Ricardo López recibió el sobrenombre de Finito por su estilo estilizado y técnico en el ring, que emanaba belleza y armonía en los desplazamientos. De pelear táctico, golpeaba con inteligencia y astucia. Se retiró invicto a la edad de 39 años. Está en el ranking de los 10 mejores peleadores mexicanos; algunos lo ubican en un segundo lugar, solamente por debajo del gran campeón Julio César Chávez.
El Finito López ha pasado a la historia del boxeo mexicano como uno de los mejores peleadores, libra por libra. Con un récord invicto de 52 combates, campeón mundial de peso mínimo por el Consejo Mundial del Boxeo y por la Organización Mundial del Boxeo.
Los púgiles, por lo general, provienen de familias humildes y el boxeo representa la salida de ese estado de marginación social. Tal es el caso de Julio César Chávez, Erick Morales, Roberto Durán y Manny Pacquiao. El caso del Finito López no coincide con el patrón. Su padre, un relojero de carácter recio, siempre lo desalentó para que no fuera boxeador. Su madre, una maestra, le enseñó el hábito de la lectura que nunca ha abandonado y tenía por costumbre ponerle como condición que leyera tal o cual libro para poder comprarle cualquier instrumento para practicar boxeo.
Actualmente, Ricardo López se desempeña como analista y comentarista de box, columnista y conferencista. Muy activo en las redes, siempre empoderado con su clásica frase: “A Dios rogando y con los guantes dando”.
Esa combinación de un padre altivo y difícil de impresionar y de una madre educadora y dulce hizo que el finito desarrollara un estilo boxístico agudo, inteligente, razonado y muy efectivo. Pero también le permitió ser uno de los poquísimos boxeadores que se ha dedicado, luego de su retiro, a impartir talleres sobre “la vida buena”, en los cuales combina experiencias personales con las lecturas que han marcado su vida.
En sus conferencias, por lo general utiliza su experiencia en el ring como metáfora para promover los valores de la disciplina, la constancia y la resiliencia.
Hace unas semanas, El Finito retornó a sus conferencias, esta vez en la Universidad La Salle, después de una breve pausa para atender un diagnóstico de cáncer. Así escribió en su cuenta de Instagram: “Estar vivo, tener salud y trabajo son milagros que debemos agradecer diariamente”.
Actualmente, Ricardo López se desempeña como analista y comentarista de box, columnista y conferencista. Muy activo en las redes, siempre empoderado con su clásica frase: “A Dios rogando y con los guantes dando”.
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