Las intuiciones del Señor
tienen potencia singular,
adelantan acontecimientos,
motivan la sensatez
y purifican sentimientos.
El conocimiento de Dios es lúcido,
con la sabiduría del Hijo;
multidimensional, como las olas del mar.
Se fundamenta en la ciencia del Espíritu;
es profundo,
con la hondura de los océanos.
Es comprensión abierta al corazón humano.
Danos tu gracia
para construir nuevos saberes,
con la perspicacia de tu sapiencia
para explicar los hechos de la vida cotidiana;
para aprender los caminos del discernimiento
y amar y adelantar tu reino.
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