La economía dominicana se ha caracterizado, en las últimas dos décadas, por mantener un ritmo de crecimiento económico robusto y superior al promedio regional. Entre 2010 y 2019, el Producto Interno Bruto (PIB) real creció a una tasa promedio anual de 5.4%, posicionando al país como uno de los líderes del crecimiento en América Latina y el Caribe. Sin embargo, las proyecciones para el año 2025, estimadas por organismos como el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), apuntan a una tasa de crecimiento de 3.7%, por debajo del potencial estimado de 5%.

La cifra proyectada de 3.7% para 2025 no debe tranquilizarnos. Aunque supera el promedio regional, no representa el verdadero potencial de la economía dominicana ni las aspiraciones de desarrollo sostenible e inclusivo que como país debemos tener.

En lugar de conformarnos con un “crecimiento aceptable”, debemos ambicionar un crecimiento transformador, que libere capacidades, reduzca desigualdades y siente las bases para un modelo productivo moderno, resiliente y competitivo. La diferencia entre 3.7% y 5% es más que un número: es la distancia entre el estancamiento relativo y el verdadero progreso económico y social.

Si bien un crecimiento de 3.7% es, en muchos contextos, una cifra saludable, para una economía como la dominicana, con altas demandas sociales, un bono demográfico aún en curso, y una estructura productiva con desafíos estructurales, no es suficiente.

El concepto de crecimiento potencial

El crecimiento potencial representa el nivel de expansión sostenible del PIB que una economía puede alcanzar sin generar presiones inflacionarias, aprovechando plenamente sus factores productivos: trabajo, capital e innovación. En el caso dominicano, distintas estimaciones técnicas sitúan este crecimiento entre 4.8% y 5.2%, dependiendo del modelo utilizado y las condiciones del entorno.

Crecer por debajo de ese potencial, como se proyecta que lo haría la economía en 2025, implica que se están desaprovechando recursos productivos y se limita la posibilidad de mejorar las condiciones de vida de la población, especialmente la más vulnerable.

Crecer a una tasa de 5% o más es crucial por tres razones fundamentales:

  • Generación de empleos de calidad: Cada punto porcentual de crecimiento adicional puede traducirse en miles de nuevos empleos. La tasa de desempleo abierta, aunque ha disminuido en los últimos años, aún refleja brechas significativas, especialmente en jóvenes y mujeres.
  • Reducción de la pobreza y desigualdad: Según el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD), para reducir de forma sostenida la pobreza monetaria, se requiere un crecimiento económico superior al 4.5%, acompañado de políticas redistributivas eficaces.
  • Sostenibilidad fiscal y estabilidad macroeconómica: Un mayor crecimiento fortalece la recaudación tributaria, lo que permite mantener la inversión pública en infraestructura, educación y salud, sin depender en exceso del endeudamiento.

Factores que explican la desaceleración

Hay una combinación de factores internos y externos que explican la diferencia entre el crecimiento real proyectado y el potencial:

  • Choques internacionales: La desaceleración global, el endurecimiento de la política monetaria internacional y las tensiones comerciales afectan negativamente las exportaciones, el turismo y la inversión extranjera directa.
  • Restricción monetaria interna: Aunque el BCRD ha manejado con prudencia la inflación, la necesidad de controlar las presiones de precios llevó a una política monetaria más contractiva durante 2023-2024, que afectó el crédito y la inversión.
  • Baja productividad del sector informal: Más del 55% de la población ocupada trabaja en el sector informal, con bajos niveles de productividad, lo que limita el aporte de este segmento al crecimiento.
  • Limitaciones estructurales: Falta de innovación, rezago tecnológico, brechas en infraestructura, burocracia excesiva y dificultad de acceso al financiamiento, especialmente para las MIPYMES, siguen siendo obstáculos importantes.

¿Qué se necesita para cerrar la brecha?

Para alcanzar el potencial de crecimiento no basta con mejorar las condiciones macroeconómicas; se requiere un cambio estructural, apoyado en cinco pilares:

  • Impulso a la productividad y la innovación, con énfasis en sectores como la agroindustria, las tecnologías digitales, las energías renovables y la economía del conocimiento.
  • Transformación del sistema educativo y técnico, alineando las competencias de la fuerza laboral con las necesidades del mercado.
  • Fortalecimiento del financiamiento a las MIPYMES, incluyendo mecanismos innovadores como el factoring, los fondos de garantía y el capital semilla.
  • Mejora del clima de negocios, simplificando trámites y reduciendo costos para emprendedores y empresas formales.
  • Inversión pública eficiente, orientada a infraestructura estratégica, agua, conectividad y transición energética.

Fuentes:

  • Banco Central de la República Dominicana (2025). Proyecciones macroeconómicas.
  • Fondo Monetario Internacional (FMI). Perspectivas de la economía mundial, abril 2025.
  • Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD). Informe de Pobreza y Desarrollo Humano 2024.

CEPAL. Panorama Económico de América Latina 2025.

Guelmi Brea Baldera

Máster en Negocios y Relaciones Económicas Internacionales por Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), RD. Máster en Dirección Estratégica con especialidad en Gerencia por Universidad Internacional Iberoamericana - UNINI, Puerto Rico. Máster en Dirección Estratégica por Universidad Europea del Atlántico (UNEATLANTICO), España. Licenciatura en Economía por Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), RC. Desde el año 2017 es profesor a nivel de grado en asignaturas de las líneas de Introducción a la Economía, Economía Dominicana, Economía Agrícola, Economía Industrial, Formulación y Evaluación de Proyectos, Introducción a la Economía Internacional y Teoría de Desarrollo Económico. Cuenta con varias publicaciones en revistas no indexadas de industrias y economía. Ponente en talleres nacionales sobre Formulación de Proyectos para Asociaciones sin fines de lucro. Es miembro del Colegio Dominicano de Economistas (CODECO).

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