La planificación estratégica del Estado dominicano ha experimentado una transformación significativa en 2025 con la promulgación de la Ley 45-25, que fusiona el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo con el Ministerio de Hacienda. Esta reforma busca fortalecer la articulación entre la política fiscal y el sistema nacional de planificación e inversión pública, consolidando funciones bajo el nuevo Ministerio de Hacienda y Economía.
La visión estratégica del Estado se encuentra normativamente bien estructurada, pero su ejecución y efectividad siguen siendo objeto de debate. A pesar de contar con un marco legal robusto y herramientas metodológicas avanzadas, los resultados en términos de desarrollo sostenible y eficiencia institucional aún distan de lo esperado.
Marco normativo y metodológico
La planificación estatal se rige por la Ley Orgánica No. 1-12 sobre la Estrategia Nacional de Desarrollo (END) 2030 y la Ley No. 498-06 de Planificación e Inversión Pública. Estas leyes establecen la rectoría del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) y crean el Sistema Nacional de Planificación e Inversión Pública (SNIP), que articula los planes sectoriales, institucionales y territoriales.
Monitoreo y evaluación: avances y limitaciones
El Sistema Nacional de Monitoreo y Evaluación (SNMyE) permite verificar el cumplimiento de metas, medir la eficacia y sostenibilidad de las políticas públicas. Sin embargo, informes recientes revelan debilidades en la articulación interinstitucional, la calidad de los datos y la retroalimentación efectiva para la toma de decisiones.
Según el Informe país sobre apoyo a las estadísticas CRESS publicado por PARIS21, el financiamiento para operaciones estadísticas en República Dominicana entre 2021 y 2024 mostró una leve mejora respecto al período anterior (2017–2020), pero aún se considera insuficiente para garantizar un sistema estadístico robusto y sostenible. El informe destaca:
- Presupuesto total asignado: Aunque hubo un incremento, sigue siendo inferior al promedio regional.
- Déficit de personal técnico especializado en estadísticas.
- Limitaciones en interoperabilidad de sistemas entre instituciones públicas.
- Baja tasa de respuesta institucional en procesos de levantamiento de datos.
Este panorama afecta directamente la calidad del monitoreo y evaluación de los planes estratégicos, debilitando la retroalimentación para la toma de decisiones.
Ejecución estratégica: ¿Dónde fallamos?
Aunque los planes están bien formulados, su ejecución enfrenta obstáculos como:
- Discontinuidad administrativa: los cambios de gobierno suelen interrumpir la continuidad de los planes.
- Falta de alineación presupuestaria: los planes estratégicos no siempre se reflejan en el presupuesto nacional.
- Débil cultura de planificación: muchas instituciones aún ven la planificación como un requisito formal, no como una herramienta de gestión.
Por citar ejemplos: Un estudio sobre la CDEEE reveló que, a pesar de implementar un modelo estratégico en 2013, los problemas estructurales del sector eléctrico persisten, evidenciando una brecha entre planificación y resultados.
Además del caso de la CDEEE, el Ministerio de Defensa ha implementado un Plan Estratégico Institucional (PEI) 2021–2024, alineado con la Estrategia Nacional de Desarrollo y el Plan Nacional Plurianual del Sector Público. Este plan incluye:
- Cinco ejes estratégicos, entre ellos: fortalecimiento institucional, desarrollo de capacidades de defensa interna, y apoyo al desarrollo social.
- Metas presidenciales integradas, lo que implica una mayor responsabilidad en la ejecución.
- Indicadores de desempeño y productos estratégicos para cada objetivo institucional.
Estos ejemplos demuestran cómo una institución puede articular su planificación con los objetivos nacionales, aunque también enfrenta desafíos similares en ejecución, seguimiento y sostenibilidad.
Comparación regional: ¿Cómo estamos frente a América Latina?
Según el Observatorio Regional de Planificación de la CEPAL, 19 países de América Latina cuentan con instrumentos de planificación de largo plazo. Sin embargo, solo un grupo reducido ha logrado integrar efectivamente la planificación con la gestión pública y la participación ciudadana.
La República Dominicana ha avanzado en institucionalizar la planificación, pero aún está rezagada en aspectos como:
- Evaluación participativa.
- Territorialización de los ODS.
- Intersectorialidad efectiva.
En países como Chile y Colombia, la planificación estratégica se vincula directamente con la asignación presupuestaria y la evaluación de desempeño, lo que ha mejorado la efectividad de sus políticas públicas.
Hacia una planificación transformadora
La planificación estratégica debe dejar de ser un ejercicio técnico y convertirse en una herramienta política y social para transformar el país. Esto implica:
- Fortalecer el SNMyE con recursos y capacidades
- Garantizar la continuidad de los planes más allá de los ciclos electorales
- Promover una cultura institucional basada en resultados.
La República Dominicana tiene el marco legal, los instrumentos y el talento técnico. Lo que falta es voluntad política y compromiso institucional para cerrar la brecha entre la planificación y la acción.
La planificación estratégica debe convertirse en una herramienta transformadora del Estado dominicano. Para ello, se requiere fortalecer los sistemas de monitoreo, garantizar la continuidad de los planes más allá de los ciclos electorales, y fomentar una cultura institucional basada en resultados. La reforma ministerial representa una oportunidad para consolidar una gestión pública más eficiente, integrada y orientada al desarrollo sostenible.
Gráficos comparativos regionales
A continuación, se presentan gráficos que ilustran la posición de República Dominicana



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