“Podré ser derrocado como cualquier presidente puede ser derrocado en América Latina, pero no seré deshonrado. Cuando salga del poder tendrán que reconocer mi honestidad”. J.B.
Al conmemorarse el 30 de junio de lo corriente, el 116 aniversario del nacimiento del prócer dominicano Juan Bosch y Gabiño, propicia es la ocasión para recordar algunas de las cualidades, valores y virtudes humanas y morales que siempre lo caracterizaron en todos sus actos públicos y privados, así como algunas muestras de desprendimiento, sacrificios y humildad, en un momento en que estas brillan por su ausencia en el liderazgo político de nuestro país, el cual está siendo afectado por una gran crisis de valores, de principios éticos y morales.
Del expresidente Juan Bosch es mucho lo que se ha escrito, hablado y aclamado sobre su figura como escritor, cuentista, historiador, ensayista, político y humanista, pero son muy pocos los que se han detenido a emular su tratectoria; a reconocer y a practicar con el ejemplo dichas virtudes morales, tal como él lo hizo.
Durante los siete meses de su gobierno, Juan Bosch evitó que las riquezas que el pueblo dominicano logró preservar de la dictadura de Trujillo fueran festinadas y repartidas entre los sectores de la oligarquía y por los depredadores del sistema de partidos.
Aplicó un plan de austeridad, evitando el derroche y renunció a los privilegios existentes. Disminuyó el sueldo de los funcionarios públicos, comenzando con el suyo; canceló y sometió a la justicia a los funcionarios que cometieron actos reñidos con las leyes, la moral y las buenas costumbres.
Hoy que muchos funcionarios, senadores y diputados no han presentado su declaracion de patrimonio, o no la han presebtado correctamente, de acuerdo a la Ley 311-14, es importante que observen cómo fue su conducta y su accionar en la politica.
En su declaración jurada de bienes y de su esposa Doña Carmen Quidiello de Bosch, hecha antes de juramentarse como Presidente de la República el 27 de febrero
de 1963, hicieron constar que no poseían ninguna clase de bienes muebles e inmuebles, propiedades, ni acciones de ningún tipo; fondos ni dinero, tanto en el país como en el extranjero, que vivían en una casa rentada, cuyos escasos ajuares fueron adquiridos a crédito y estaban pendientes de pagos.
La Constitución con la cual gobernó el Presidente Bosch, conocida como la “Constitución del 63”, de la cual fue su principal ideólogo, fue respetada hasta el último día de su gobierno, considerada como la más progresista, la más avanzada, la más democrática y la de mayor justicia social.
Cuando renunció del PRD para fundar el Partido de la Liberación Dominicana en 1973, no contaba con recursos financieros para poder llevar a cabo las tareas políticas y para la logística que requería un partido de esta envergadura.
De ahí que sin pensarlo dos veces se desprendió de un valiosísimo reloj Rolex que le había obsequiado el Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, John F. Kennedy durante la visita que hizo a la Casa Blanca, para que fuera vendid.
En otra oportunidad, la pensión como ex Presidente de la República, que nunca quiso aceptar, pidió autorización al partido para reclamarla, entregando la suma acumulada por este concepto al PLD, unos 67 mil pesos, para la compra de vehículos.
A pesar de ser un ex Presidente de la República y un escritor de renombre y de fama internacional, no tenía una vivienda propia para su familia, no obstante inició un movimiento recaudador de recursos para que se dotara a Don Pedro Mir de una casa, pues no se concebía que un Poeta Nacional de su categoría no tuviera una vivienda digna.
Estas acciones deben llamarnos a la reflexión. Juan Bosch emuló las actuaciones del fundador de la Patria, Juan Pablo Duarte.
No es con falsos discursos de barricadas y de doble moral ante su tumba.
Es cumpliendo y haciendo cumplir su ejemplo y modelo de vida en todos nuestros actos que debemos siempre recordarlo y rendirle honores. Eso es lo que el deseaba, no un culto a su personalidad, edificaciones públicas ni calles con su mombre. Al país le urge recobrar los principios, valores éticos y morales, enarbolados por el maestro de la política dominicana, el ex Presidente Juan Bosch y Gabiño. Que así sea.
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