En el debate sobre el desempeño de nuestras economías, se suele prestar mayor atención al impacto económico y social, del turismo, el comercio, el transporte, las compras y ventas de medios de transporte, la casa de apuesta,  la logística y el almacenamiento, los servicios financieros y de seguros, las telecomunicaciones, los servicios digitales, los servicios profesionales y empresariales, los servicios de salud, la educación, entre otros. En base a su desempeño hacemos declaraciones positivas sobre la necesidad de continuar promoviendo este tipo de actividades porque mejoran el bienestar. No obstante, en estas actividades existen riesgos inherentes de carácter ilícito que de no mitigarse pueden generar grandes daños económicos, sociales, humanos e institucionales, con dimensiones penales.

En un mundo marcado por el crimen organizado financiero, la digitalización acelerada y los flujos transnacionales de capitales, asi como la terciarización no regulada podrían posibilitar que estos servicios sean infiltrados por actividades ilícitas.

De hecho, la mayor informalidad en algunos sectores (bares, restaurantes, turismo, transporte), la alta dependencia de pagos electrónicos, fintech y criptomonedas, las debilidades regulatorias, la fragmentación de actividades económicas y empresas de papel, asi como la proliferación de servicios profesionales usados como fachada (consultorías, asesorías, marketing) y los grandes proyectos inmobiliarios,  son ideales para sobrevaluación e integración de capitales ilícitos a las economías.

Este artículo aborda estos riesgos desde una perspectiva escalonada: primero, a nivel mundial; luego, en el contexto latinoamericano; y finalmente, en la realidad dominicana, donde el aprovechamiento sostenible de estas actividades, no solo en materia ambiental, si no legal, es un tema de alto interés para el futuro de nuestro país.

Según estadísticas del Banco Mundial, en los últimos 15 años  la participación de los servicios en el PIB mundial se estima entre 64% y 67%, y supera el 65% si se toma un promedio  más amplio, por ejemplo durante el período 2000 al 2023.  La OCDE también destaca que el peso promedio de los servicios en el PIB global supera el 65%, con mayor profundidad en economías avanzadas (70–75%). Con ello, también ha surgido un fenómeno paralelo: los delitos económicos han migrado desde los sectores tradicionales hacia industrias intensivas en servicios, donde la trazabilidad es limitada, la regulación suele ir por detrás y las operaciones son más fáciles de ocultar.

A nivel global se observan tres tendencias claras:

  1. Servicios con alta opacidad operativa. La digitalización financiera como fintech, criptoactivos, wallets digitales, exchanges o plataformas digitales donde los usuarios pueden comprar, vender, intercambiar o convertir criptomonedas y otros activos digitales. También se incluyen los servicios de pago instantáneo y tecnologías descentralizadas ha transformado el sistema financiero global, han abierto un conjunto de riesgos ilícitos, porque combinan velocidad, anonimato, transfronterización, automatización, descentralización y ausencia de intermediarios tradicionales.
  2. El crimen organizado financiero ha entendido claramente estas nuevas dinámicas, en el que las plataformas fintech permiten transferencias instantáneas entre jurisdicciones, bancos y wallets o monedero digital, entre diferentes monedas y entre plataformas no supervisadas a velocidades asombrosas en la que también se pueden convertir en otros activos de manera instantánea, generando grandes dificultades a los que buscan prevenir, detectar o judicializar el crimen.
  3. El sistema financiero tradicional exige conocer al cliente, monitorear transacciones contra el lavado de activos y el financiamiento del terrorismo, desarrollar supervisión basada en riesgos y trazabilidad bancaria, sin embargo los servicios descentralizados permiten por ejemplo figuras altamente riesgosas, una de ella son los Wallets sin indentidad verificable y creados por cualquier usuario, en la que desarrollan servicios que ocultan origen de los fondos como los Blinding layers que son capas de ocultamiento diseñadas específicamente para impedir que las autoridades rastreen el origen, destino o beneficiario real de los fondos.
  4. Uso de empresas de fachada digitales, con los cuales los criminales no necesitan compañías con locales físicos, mediante las cales crean holding digitales, empresas fantasma en plataformas de pago, proveedores ficticios dentro de marketplaces que son más difíciles de detectar porque no tienen presencia física, empleados o inventarios.
  5. Automatización de fraudes mediante IA generativa. La IA permite los Deepfakes financieros como videos o audios falsos para ordenar transferencias, engañar a gerentes financieros, simular autorizaciones, manipular reuniones virtuales. También se difunden phishing automatizado utilizando este avance de la IA enviando mensajes personalizados, correos que imitan bancos y ataques de ingeniería social a gran escala. El crimen financiero organizado sigue escalando hacia otras modalidades como son Bots que operan 24/7, por medio del cual los criminales automatizan la creación de cuentas, validaciones fraudulentas, solicitudes de préstamos, apertura de wallets y transferencias pequeñas que evitan umbrales de reporte.
  6. Hoy se realizan operaciones transfronterizas sin supervisión ya que los ecosistemas digital funciona fuera de las fronteras nacionales. Los criminales pueden abrir un wallet en Hong Kong, mover fondos a un exchange en Turquía, convertirlos a USDT, o uso de criptomoneda cuyo valor está ligado a lo que se conoce como “peg” que es un mecanismo mediante el cual una moneda mantiene su valor fijo o muy estable respecto a otra moneda o activo. Los criminales también pueden enviar Wallet un broker en Dubái y retirarlos en efectivo en Latinoamérica, sin pasar por ningún banco formal.
  7. Las nuevas autopistas financieras están reconfigurando la arquitectura del crimen organizado y plantean un desafío histórico para los reguladores, las unidades de inteligencia financiera y las estructuras de supervisión. En estos sectores, la intangibilidad del servicio facilita la simulación de operaciones. A diferencia de los bienes físicos (que se pueden contar, pesar o rastrear), un servicio puede ser prestado o no prestado sin evidencia concluyente, lo que abre espacio a facturación ficticia, triangulación y mezclado de fondos.
  8. El auge de la digitalización crimintal, mediante la expansión global de las fintech, criptomonedas, aplicaciones de pago y servicios descentralizados ha creado nuevas autopistas financieras que permiten mover dinero ilícito en segundos, ocultar identidades detrás de wallets y protocolos, automatizar fraudes mediante IA generativa y realizar operaciones transfronterizas sin supervisión. Hoy el dinero ilícito no se lava solo en bancos; se lava en apps, exchanges, plataformas de gaming, servicios digitales y contratos simulados.
  9. Las economías con fuerte presencia de turistas, zonas francas, puertos y aeropuertos han sido destacadas internacionalmente por organismos reputados como zonas de riesgo ampliado para tráfico de personas, el contrabando y explotación, donde hay flujos internacionales de personas o capitales, el crimen organizado busca oportunidades”. Dentro de las entidades que enfatizan en este tema están la Europol, UNODC y GAFI , TBML (Trade-Based Money Laundering) y Global Financial Integrity.
  10. Finalmente, es importante destacar que América Latina ha experimentado una transformación productiva incompleta: crece en servicios, pero sin la institucionalidad necesaria para gestionarlos, y esa combinación la hace altamente vulnerable en contextos específicos.

Ramón Nicolás Jiménez Díaz

Economista y profesor

Ramón Nicolás Jiménez Díaz. Doctorado en Negocios Internacionales.. Maestría en Política Económica, con énfasis en Relaciones Internacionales. Maestría en Cumplimiento y Regulación Financiera. Economista, Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Profesor Titular y Director de la Escuela de Economía. Facultad de Ciencias Económicas y Sociales – UASD. Conductor del programa de televisión: Retos y Desafíos, día a día con Nicolás Jiménez (Cine Visión Canal 19). Conferencista y consultor en temas de política económica, prevención del crimen financiero, integridad institucional y desarrollo. Áreas de Especialización: Negocios internacionales y comercio exterior. Cumplimiento normativo, gobernanza y prevención del lavado de activos. Macroeconomía aplicada y análisis de políticas públicas. Geoeconomía, riesgos globales y relaciones internacionales. rnjimenezdiaz55@Gmail.com

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