artículos anteriores he hablado de cómo estamos en un momento de transición que hace que todo se sienta un poco inestable, pero también —como estamos ante cambios tan grandes de energía— hay una sensación de que realmente ya no hay vuelta atrás. Han estado cayendo muchos velos tanto en lo personal como en lo colectivo, y eso hace que ya no podamos seguir en esos espacios o en esos roles. Hay una sensación de “o me voy, o algo mayor va a terminar expulsándome”.

Sagitario es un signo positivo, que mira hacia adelante, que tiene dirección, que nos conecta con el sentido de la vida. Y ahora que estamos en esta temporada, las cosas han dejado de sentirse tan pesadas; pero al mismo tiempo, Sagitario rige nuestras creencias, las ideas que nos sostienen, y de alguna manera este momento del año siempre nos lleva a reevaluar nuestras ideologías, a descartar las que no nos sirven, a reforzarnos en las que sí, y a abrir nuevos horizontes de pensamiento. Y con este Mercurio, este proceso está siendo profundo. Se está haciendo muy difícil seguir sosteniéndonos en ideas que mantenemos solo porque nos dan una falsa sensación de seguridad. Hay dolor en este proceso, duele por el apego y por el sentido de identidad que nos dan. Pero Sagitario también es el signo que nos impulsa a salir de nuestra zona de confort para poder crecer. Sagitario nos conecta con nuestra confianza.

No te obligues a seguir sosteniendo algo que ya no te funciona, aquello que limita tu vida y tus posibilidades. Anímate a cuestionarte, es un momento muy potable para eso.

Y mientras escribo estas palabras, pienso en cómo el legado colonial nos enseñó a desconfiar de nuestras sensaciones, cómo moldeó nuestros cuerpos más para la obediencia y menos para la intimidad con nosotros mismos. Pero también pienso en cuántas veces sobrevivimos gracias a esa sensibilidad que se ha intentado minimizar.

Tenemos días atravesando un gran trino de agua —entre Júpiter en Cáncer, Saturno y Neptuno en Piscis, y Mercurio en Escorpio— lo que nos confirma que parte del trabajo de este final de año es justamente recuperar y reafirmar esa sensibilidad como guía.

Adela Dore

Artista visual y Astróloga

Artista visual y astróloga. Desde 2016 ofrece consultas, encuentros y espacios de formación en astrología como herramienta de autoconocimiento y reconexión interior. Forma parte del equipo de KnowTheZodiac como escritora y astróloga consultora.

Ver más