Como mis lectores saben, soy profesor de economía de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra. En mis clases de «Indicadores Sociales», concluyo con ejemplos positivos de países que han logrado el desarrollo eliminando la pobreza, casi siempre de los llamados “Tigres Asiáticos”.

 

Sucede que este cuarteto (Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong y Singapur) está en las noticias. Y me he dedicado al caso de la ciudad-estado de Singapur por ser el más exitoso al lograr ocupar un lugar entre los tres países miembros de una superliga: los de la más alta renta per cápita del mundo, por encima de los USD 70,000.

 

Concomitantemente, se le reconoce como el país que erradicó la corrupción hasta las raíces. Un mérito envidiable al ser una nación multi-étnica (mayoría china, población aborigen malaya, minoría bengalí y los colonizadores ingleses), multi-confesional (budismo, islam, hinduismo y cristianismo) y multi-cultural (el producto de las otras categorías). Por lo que, lo he puesto de ejemplo de mis clases. Y enfocándolo en este éxito de eliminar la corrupción, les indico una serie de videos disponibles en YouTube sobre esta hazaña:

https://www.youtube.com/watch?v=hsXFUyO9ltE

https://www.youtube.com/watch?v=CnFZSJao3h4&t=20s

https://www.youtube.com/watch?v=u0jP4I842GM

https://www.youtube.com/watch?v=gfwgpCj7UgUhttps://www.youtube.com/watch?v=gfwgpCj7UgU

Resumiendo el argumento: Lee Kwan Yew, el considerado padre de la República de Singapur, aplicó «lo que él consideraba correcto y no lo que era políticamente correcto» (traducción de la frase contenida en el banner que ilustra el inicio de esta columna Divagaciones…). Para continuar las recomendaciones de lectura sobre esta isla-nación de 700 km² y seis millones de habitantes y que es objeto de nuestro asombro, ver el enlace siguiente, Conociendo a Singapur

( https://www.disfrutasingapur.com/historia ).

Comencemos a sorprendernos: Singapur se independizó de Gran Bretaña en 1963 y como miembro de la Federación de Malasia se separó en 1965, logrando la plena independencia (cuando los dominicanos nos enfrascábamos en una guerra civil y torcíamos el rumbo hacia la inestabilidad). Singapur iniciaba su marcha con una campaña contra la corrupción, mediante una “comisión independiente de lucha anti-corrupción” que investigaba a todas las instituciones públicas apoyado en un código donde la condena mandatoria es la “muerte por ahorcamiento” y que investigó al mismo primer ministro y su familia, porque nadie está a salvo.

 

Como testigo muy involuntario conocí de este rigor judicial en esta República de Jueces, cuando en los años ochenta del siglo pasado visité a Singapur con mi padre en una delegación a una feria comercial en Taipéi, Taiwán, y que aprovechamos para visitar Hong Kong, Tailandia y Singapur. El entonces aeropuerto recién inaugurado (impresionante con sus jardines internos bajo techo), aparecía en las noticias porque un alto funcionario fue ejecutado en cumplimiento de su condena por haber recibido una coima de la constructora japonesa que ganó el concurso del Aeropuerto Changi. Don Miguel, mi padre, y yo, quedamos impactados.

Los jardines interiores del Aeropuerto Changi de Singapur

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Hablemos del patio dominicano. Tenemos un Ministerio Público “independiente” por la voluntad presidencial, sin el respaldo de la institucionalidad debida y bajo el asedio de los investigados y la vigente pesquisa de los sospechosos renunciantes de cargos antes de la celebración  de la Restauración de nuestra República el próximo16 de agosto.

 

Los “tirios y troyanos” –enemigos irreconciliables, según la obra de Cervantes– han luchado para moldear una Ley de Dominio de Extinción para que exista, pero que se pueda aplicar con excepciones para quedarse con lo “robado  al Estado” aunque paguen cárcel por su fechoría. Aquí están advirtiendo a los actuales Procuradores que su efímera independencia le será cobrada en una especie de “ajusticiamiento” mafioso cuando se restablezca un gobierno moldeado por el criterio de que la política debe ser “rentable”, convinevente con el status quo del delito.

 

Como siempre, la corrupción es un tango –o una bachata– que necesita dos para bailarse, por lo que tomar en cuenta al corruptor que sabe tentar al corrompible para permanecer en el “tiempo” y estar a la sombra de todos los gobiernos. Por lo tanto, no tienen el pudor de burlar su propia política anticorrupción, porque su interés es crear un nuevo emporio para participar en la economía “cartelizada” de República Dominicana. Los ejemplos están a la vista, aunque la realidad está en las sombras y hasta en las profundidades de intereses multinacionales.

 

Deben entender, tirios y troyanos, que en las elecciones del 2020 se enfrentó a la maquinaria político-familiar de explotación de la “cosa pública” de todas las formas posibles y que la ciudadanía de a pie, reaccionó con la indignación propia con la marcha verde y otras expresiones –algunas devenidas en grupúsculos fantasmas que buscan un nicho gubernamental para esquilmarlo hasta agotar al país–, por lo cual el título de esta entrega viene a cuento: “esas aguas trajeron estos lodos”. Si queremos resultados como los de Singapur, aguantemos los jalones del cepillo en cabello malo, o ¿no?

 

El presidente Abinader tiene la oportunidad de equipararse con Lee Kwan Yew como ejemplo de cambiar la inmoralidad de “enriquecerse es primero” e imponer una meritocracia gubernamental de que el bienestar colectivo es lo primero, lo segundo hasta el infinito…