No se tiene certeza de la fecha exacta en que fueron pronunciadas tales palabras. Algunos historiadores relatan, que datan de noviembre de 1511, otros ofrecen información en fecha de diciembre, mismo año; pero de lo que sí se tiene certeza es que fueron pronunciadas en tiempo de Adviento. Tiempo en que los creyentes católicos conmemoran momentos de recogimiento y reflexión. Otro hecho que nunca se predijo, fue cuánto retumbaría aquella voz que se levantaba desde las Indias, como nominaron a La Hispaniola.
América ha sido la cuna de grandes escenarios, y la Palabra, no es un mito que quiso quedarse recóndito. Historia de la Cultura Hispanoamericana con el ilustre maestro, Valentín Amaro, Universidad Autónoma de Santo Domingo, deja al desnudo, como los escritos de estas tierras, explican el origen de nuestra razón de existir como naciones, agregando un valor, que debe ser considerado patrimonio de la humanidad.
Cuán oportuno los cronistas, que pudieron plasmar en tales documentos la realidad real de todos estos hechos. Y cuán verdadero fue el discurso titulado Botella al mar para el dios de las palabras del gran escritor Gabriel García Márquez en el I Congreso Internacional de la Academia de La Lengua Española, Zacatecas, México, 1997:
´´La humanidad entrará en el tercer milenio bajo el imperio de las palabras. No es cierto que la imagen esté desplazándolas ni que pueda extinguirlas. Al contrario, está potenciándolas´´ Y es justo este el efecto que queremos lograr en usted querido lector, que comprenda que la Palabra bien empleada, no pasa de moda, no cae al vacío, resurge como el ave fénix para describir nuevos y futuros designios. Mismos que hizo Fray Ramón de Montesino para aquellas inofensivas almas. Pero ¿quién fue este fascinante personaje histórico del que aún se intenta recopilar datos sin hallar plena certeza en algunos de ellos?
Fray Antón de Montesinos como también fue conocido, era un religioso de la orden de los dominicos, quien, junto a otros, conformaron el primer grupo de misioneros enviados a América. Su misión principal era evangelizar y cristianizar a los nativos para que asumieran la Fe Católica. Por tanto, respondían a los intereses de la Corona.
Para el 1500 ya la Hispaniola se encontraba en total deterioro, las pérdidas fueron incalculables en cuanto a etnia y cultura, sin dejar de subrayar las vidas extinguidas de una gran parte de la población taína.
En aquél domingo de Adviento, le soltaron al acérrimo predicador Antón de Montesinos a la Corte Virreinal reunida en el convento de los Dominicos. La sed de oro lo dominaba todo, no había espacio para los proyectos nobles y generosos. La prueba es que aquellos encomenderos no dejaron ninguna obra de significación que atenuara el rigor del juicio ante la matanza de los indios (Antología de la Oratoria, 1994)
La escasez se hizo presente, destrucción y más destrucción fue la consecuencia de la sed de ambición y poderío de los colonos europeos, y éste es verdaderamente el dato más curioso de este hecho, que siendo Montesinos un representante de los europeos, fue por el contrario el primer excursionista en levantar la voz en defensa de los nativos.
Y es que hay tanta riqueza en esta pieza de oratoria, pues Las Casas no ofreció en ningún momento el escrito en su totalidad. Podemos tomarlo desde diferentes ámbitos como se estipula en Herrera, 1701, Cap. VII ´´El carácter comunitario del sermón también quedó reflejado al margen de las crónicas Hispánicas de India´´
Y no solo desde una perspectiva social, también; jurídico, histórico, literario, cultural, religioso, humanista, político, económico y muchos otros más; sin embargo, en esta ocasión queremos verlo desde dónde surge: de la impotencia, la indignación, la indiferencia, la desigualdad, la injusticia, la hipocresía, el dolor, lo inicuo y siniestro. Sentimientos, todos ellos aquí encontrados, y que justo, la Palabra es la única capaz de dejar a flor de piel lo que se puede describir. La Palabra, aquella que hoy en nuestra nación parece no tener ningún valor, ni jurídico, ni literario, ni demandante.
Observemos la pieza discursiva y adentrémonos a aquel domingo de Adviento:
´´Para os los dar a cognoscer me he subido aquí , yo que soy voz de Cristo en el desierto desta isla, y por tanto, conviene que con atención, no cualquiera, sino con todo vuestro corazón y con todos vuestros sentidos, la oigáis; la cual voz os será la más nueva que nunca oísteis, la más áspera y dura y más espantable y peligrosa que jamás no pensasteis oír´´
Esta voz encareció por buen rato con palabras punitivas y terribles, que les hacía estremecer las carnes y que les parecía que ya estaban en el divino juicio. ( Antología de la Oratoria en Santo Domingo, 1994)
Esta voz, dijo él, que todos estáis en pecado mortal. Y en él vivís y morís, por la crueldad y la tiranía que usáis con estas inocentes gentes. Decid ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en la cruel y horrible servidumbre aquestos indios? ¿con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas. Dónde infinitas dellas muertes y estragos nunca oídos hábeis consumido? Los tenéis tan opresos y fatigados sin detalles de comer ni curar sus enfermedades. Que de los excesivos trabajos que les dais incurren y se os mueren y por mejor decir los matáis por sacar y adquirir oro cada día ¿Y qué cuidado tenéis de quien los doctrine y conozcan a su Dios y criador sean baptizados, oigan misa, guarden fiestas y domingos? ¿Estos no son hombres?, ¿No tienen ánimas racionales? ¿No sois obligados amallos como a vosotros mismos? ¿Estos no entendéis o no sentís? ¿Cómo estáis a tanta profundidad de sueño tan letárgico dormidos? Tened por cierto que en el estado en que estáis no os podéis más salvar que los moros o turcos que carecen y no quieren la fe de Jesucristo´´ .
Dicha estas palabras de Fraile, se produjo un revuelo en toda la demarcación, tanto, que los encomenderos se quejaron ante la corona, sin embargo, se dice que Las Casas luego de este sermón, renunció a su encomienda, y se convirtió junto a Montesinos el defensor de los indios.
El sermón de Adviento pasó de ser un discurso religioso a la voz de la justicia, trayendo como consecuencia grandes cambios en el marco jurídico de la época, creando para aquél entonces el Tratado de Burgos.
Sería, pues, Fray Ramón de Montesino, ¿el verdadero profeta que necesita la nación actualmente? Pues su voz apocalíptica, define claramente la situación actual en la que estamos sometidos. Según lo descrito anteriormente, se vislumbraba el deseo de explotación de una gran masa de seres humanos, solo para llenarse los bolsillos, ¿es ésta acaso una situación parecida a la vivida actualmente? Y ¿qué me dicen del empleo de la Palabra?
Es que acaso, ¿ya no existen periodistas que denuncien las injusticias sociales, la opresión y la desigualdad? Será acaso la ley mordaza una respuesta a las buenas costumbres y la mejor salida al ´´mal decir´´
Con qué derecho tenéis a una nación oprimida, sufriendo el yugo de la desesperanza y construyendo sus bóvedas acogedoras, sin ventilación de las Palabras, propicias para un silencio desquiciante.
Fray Ramón de Montesinos no era nativo de nuestra isla, se arriesgó a todo, solo por denunciar lo que ante los ojos de Dios, estaba mal, al Dios que nos han vendido en la misma Biblia que está abierta en nuestro Escudo Nacional, y por el que ellos juraron representarnos. O es que acaso, al dios al que ellos les sirven ¿es otro?
Aún así… ¿Con qué derecho?
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Isabel Evangelista, oriunda de Jima Abajo, La Vega, nació el 27 de febrero 1988. Es abogada, locutora profesional y maestra. Actualmente es estudiante de término de la carrera de Letras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Actualmente es miembro activa del Colegio Dominicano de Abogados, está avalada por la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonías y pertenece al Consejo Estudiantil de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
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