El estigma sobre la locura lo perdí cuando, por primera vez, leí uno de los poemas de Khalil Gibran, siendo aún estudiante de psicología. Para mí, el más emblemático, titulado “El loco”. Ese poema, tomado del libro con el mismo título, a pesar de haber sido escrito hace más de un siglo, se mantiene vigente en la actualidad.
El poema está representado por una metáfora con estilo simbólico, directo y que guarda mucha pertinencia con la realidad psicosocial y existencial en la que vivimos. Cuestiona sarcásticamente la actitud de manipulación en los demás y pone en relieve la búsqueda de la autenticidad social, tanto del hombre como de la mujer de hoy. Desafía las normas, transmitiendo una sabiduría profunda sobre la importancia de ser uno mismo y no dejarnos etiquetar socialmente.
En la población general, se interpreta “la locura” como una sintomatología psicótica (desconexión con la realidad en el aquí y ahora). Alrededor de esta interpretación, existen algunos prejuicios extendidos, como por ejemplo: la relación de la esquizofrenia con la peligrosidad y la violencia; la falta de voluntad en las personas con depresión; la delgadez y obsesión por el cuerpo en quienes tienen un trastorno alimentario; y las ganas de llamar la atención en quienes expresan ideas suicidas.
Los que trabajamos en salud mental sabemos que, para hacer un buen trabajo, tanto en prevención como en intervenciones, además de la constante educación continua, es imprescindible el trabajo en equipo compuesto por psicólogos y psiquiatras. En ocasiones, también se requiere la colaboración de un equipo médico especializado en otras áreas.
Estas intervenciones generalmente se realizan en modalidad ambulatoria. Sin embargo, cuando se pone en marcha el trabajo en equipo en atención primaria, puede involucrar a personal que no necesariamente debe ser médico ni profesional de la psicología. Este trabajo de educación preventiva puede ser llevado a cabo por maestros, educadores, líderes comunitarios, religiosos, trabajadores sociales, periodistas y otros profesionales de la comunicación social.
Una de las conductas de mayor urgencia en salud mental es cuando un individuo representa un riesgo inmediato para sí mismo o para otros, tanto en su integridad física como psicológica. Quienes trabajamos con pacientes suicidas sabemos que, en muchas ocasiones, estos también pueden tener inclinaciones homicidas.
El tema del suicidio, que es una conducta en la que se manifiesta violencia hacia uno mismo y hacia los demás, es uno de los temas más estigmatizados en salud mental. Esta estigmatización afecta su prevención, ya que generalmente comienza en el hogar, en las primeras etapas de la niñez. Muchas veces, los padres o cuidadores no son conscientes del impacto que tienen sus actitudes en el proceso de crianza.
El aprendizaje de los niños y niñas a través del modelamiento parental suele ser invisibilizado, pero tiene una función esencial en el desarrollo de su personalidad. Entre las conductas positivas que se absorben y modelan en la familia, destacamos: el manejo de la frustración, la tolerancia, la templanza, la constancia con las reglas, los límites claros, el respeto a la autoridad y el aplazamiento de las gratificaciones. Todas estas conductas son de gran valor preventivo en relación con el tema que estamos tratando.
Dentro de la estigmatización y los mitos que rodean la conducta suicida, está la creencia errónea sobre la intuición clínica. Es importante reconocer que esta existe y que es fundamental desarrollarla y trabajarla con muchas horas de práctica y supervisión. Como sabemos, en el proceso psicoterapéutico, dos más dos no siempre son cuatro. Por eso, la intuición clínica debe ir acompañada de una formación permanente y de la retroalimentación de otros profesionales con mayor experiencia.
Cuando se desarrolla la habilidad intuitiva en el profesional de salud mental, esto permite un mejor manejo de casos difíciles, siempre alertando que el éxito del proceso psicoterapéutico depende en gran medida del apoyo familiar, de la asistencia a las citas y del apego a las prescripciones del equipo de salud mental.
Sobre este tema, continuaremos ampliando en la próxima entrega.
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